Proyección: estudios geográficos y de ordenamiento territorial / ISSN 1852 -0006
Vol. XVI, (32) / Sección Dossier / pp. 64-83 /
Instituto de Cartografía, Investigación y Formación para el Ordenamiento Territorial,
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
revistaproyeccion@ffyl.uncu.edu.ar https://doi.org/10.48162/rev.55.029
Enviado 21/03/2022–Aceptado 13/06/2022
Territorial management and large infrastructures. Urbanization processes and planning policies in Rosario International Airport sector
Fedele, Javier
fedele@curdiur-conicet.gob.ar
Barenboim, Cintia
barenboim@curdiur-conicet.gob.ar
Galimberti, Cecilia
galimberti@curdiur-conicet.gob.ar
Centro
Universitario Rosario de Investigaciones Urbanas y Regionales (CURDIUR), (CONICET-UNR)
Resumen:
Las nuevas configuraciones socioespaciales
de las áreas metropolitanas contemporáneas son producto de una interacción
entre intereses, actores, actividades y usos del suelo. El rol del planeamiento
y la gestión territorial operando en esa interacción resulta clave a fin de
lograr un mayor desarrollo equilibrado y sostenible. El presente trabajo toma
como caso de estudio al entorno del Aeropuerto Rosario, localizado en dos
municipios distintos del Área Metropolitana (Rosario y Funes). Dicho componente
territorial se configura en una nueva centralidad, presentando procesos
heterogéneos, dinámicos y conflictivos. Se registran disputas con relación a la
reciente expansión residencial suburbana, las nuevas ampliaciones del servicio
aeroportuario, los espacios vacantes y la presencia de componentes ambientales.
Se propone indagar en los procesos de producción del espacio, abordando el rol
del ordenamiento territorial en el tiempo, el proceso de ocupación del suelo y
las nuevas modalidades de regulación y gestión territorial. La metodología empleada
consiste en un abordaje empírico, analítico y observacional. Se identifica una
dislocación espacial de configuraciones socio-urbanas enlazada y potenciada con
una disociación administrativa, por lo cual, la gestión territorial
metropolitana en articulación con las esferas locales comprende el máximo
desafío para alcanzar un desarrollo territorial sostenible.
Palabras clave: aeropuerto; procesos de
urbanización; áreas metropolitanas; gestión; planeamiento
Abstract:
The new
socio-spatial configurations of contemporary metropolitan areas are the result
of an interaction between interests, actors, activities and land uses. The role
of land planning and management are crucial in order to achieve a more balanced
and sustainable development. This paper takes as a case study the surroundings
of Rosario Airport, located in two different local governments of the
Metropolitan Area (Rosario and Funes). This situation has created a new
centrality, with heterogeneous, dynamic and conflictive processes. There have
been disputes in relation to the recent suburban residential expansion, the new
extensions of the airport service, vacant spaces and environmental areas. The
aim is to investigate the processes of spatial production, addressing the role
of land use planning over time, land occupation and the new modalities of
territorial regulation and management. The methodology is based on an
empirical, analytical and observational approach. It identifies a spatial
dislocation of socio-urban configurations linked and strengthened with an
administrative dissociation, for which metropolitan territorial management in
articulation with local spheres comprises the greatest challenge to achieve
sustainable territorial development.
Keywords:
airport; urbanization processes; metropolitan areas; management; planning
La formación de áreas metropolitanas
involucra una reconfiguración de actividades y morfologías en el espacio
producto de la intensificación de las relaciones, donde quedan implicados
problemas en los procesos de ocupación de suelo y sus mecanismos de gestión y
regulación. En las metrópolis de escala media donde aún no hay un continuo
urbano entre ciudad primaria y localidades vecinas, la existencia de
extensiones vacías son lugares de disputa en las distintas fases de crecimiento
territorial.
