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Del boom a la bolañomanía en el campo literario checo: La creación y la transformación del canon literario en el contexto político de las últimas décadas del siglo XX

From the Boom to the “bolañomanía” in the Czech literary field: The creation and the transformation of the literary canon in the political context of the last decades of the 20th century[1]

Daniel Nemrava
Universidad Palacký de Olomouc, República Checa

Del boom a la bolañomanía en el campo literario checo: La creación y la transformación del canon literario en el contexto político de las últimas décadas del siglo XX

Cuadernos del CILHA, vol. 19, núm. 1, pp. 63-68, 2018

Universidad Nacional de Cuyo

Recepción: 19/01/2018

Aprobación: 27 Enero 2018

Resumen: El presente artículo presenta un breve repaso de la penetración de la literatura latinoamericana en el espacio cultural checo. Además de señalar las condiciones en que se publicaron las traducciones al checo de las grandes obras del Boom latinoamericano y de observar los cambios en la recepción de la literatura latinoamericana en las últimas décadas del siglo XX, el artículo menciona también en el contacto directo entre los autores latinoamericanos y los autores checos en las décadas de la Guerra Fría.

Palabras clave: Recepción literaria, Cultura checa, Literatura latinoamericana.

Abstract: This article summarizes the penetration of the Czech cultural space by Latin-American literature. It points out the conditions in which the translations of the major works of the Latin-American Boom into Czech have taken place and surveys the changes of the reception of works during the last decades of the 20th century. The article also maps the direct contacts between Latin-American and Czech authors during the Cold War.

Keywords: Literary reception, Czech culture, Latin-American literature.

En el territorio checo, el interés por América Latina remonta al siglo XVI gracias a los misioneros jesuitas. Pero hasta principios del siglo XX no existía ningún contacto con la literatura latinoamericana. Sólo en 1907 aparecen en revistas checas las traducciones de la poesía modernista mexicana y en 1908 sale el primer libro de la literatura latinoamericana en checo: la romántica novela María de Jorge Isaacs. Así su traductor A. Pikhart, un abogado aficionado, inauguró el hispanismo checo(slovaco). Entre dos guerras, sin embargo, no existía ni un departamento en las universidades checoslovacas que se dedicara a la literatura hispánica, excepto unos pocos romanistas como Václav Černý, profesor de la literatura comparada en la Universidad Carolina de Praga, y escritores como Jan Čep y Zdeněk Šmíd, grandes difusores y traductores de la literatura hispanoamericana en mi país. Ellos, siguiendo la primera ola del interés por la emancipada novela hispanoamericana, introdujeron al campo literario checo autores como Gallegos, Alegría y poetas como Borges, Huidobro o Darío (ver Opatrný).

Cerradas las universidades durante la ocupación nazi y la posterior llegada del comunismo no favoreció el desarrollo del hispanismo checoslovaco. Durante los duros años del estalinismo aparecen traducciones de autores de izquierda (Guillén, Neruda que visita Praga). Pero la ola del interés más fuerte llega a finales de los 50 con la revolución cubana. El relativo alivio político en los 60 luego permitió fundar en el 67 el Centro de Estudios Iberoamericanos en Praga. Además, ya crecía una primera generación de latinoamericanistas en departamentos de lenguas románicas (departamentos de romanística) en Brno y Olomouc, aparecen primeras tesis sobre autores del boom.

Parece que la recepción literaria y la investigación era idéntica en toda Europa. A pesar de la cortina de hierro los intelectuales checos intentaban estar al día con el occidente. Pero al mismo tiempo quedaban muy lejos y fuera del debate sociopolítico occidental por la ausencia del espacio libre y abierto del que gozaba el occidente, y hasta cierto punto Latinoamérica. Incluso se notaba que la lectura de las obras literarias partía de una experiencia distinta.