Particularmente, en el área metropolitana de
Rosario se encuentra el Aeropuerto Internacional situado en terrenos
pertenecientes a dos municipios distintos -Rosario y Funes-. La localización
contiene la potencialidad de configurarse como una nueva centralidad
urbana-regional, dado la proximidad a la ciudad central, los servicios e
infraestructuras que atrae y las expectativas de desarrollo. En este sentido,
la aparición de la nueva centralidad se vincula con la expansión y el
crecimiento que tuvo la ciudad y que, por lo tanto, ha ido transformando su
sistema de relaciones. Tal como expresa Janoschka (2002), éstas
surgen como una necesidad frente al proceso de suburbanización constituyendo
puntos de concentración de provisión de servicios, oficinas y comercios, donde
las tradicionales fuerzas urbanas centrales no poseen una relación funcional
con el núcleo urbano, localizados en un nuevo lugar aislado en el espacio suburbano
o incluso en la exurbia.
La complejidad de la implantación del
Aeropuerto internacional Rosario (AIR) encuentra conflictividad dada la
simultánea demanda de articulación con potentes redes viales y potenciales conexiones
ferroviarias, nuevas ampliaciones del servicio aeroportuario, el extendido
desarrollo residencial suburbano, el destino de los espacios vacantes y la
necesidad de preservar espacios abiertos con roles ambientales (Fig. N°1).
Las actuales teorías de la urbanización
reconocen tres dinámicas socioespaciales de configuración urbana: concentrada,
extendida y diferencial (Brenner & Schmid, 2015). Las tres tendencias
conforman un modelo interpretativo que reformula anteriores teorías del
crecimiento (Burgess,
2008). Consiste en entender que dichos momentos de la
urbanización están interconectados y son mutuamente constitutivos. Además, se
presentan simultáneamente, siendo particularmente apropiados para constituir
una analítica de la escala metropolitana cuyos procesos de transformación
implican diferentes formaciones espaciales conectadas y/o superpuestas como
también conflictivas dentro de un proceso de acumulación.
La urbanización por extensión del desarrollo
residencial suburbano, en clave de barrio cerrado o abierto, pero de gestión
privada, va ocupando suelo del área metropolitana. En un momento ese desarrollo
encuentra en el sector del aeropuerto un límite, enfrentándose con un nodo de
servicios y conexiones viales, que lo diferencian de la paulatina y continua
expansión sobre el espacio abierto. Este nodo articulado alrededor del
aeropuerto tiene sus imperativos de crecimiento. Y si bien pueden ser
instalaciones y equipamientos que den valor a la urbanización residencial,
también pueden restarle y/o competir en las demandas de suelo.
La configuración de infraestructuras a gran
escala como el aeropuerto deriva en un proceso de urbanización diferencial, con
disímiles características en la reorganización del uso del suelo y la
transformación del paisaje en el área. Las actividades conexas, como un centro
comercial, ya no tienen la configuración autónoma y cerrada del contenedor con
una extensa playa de estacionamiento, sino un conjunto de instalaciones y
servicios organizados como un “parque urbanizado” (Ezquiaga Domínguez, 2011)
que se articula en red a un extenso territorio. La demanda de un
espacio para su desarrollo y articulación con su escala de alcance territorial
es más bien un salto de organización y escala en la definición del espacio que
una mera consolidación o expansión. Expresado en los términos citados: es una
urbanización diferencial frente a la urbanización extendida.
Las modalidades de construcción del
territorio implican distintos modelos de gestión. Pero también podría
entenderse inversamente, que la generación de las formas espaciales resultantes
son producto de las modalidades de gestión del territorio. En cualquiera de
ambos casos, hay una co-determinación entre morfologías y modalidades de
gestión; y, las complejidades de unas confluyen con la de las otras.
Especialmente los últimos años, a nivel global se acuerda que, frente a los
procesos y dinámicas urbano-territoriales presentes, se requiere una Nueva
Agenda Urbana que resulte guía de un ideal común a fin de abogar hacia un
futuro más sostenible, para lo cual, a fin de contribuir a su implementación se
postulan 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) focalizando (como se
estipula en el ODS 11), lograr ciudades y asentamientos humanos más inclusivos,
resilientes y sostenibles (Galimberti, 2021).
Frente a este estado de situación, el
presente trabajo se propone indagar sobre la articulación de los procesos de
transformación urbano-territorial en relación con las estrategias de
planificación, con los modelos de gestión, las morfologías y dinámicas
resultantes. La metodología plantea un abordaje empírico, analítico y
observacional, recurriendo además a una modalidad interpretativa con la
realización de entrevistas semi- estructuradas a actores de entes públicos con
responsabilidades y/o incidencia en la transformación del territorio, como
funcionarios municipales y partícipes de entes como el administrador del
aeropuerto y de coordinación metropolitana.
El material base comprende datos:
documentales (planes urbanos, normativas y cartografías), observacionales
(fotografías y procesamiento gráfico) y testimonios directos (entrevistas semiestructuradas).
Particularmente, analiza y reflexiona sobre la producción del espacio público -
privado, las modalidades de ocupación del suelo, la regulación y las complejas
formas de gestión en un área urbana de gran dinamismo y disputa, como lo es el
sector noroeste del Área Metropolitana de Rosario en torno al aeropuerto
internacional ver (Fig. Nº 1).
Fig. N° 1. Aeropuerto de Rosario y su rol
como nueva centralidad metropolitana.
Fuente: (Municipalidad
de Rosario, 2019)
En el marco del enfoque desarrollista, el rol
y la relevancia de la conexión aérea para Rosario y su región era fundamental
en un contexto económico proteccionista e industrial, con pleno empleo y exceso de demanda que
establecía un patrón de crecimiento mercado-internista. Desde una
estrategia de planeamiento, se registra dicha necesidad de unión a comienzos de
la década de 1950, dado que el Plan Rosario de 1952 incorpora los nuevos
desafíos del desarrollo de la aviación que “impone una total metamorfosis de la
ciudad” (Montes,
1964, pág. 55) de acuerdo con la Fig. N° 2. Por ello, se
propone una tríada de puertos aéreos regionales en las localidades de Alvear,
Granadero Baigorria y Rosario/Funes[1]. La relevancia del
aeropuerto es retomada en el Plan Regulador de 1967, articulando el desarrollo
portuario, ferroviario, vial y aéreo, con el crecimiento económico del período
¨Revolución Argentina¨ conducido por gobiernos militares. Especialmente se
focaliza en la importancia de los accesos viales (especialmente dado por la
Avenida Córdoba/ruta nacional N°9) y ferroviarios (ex Ferrocarril General B.
Mitre) para el aeropuerto (ya definido de carácter internacional) ubicado en las
inmediaciones de Fisherton en Rosario, como así el desarrollo de pistas para la
utilización de aeronaves de mayores requerimientos que los utilizados hasta la
fecha y destacando las reservas de superficie que existen para cubrir las
necesidades operativas futuras (Decreto Municipal N°34.983, 1967).
Fig. N° 2. Propuesta Plan Rosario 1952.
Fuente: (Montes,
1964)
La Prefectura del Gran Rosario a comienzos de
la década de 1970 destaca el rol clave de la infraestructura aérea para la
conexión de la región con otros centros importantes del país, así como con
otras partes del mundo; y reclama la importancia de la planificación integral
con todos los sistemas de movilidad (vial, ferroviario, portuario y aéreo) a
fin de lograr un movimiento fluido y rápido (situación que destaca el organismo
que no ha regido en los trazados infraestructurales del área metropolitana) (Prefectura de Gran Rosario,
1974). Las nuevas obras del aeropuerto son inauguradas en
1970 y en 1972 se desarrollan notables mejoras de la pista, con nuevas
ampliaciones en 1978, año en que la caída del PBI fue tan grande que llevó a
establecer un plan para fijar la devaluación. Luego, en 1979 se implementó la
tabla de Martínez de Hoz, limitando el crecimiento de precios y salarios, y la
evolución del déficit fiscal fue en crecimiento, pasando de 19% a 21% del PBI
entre los años 1980 y 1983 (Mastronardi, 2015).
Al retornar la democracia definitiva, con una
fuerte recesión de la economía y una generalizada deuda externa en los países
latinoamericanos, se realiza la actualización del Plan Regulador. El documento
se desarrolla y presenta como el Plan Director de 1991 en el cual, en el marco
de sus operaciones estructurales para la ciudad, se presenta la “operación
aeropuerto” donde aborda todo el sector, haciendo foco en las urbanizaciones
residenciales y las áreas libres en torno a la Avenida Newbery y el oeste del
arroyo Ludueña, junto al aeropuerto. Para dicha área se propone una nueva
ocupación de suelo destinado al uso recreativo o residencial en parcelas de
gran tamaño. Es decir, plantea como oportunidad la organización del crecimiento
urbano en torno al eje este-oeste, centro de Rosario/aeropuerto; articulado a
la generación de nuevas áreas parquizadas del arroyo Ludueña y el Parque de los
Constituyentes (Municipalidad
de Rosario, 1991).