En otro libro mío he anotado que, a finales de los años 60, en el occidente se abandonan

los movimientos masivos radicales, termina la Guerra de Vietnam, pero se sigue hablando sobre una “estimulante alianza entre Godard y Che Guevara”. En la cultura occidental, los 60 eran, al mismo tiempo, época de apogeo del conflicto entre la alta cultura y la cultura de masas. También se habla sobre el fin de la sofisticación, de la “derrota del canon” por los dogmas de la “escuela del resentimiento”, para la cual el valor estético surge de la lucha de clases. Sin embargo, aparece una nueva tendencia en la cual el contenido político se debilita. El ámbito cultural es “ahora totalmente asimilado por la producción de bienes de consumo”. Paulatinamente, la cultura de masas se convierte en la cultura de consumo (Nemrava, 2014: 24.-5).

En Checoslovaquia tuvimos otras preocupaciones. Las condiciones, a pesar del relativo y corto alivio político antes de la invasión del Pacto de Varsovia, eran incomparables con los colegas del Occidente, tanto con respecto al acceso libre a las bibliotecas y libros que circulaban en el mercado editorial, como con respecto a la situación económica y las posibilidades de contactos con el extranjero. Con respecto a la teoría, quedábamos encerrados largas décadas en el famoso Círculo de Praga (tal vez para protegernos un poco del omnipresente marxismo-leninismo), círculo al que pudieron entrar muy pocos de fuera, tal vez Lukács o Bajtin, sin enterarnos de nuevas olas posestructuralistas, teorías de Barthes, Foucault, Derrida entre otros. Paradójicamente, casi la única posibilidad de estar en contacto con algo era viajar a Cuba donde curiosamente los colegas disfrutaron, al menos hasta mediados de los 60 de más libertad que en su propio país. Entonces las bibliotecas y librerías cubanas ofrecían libros, tanto de la literatura latinoamericana como p. e. anglosajona, censurados en Checoslovaquia.

Con todas las dificultades era admirable el esfuerzo en las décadas del 60 y 70 de un puñado de fanáticos traductores, editores, diplomáticos, estudiantes y unos profesores para difundir la literatura latinoamericana, incluida la brasileña. Relativamente pronto se tradujeron obras importantes del Boom, pero faltaban trabajos teóricos, análisis, manuales. Casi lo único que existía entonces eran los prólogos, epílogos, notas del editor, todos esos paratextos que servían de fuente de información y del espacio para análisis y síntesis, que eran en su mayoría de alto nivel, escritos con mucho cuidado y sorprendentemente con poca ideología obligatoria. Su papel importante sustitutivo y educativo se perdió con la caída del comunismo.

A pesar de las mencionadas dificultades económicas y políticas, en los programas de los cursos en las universidades se introducían las nuevas tendencias literarias y el canon generalmente aceptados en Europa. A diferencia de América Latina, no se discutió críticamente el fenómeno del boom, pero tampoco el papel del intelectual ante los movimientos revolucionarios en América Latina. Los trabajos en mi país se centraban en su mayoría en aspectos estéticos y formales. La llamada normalización de los 70 afectó no sólo las universidades paralizando el desarrollo de los departamentos sino también el trabajo de traductores. Muchos de ellos sólo podían traducir bajo otro nombre o seudónimo. Por otro lado, a pesar de muchas restricciones y la censura, aparece una enorme demanda por las traducciones debido a la persecución de las actividades político-sociales con el efecto del encerramiento en la vida privada. A principios de los 70 salen obras fundamentales del boom y de la literatura latinoamericana en general: Rayuela, Grande sertao y sobre todo Cien años de soledad que despierta una ola de interés significativo por esta literatura. Pronto siguen traducciones de El Otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada (30.000 ejemplares en 1981) y El amor en los tiempos del cólera (92.000 ejemplares en 1988) y las de autores como Sábato, Vargas Llosa, Carpentier, Borges, Benedetti o Rulfo. También aparecen autores menos conocidos como Rodolfo Walsh con la Operación masacre.