Durante los ’90 fue el período más
representativo del modelo liberal donde se privatizan los servicios públicos y
se combate a la hiperinflación con el plan de convertibilidad. Además, la
reforma del Estado argentino produjo una significativa incidencia en la
dinámica inmobiliaria. Al respecto Barenboim (2010, pág. 4) expresa que “el
gobierno, en sus distintos niveles, adoptó una nueva modalidad: iniciativa
pública y desarrollo privado. El sector operaba generalmente con relativa
autonomía del marco legal que regía el uso del suelo y los sistemas
administrativos que le eran propios. Así, se realizaron importantes inversiones
privadas y, en menor cantidad, de carácter público, en áreas que antes poseían
escaso peso relativo”.
A fines de la década se procede a la
actualización del plan de 1991, con la presentación del Plan Director Nuevas
Bases para el Acuerdo en 1999, dicho documento focaliza en el rol de Rosario
como ciudad metropolitana y el rol del área metropolitana en el contexto
político-económico de la época. Por lo cual, resulta clave repensar el rol del
aeropuerto. Es así, que dentro de los cuatro proyectos estructurales que
propone el plan se encuentra el Sistema Ciudad-Aeropuerto. Se reconoce que esta
infraestructura ha tendido a operar como pieza autónoma, son diversos problemas
de accesibilidad y lejanía, quedando aislada y excluida de la estructura urbana
de la ciudad. Por esto, se plantea rearticular dicho componente clave de
movilidad en la ciudad, posicionándolo en un nuevo polo de comunicación y
direccional de escala metropolitana y regional.[2]
En este sentido, se define como pieza estratégica para organizar la periferia y
mejorar las conexiones con la ciudad central, que requieren optimizar el
corredor vial existente junto a un circuito de avenidas que atraviesan la
ciudad en sentido este-oeste y promover el establecimiento de un corredor
público (posible de articular con las vías ferroviarias existentes). Estos
lineamientos se articulan con la renovación urbana de los sectores degradados
aledaños, incorporando nuevas áreas para la actividad comercial y de servicios;
como también renovar las áreas ocupadas por asentamientos irregulares a través
de la construcción de nueva vivienda y nuevos espacios verdes (Municipalidad de Rosario,
1999). (Fig. N° 3)
Fig. N° 3. Sistema Ciudad-Aeropuerto
propuesto en Plan Director Nuevas Bases para el Acuerdo.
Fuente: (Municipalidad
de Rosario, 1999)
El Plan Urbano 2007-2017 continúa con los
lineamientos previos a fin de potenciar el sistema ciudad-aeropuerto, en un
contexto de fuerte recuperación económica desde el año 2003, principalmente
derivada del incremento de los commodities agrícolas, por la depreciación del
peso.[3] El documento actualiza el
proyecto estructural anterior definiéndolo como Nuevo Eje Metropolitano
Este-Oeste, frente a la expansión y conurbación registrada a nivel
metropolitano en el siglo XXI en torno a dicho eje, pero con diversas características
(Fig. N° 4).
Fig. N° 4. El nuevo eje metropolitano
Este-Oeste en el Plan Urbano Rosario 2007-2017.
Fuente: (Municipalidad
de Rosario, 2011)
Se refuerza nuevamente la propuesta de
fortalecer el corredor de movilidad multimodal este-oeste para optimizar la
accesibilidad de los diversos barrios presentes en sus bordes, posibilitando
una relación más fluida con las localidades del área metropolitana vinculadas a
dicho eje, permitiendo un vínculo directo tanto con la infraestructura aérea
como con el centro de Rosario. Asimismo, se propone la expansión del
aeropuerto, por lo cual se define la preservación del sector aledaño para su
crecimiento, así como la readecuación de sus componentes y accesos para
potenciar a la aero-estación de pasajeros, el transporte de cargas con sus
respectivos componentes logísticos. Pero, así también se plantea el desarrollo
del Parque del Aeropuerto que se posiciona como franja de contención a la
urbanización, con una atención al cuidado del ambiente y la preservación de
condiciones de gran valor natural, caracterizado como parque de escala
metropolitana (Municipalidad
de Rosario, 2011).
La última actualización del Plan Urbano a
través del documento base 5+5 (5 estrategias + 5 operaciones), en el año 2019,
se da en un marco económico en caída, con altas tasas de inflación, desempleo y
pobreza, sumado a la deuda externa multiplicada. Sin embargo, se posiciona en
el contexto de acuerdo global de la Nueva Agenda Urbana 2030 y plantea la
necesidad de abogar en pos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible,
reconociendo que son los nuevos paradigmas para pensar el desarrollo de las
ciudades y posicionando a la sostenibilidad y la equidad en el centro de las
políticas de desarrollo. Se reconoce así que, en el plano local, consisten en
una oportunidad para reorientar los desafíos y prioridades de la gestión,
dándole un nuevo sentido y orientación. En este sentido, dicha actualización
del Plan Urbano plantea que:
“logra hacer dialogar de manera articulada las
políticas de planeamiento y ordenamiento urbano y metropolitano con los ODS.
Las estrategias y proyectos que impulsa abarcan un significativo número de
problemáticas que le permite, mediante acciones concretas, ir dando respuestas
a muchas de las metas que promueve la ONU” (Municipalidad de Rosario, 2019, pág. 21).
Fig. N° 5. Propuestas en torno al aeropuerto
en el Documento Base Plan Urbano 5+5.
Fuente: (Municipalidad
de Rosario, 2019)
Justamente, una de las propuestas del plan
reivindica el desafío de potenciar el rol multimodal del aeropuerto y su sector
aledaño, pero con una atenta mirada ambiental, especialmente con el proyecto
del Parque del Aeropuerto previamente mencionado. Se reconoce así una nueva
centralidad metropolitana, de gran crecimiento en los últimos años, que
posibilite una mayor integración en un área estratégica regional, con nuevas
condiciones multimodales de movilidad, provisión de servicios y áreas
recreativas y de ocio (Municipalidad de Rosario, 2019). (Fig. N° 5).
El Área Metropolitana Rosario (AMR) expresa
un conjunto dinámico y heterogéneo de localidades, unidas por la cercanía
geográfica y problemáticas comunes. Con centro en la ciudad de Rosario,
concentra más de 1.400.000 ciudadanos que residen en un espacio de 324.450
hectáreas de superficie, contando con una realidad física, social y económica
compleja, con significativos niveles de vinculación y dependencia funcional (Ente de Coordinación
Metropolitana, 2015).
El territorio ostenta una variedad y cantidad
de recursos naturales que permiten potenciar un proceso de desarrollo endógeno,
sumado a las capacidades de sus recursos humanos, su estructura productiva y
comercial, su identidad cultural y la calidad de sus instituciones, no
habiéndose desarrollado aún en todas sus posibilidades.
Asimismo, en las últimas décadas, con el
crecimiento económico y de la construcción, asociados a la inversión
proveniente del boom agrícola de la región, el área metropolitana ha ido
absorbiendo un flujo de personas junto al incremento de nuevas edificaciones,
en algunos casos sin ningún tipo de planificación urbana, extendiéndose como un
todo continuo la ciudad central, en demanda de suelo, hacia las localidades
vecinas que aún disponían de espacios vacantes para completar.
Particularmente, en el corredor noroeste, se
localiza el sector, estratégicamente ubicado entre las localidades de Funes y
Rosario, en proximidad al Ferrocarril General B. Mitre, la ruta nacional
N°9, la autopista Rosario-Córdoba, la AO12, la ruta nacional N°34, la ruta
provincial N°34-S, la Avenida de Circunvalación y la Segunda Ronda, que posibilita
una mayor conexión regional. Asimismo, es importante destacar la complejidad
ambiental de esta pieza territorial, especialmente con relación a sus dinámicas
hídricas por la presencia del arroyo Ludueña y los canales Ibarlucea y Urquiza.
El resguardo de sus zonas verdes (actualmente utilizadas como espacios públicos
recreativos) resultan de gran relevancia, dado que funcionan como reservorios
que mitigan los impactos en los cambios de uso del suelo (Galimberti, 2017). Si bien el área es heterogénea dado que concentra en su entorno
funciones de transporte, servicio, vivienda y ocio, se podría decir que el
extendido residencial ha sido el de mayor transformación edilicia y funcional
del área metropolitana a partir de la reactivación del mercado inmobiliario.