En los 90 se abre el libre mercado editorial con la avalancha de traducciones de la literatura anglosajona. En el campo hispánico, junto con modas tipo Isabel Allende siguen traducciones de obras fundamentales o canónicas. Aparecen nuevas revistas, páginas web (iliteratura), editoriales pequeñas dedicadas a la literatura en español. En suma: mucho entusiasmo (al principio era capaz de reseñar casi todo lo relevante que salía de la literatura lusófona e hispánica). En las universidades, la situación es mucho peor. Las universidades que sufrieron una devastación sistemática volvieron algunos profesores perseguidos por el régimen comunista y creció mi generación de fanáticos por la cultura latinoamericana. Lo primero que era necesario enfrentar fue el vacío generacional (la generación intermedia). Hacía falta de renovar o refundar departamentos, innovar la enseñanza y sobre todo conectarse con el mundo. A pesar de muchas dificultades, pocos recursos y la desconfianza de muchos colegas, creo que, aunque seamos muy pocos, logramos con pocos recursos lo casi imposible: proyectos importantes, publicaciones en las editoriales extranjeras, programas exclusivamente orientados a estudios latinoamericanos.

Volviendo a la literatura, con respecto a la última década, la literatura latinoamericana vivió intensamente la ola de la bolañomanía, un fenómeno que apareció sobre todo con el éxito de la traducción de los Detectives salvajes en EE. UU. Y como boomerang volvió al mundo hispánico en el que Bolaño ya llevaba disfrutando la fama de un autor reconocido (sobre todo desde que se le otorgó el premio Rómulo Gallegos, 1998). Este último fenómeno también llegó a nuestro campo, pero no con tanta intensidad. La primera traducción fue Nocturno de Chile en 2005, libro casi desapercibido por los lectores y críticos checos. Cinco años más tarde se publicó la novela Detectives que sí alcanzó recepción muy buena. Desde entonces se publicó casi toda la obra del autor.

El contacto desde otro lado

Es curioso y muy interesante leer unas pocas observaciones de los intelectuales latinoamericanos (de izquierda) que cruzaron la tela de hierro. Hubo algunas visitas particulares esporádicas, oficiales y estancias con cargos diplomáticos (Pitol). El caso especial es el de GGM. En el 55 y 57 emprendió un viaje no oficial como periodista a Checoslovaquia, Polonia URSS y Hungría (Forbelský). No llegó a conocer la realidad profundamente a causa de tiempo y los prejuicios ideológicos (era comunista). Sin embargo, podemos leer un testimonio que nos puede ayudar a entender el modo de ver y pensar de los intelectuales de izquierda de entonces. He aquí un fragmento:

En Hungría, un comunista comentaba: “Polonia no es una democracia popular. Es una colonia cultural de Francia y todo lo que hicieron fue sacudirse de la influencia soviética para volver a la influencia francesa”. Los húngaros están bien correspondidos. Un comunista polaco comentaba: “Los comunistas húngaros son siervos voluntarios de la Unión Soviética, sectarios, dogmáticos con todos los vicios del antiguo marxismo”. Un comunista polaco abrazó en Budapest a un comunista húngaro: “Estamos emocionados —le dijo— por la revolución que hizo el pueblo húngaro en octubre”. El húngaro se puso verde de rabia. “No fue una revolución”, protestó. “Fue una contrarrevolución armada por la reacción”. Así andan las cosas en familia. Ambos de otra parte, estaban de acuerdo en relación con Checoslovaquia: “A los checos —decían— lo único que les interesa es vender” (García Márquez, 1982: 99).

Según sus comentarios donde mejor se sentía fue Praga que incluso consideró una ciudad igual a las occidentales, ya que no sufrió el desastre del 56 y donde no vio tanta pobreza como en Rusia o Polonia. Su última visita fue oficial en el 68 junto con Fuentes y Cortázar invitados por Milan Kundera quien recuerda ese momento así:

Sucedió tres meses después de que el ejército ruso ocupara Checoslovaquia; Rusia todavía no era capaz de dominar a la sociedad checa, que vivía inmersa en la angustia, pero (por unos meses aún) disfrutando de las libertades conquistadas durante la gran Primavera; la Unión de Escritores, acusada de ser el foco de la contrarrevolución, seguía conservando su editorial, sus revistas y recibiendo invitados. Llegaron así a Praga, como invitados, tres novelistas latinoamericanos, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. Llegaron discretamente, en calidad de escritores. Para ver. Para entender. Para alentar a sus colegas checos. Pasé con ellos una semana inolvidable. Nos hicimos amigos. Poco después de que se marcharan fue cuando pude leer en galeradas la traducción checa de Cien años de soledad (“Otro continente”, El Cultural Electrónico S. L., 12/9/2001).