Este es de carácter homogéneo, orientado a los sectores medios, medio-altos y
altos de la población (Barenboim, 2016).
Es importante destacar que en torno a este
eje este-oeste metropolitano se reconoce un primer período de expansión entre
las décadas de 1950 y 1980, pero mayormente en torno al núcleo urbano de Funes,
a través de la realización de nuevos loteos, principalmente destinados para
casas fin semanales o segundas residencias. Pero, la tendencia a la conurbación
se produce con el cambio de siglo, debido a diversos factores como la
construcción de la autopista Rosario-Córdoba (paralela a la ruta nacional N°9),
junto a la tendencia de creación de nuevos barrios abiertos y cerrados,
asociados a la inversión del boom sojero.
Fig. N°6. Transformación de suelo en
Rosario en torno al aeropuerto para nuevas urbanizaciones.
Fuente: Elaboración propia en base a (Galimberti, 2017)
Se registra una tendencia de habilitación de
nuevo suelo urbano para áreas residenciales en la jurisdicción de Rosario,
junto al aeropuerto y hacia el norte de la ruta nacional N°9. Como vemos en la Fig.
N° 6 en las dos primeras décadas del siglo XXI se produce una acelerada
transformación de suelo. En este sector se encuentran las siguientes
urbanizaciones cerradas: + Aldea - Country del Lago -28 Has-; + Aldea Country
Tenis -20 Has-; y + Aldea Country Golf -50 Has-. Los barrios abiertos aledaños
son: + Barrio San Eduardo -68 Has-; + Aldea -32 Has-; + Portal de Aldea -53
Has-; + Greens de Fisherton -12 Has-; y + Barrio Residencial Las Torcazas y
Hoyo 12 -13 Has-. Además, los mismos se encuentran muy cercanos a otras
urbanizaciones privadas como Palos Verdes Country Club -40 Has- y el Country
Carlos Pellegrini -20 Has- (Galimberti, 2017). Esta tendencia
continúa en curso, resultando un eje atractor de población y localización de
nuevos servicios y equipamientos tanto de salud, comerciales y de ocio. Por
ejemplo, entre los años 2013-2014 se inauguró el Fisherton Plaza Open Mall,
junto al aeropuerto, como también se han desarrollado nuevos hoteles,
consultorios médicos y centros de atención de salud privados.
No obstante, el mayor incremento se denota en
la localidad de Funes, dado que se reconoce tanto una acelerada conversión de
suelo rural a urbano como un notable aumento poblacional. Es así, que en veinte
años (comparando los censos oficiales de 1991 y 2010) aumenta su población de
8.952 habitantes a 23.520 pobladores. Desde 1999 y acelerándose luego del 2010,
se concretan más de veinte urbanizaciones nuevas (tanto abiertas como
cerradas), convirtiendo más de 1.300 hectáreas de uso rural a urbano (Fig. N°
7).
Fig. N° 7. Transformación de suelo en
Funes para nuevas urbanizaciones.
Fuente: Elaboración propia en base a (Galimberti, 2017)
Las nuevas urbanizaciones se localizan con
prevalencia hacia el sur de la ciudad, primero, y luego hacia el norte de la
autopista. Particularmente, hacia el noreste, en la zona lindera al Aeropuerto
Internacional, los barrios Villa Elvira y Funes City también fueron poblándose
y cambiando su fisonomía más ligada a la recreación.
Asimismo, los sectores de Funes que ya estaban urbanizados o en vías de
urbanizarse experimentaron también un fuerte crecimiento y completamiento de su
trama urbana. Por último, se visualiza que el futuro de la ciudad está al oeste
en el límite con Roldán.
A los conflictos entre las distintas demandas
en la ocupación y uso del suelo se suma las complejidades del área que se
extiende en dos jurisdicciones municipales diferentes. Y la presencia de dos
agentes más con peculiares características: un Ente Autónomo responsable del
Aeropuerto Internacional Rosario (AIR) y un Ente de Coordinación Metropolitana
(ECOM-Rosario) amparado en la ley provincial Nº 13.532/16.
El primero de ambos mencionados está administrado
por un directorio, presidido por el jefe del aeropuerto y acompañado por la policía
de seguridad aeroportuaria, pero también integrado por una comisión asesora
conformada por entes públicos, privados y entidades gremiales. Se reúne
periódicamente para tratar temas puntuales del aeropuerto y su impacto en el
entorno.
En entrevistas a dichos miembros del
directorio de AIR, se trasluce el conjunto de intereses que atraviesa este
cuerpo de gobierno propio del carácter representativo de los distintos sectores
que su origen encarna. La síntesis de intereses en la que confluyen es el
crecimiento operativo del aeropuerto, y si bien hay representantes de los
municipios, no tienen peso las cuestiones territoriales dado la minoría frente
a otros sectores de las esferas del turismo y el desarrollo económico
sectorial, temas que priman las deliberaciones y el condicionamiento de apoyo a
las decisiones.
El segundo caso, el ECOM es una asociación
voluntaria de municipios y comunas sin incumbencias delegadas desde cada miembro
al ente como tampoco desde el ente a dichos miembros. Se constituye en concreto
como un espacio institucional de debate, planificación, coordinación y
promoción de políticas públicas de impacto regional, en donde también se
proponen proyectos puntuales de gran escala.
Los dos organismos públicos de planificación
son las sedes para definir regulaciones e intervenciones, partiendo de
normativas débiles –principalmente en el caso de uno de los municipios- y
fuertes demandas de actores privados tanto propietarios de suelo como
inversores.
No obstante, su posición clave a nivel
metropolitano/regional, dado que es la única terminal aérea de la Provincia de
Santa Fe con categoría internacional, transformado en una pieza fundamental del
movimiento de cargas y pasajeros, permite además economizar costos de
traslados, condujo a que fueran formuladas propuestas y acciones de
planificación desde agencias con responsabilidades públicas en el territorio.
En el 2013 el Concejo Municipal de Rosario
define al sector como área de reserva para plan de detalle "ARD 25 Acceso
al Aeropuerto", en la Ordenanza Nº 9.068 de “Reordenamiento Urbanístico
del Cordón Perimetral” (Concejo Municipal de Rosario, 2013). La norma afecta
a aquellas parcelas contiguas al Aeropuerto que presentan un valor estratégico
debido a la concurrencia de condiciones particulares tales como dimensiones de
los inmuebles, el emplazamiento urbano, la expectativa que adquieren en un
futuro crecimiento, mereciendo indicadores urbanísticos particulares.
Posteriormente, en 2019 el Ente de
Coordinación Metropolitana presentó un Plan Interjurisdiccional Metropolitano
(PIM Noroeste) a través del cual se propone potenciar los diversos procesos ya
existentes en el área, pero desde una perspectiva integral. Para ello, se
plantea la creación de un nuevo acceso al Aeropuerto que haga de límite y
permita estructurar un nuevo Parque Metropolitano con un doble rol: que limite
la urbanización residencial conteniendo la expansión urbana y, a la vez,
resguarde la particular biodiversidad de este espacio geográfico con fuerte
presencia hídrica, a través de distintas actividades compatibles que protejan
la cuenca del arroyo Ludueña como reserva natural (Ente de Coordinación
Metropolitana, 2020).
Otra propuesta es la contenida en el proyecto
de ampliación del Aeropuerto por parte de la Provincia y el Ente Administrador (Aeropuerto Internacional
Rosario, 2017). Concebido para potenciar la aero-estación
como un factor clave de fortalecimiento regional en vistas a su
internacionalización, el proyecto avanza en superficie, define áreas de reserva
y protección de entorno, e intenta mejorar las conexiones interjurisdiccionales
de las localidades contiguas, así como dotar de equipamientos y servicios en
los sectores urbanos aledaños.
Por último, el Plan de Detalle “Acceso al
Aeropuerto Internacional Rosario” aprobado conjuntamente por los municipios de
Rosario y Funes, a través de la Ordenanza Nº 10.014/19 (Concejo Municipal de Rosario,
2019). Propone la
afectación de zonas logísticas para cargas, la construcción de nuevos servicios
y la ampliación de estacionamiento, intentando enmarcar las obras de ampliación
financiadas por la provincia. También la adecuación del entorno con el rediseño
de los accesos, el nuevo acceso y la conexión del aeropuerto con la autopista
Rosario-Córdoba a través de la continuidad de la avenida de la Segunda Ronda,
prevé una futura construcción de una Estación de Trenes de Pasajeros Regionales
(TPR) y la creación de un nuevo espacio público, junto a emprendimientos
comerciales privados (hotel, centro de convenciones y shopping). Finalmente, al
norte del predio la preservación parcial de tierras rurales como reserva para futuras
extensiones.