Con esta aventura Kundera tal vez intentó dar a los escritores una lección y evitar lo que solía pasar a varios intelectuales de izquierda que visitaban sistemas totalitarios (p. e. Sartre a Cuba). En relación con el dilema ético y moral del intelectual considero oportuno citar una nota del estudioso checo Miroslav Petrusek en la que desarrolla la tesis kantiana según la cual el nacimiento mismo no representa mérito ni culpa:

Seguir repitiendo el trivium sociológico de que nacimos en un tiempo y en un espacio sin posibilidad de elección, y que nos formamos en un ambiente que tampoco pudimos elegir es seguir, a la vez, la idea de que algunas personas pudieron, y otras no, enterarse de lo que “se sabía”, y a aquellos que no sabían se los debería considerar culpables o cómplices, responsables o partícipes sólo desde el momento en que ni ellos pudieron no saber. […] El problema moral […] entonces surge a la hora de poder saber ya, cuando empezamos a crear “ideologías” marxistas, “derivaciones” paretonianas, “represiones” freudianas para “no tener que saber” (Petrusek, 1999: 54).

A modo de conclusión, el objeto de nuestro trabajo era acercar la situación de la recepción de la literatura latinoamericana contemporánea en Checoslovaquia y la República Checa respectivamente. Esta recepción la reflexionamos desde dos puntos de vista: el contexto político-social-económico y la perspectiva de la crítica literaria checa. Estos dos puntos los consideramos fundamentales para la determinación de la versión checa del canon (y estereotipos) de la literatura latinoamericana, de la política cultural y editorial y de los programas de los estudios en las universidades checas. Comparamos la política editorial del Estado de la época del socialismo real y del período después de la caída del Muro (mercado editorial) que influyeron considerablemente la creación y transformación del panorama literario. En el nivel del debate sobre la relación entre la literatura, política y mercado editorial en América Latina comparamos condiciones de tal debate entre el campo literario hispánico y el checo.

Bibliografía

Forbelský, Josef. “García Márquez, Gabriel v Praze padesátých let”. Literární noviny, 11, 2013. En línea: http://www.iliteratura.cz/Clanek/12575/garcia-marquez-gabriel-v-praze-padesatych-let Consultado: 25/01/2018.

García Márquez, Gabriel. De viaje por los países socialistas, 90 días en la “Cortina de hierro”. Bogotá: Editorial Oveja Negra Ltda Bogotá, 1982.

Kundera, Milan. “Otro continente”. Madrid: El Cultural Electrónico S. L., 12/9/2001. En línea: http://www.elcultural.com/articulo_imp.aspx?id=1194 Consultado: 25/01/2018.

Nemrava, Daniel. Entre la experiencia y la narración: Ficciones latinoamericanas de fin de siglo (1970-2000). Verbum: Madrid, 2014.

Opatrný, Josef. “Tradice české iberoamerikanistiky”. KDO BYL KDO. Čeští a slovenští orientalisté, afrikanisté a iberoamerikanisté. Praga: Libri, 1999. En línea: https://libri.cz/databaze/orient/iberoam.php Consultado: 25/01/2018.

Petrusek, Miroslav. Sociologie a literatura. Trad. Jakub Hromada. Praha: Československý spisovatel, 1990.

Notas

[1] El presente artículo ha sido creado con apoyo del proyecto IGA_FF_2017_043 (Las lenguas y literaturas románicas: entre conflicto y diálogo).
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