Este último instrumento es emblemático de la
problemática regulatoria. Por un lado, tiene sede en ámbito municipal donde la
normativa tiene efectiva capacidad de implementarse y adquiere toda la fuerza
jurídica. Pero, por otro lado, carece de capacidad de definición y alcance, al
tener que consensuar con propietarios que poseen derechos adquiridos. Derechos
no limitados por instancias administrativas interjurisdiccionales superiores
como las de índole ambiental o fiscal, que son inherentes a dinámica de un
territorio metropolitano.
Entonces su efecto se limita específicamente
a los terrenos frente al mismo, y no alcanza para establecer pautas más
generales que incorporen otros usos y equipamientos que demanda la zona.
Tampoco contiene y/o reconduce la tendencia de las nuevas urbanizaciones, que
ponen en riesgo espacios para la infraestructura vial y extensiones abiertas
para funciones ambientales ecosistémicas.
En definitiva, no logra mediar en las
disputas por el suelo ni contiene recursos para definir y ejecutar inversiones
generadoras de infraestructura de escala. Queda elocuente de este proceso la
ausencia de un nivel estatal superior a los gobiernos locales, que oriente el
proceso de planificación con autoridad sobre los actores con crecientes
capacidades de intervención, y como agente público ejerza una redistribución en
los procesos de producción del territorio.
El ordenamiento territorial es la herramienta
para la aplicación de la Agenda 2030 que otorga un enfoque para interpretar las
dinámicas espaciales, identificando las potencialidades y debilidades,
conservando los espacios, el patrimonio natural y cultural y creando
comunidades sostenibles y ciudades resilientes. Sin embargo, para su
viabilización en un proceso de planificación de un territorio metropolitano,
deben estructurarse un ámbito de distintos niveles estatales, con una
coordinación que integre tanto la tradición de los viejos planes de
infraestructuras nacionales como las actuales iniciativas urbanísticas de
exclusivo alcance municipal.
Las extensiones del Área Metropolitana de
Rosario en torno al Aeropuerto fueron y son escenarios de disputas en el
proceso de crecimiento territorial. Articulados con los ciclos económicos, a lo
largo del tiempo se desplegaron distintas prácticas de planificación como una
intervención del Estado para articular intereses diversos en la producción del
territorio. La resultante ocupación del espacio, el cambio de temas y objetivos
de desarrollo, como la variación de actores públicos y privados con incidencias
cambiantes, se verifican en esas prácticas de las cuáles el texto da cuenta
parcialmente dentro de una investigación más amplia.
Actualmente, la urbanización por extensión de
la planta urbana en clave de suburbanización de baja densidad, principalmente a
través de barrios cerrados y/o abiertos se encuentra y compite por el espacio
con la necesidad de estructuras viales y equipamientos complementarios, estos
últimos propios de urbanizaciones diferenciales. Las dinámicas de ambas
tendencias socioespaciales de configuración, de un crecimiento por expansión y
otro diferencial, funcionan paralelas ocupando el suelo sin articularse entre
sí. Dicha dinámica da cuenta de la falta de capacidad de la planificación en la
generación de infraestructuras ordenadoras garantizando el carácter público en
el desarrollo del territorio.
El eje en las infraestructuras y modelos de
financiamiento de obras públicas del desarrollismo enmarcan las estrategias de
planificación con protagonismo de actores provinciales y/o nacionales. Los
gobiernos locales actualmente responden desde sus regulaciones municipales
avalando las urbanizaciones por extensión y relegando –por acción deliberada u
omisión- a iniciativas privadas la construcción de equipamientos. En el mejor
de los casos aparecen asociaciones voluntarias en un Ente de coordinación
metropolitana o alguna iniciativa en sociedad entre dos municipios, pero ambos
casos carentes de fuerza administrativa para fijar una actuación normativa.
Se registra la confluencia de tres cuestiones
incidiendo en esa débil capacidad de regulación estatal en la producción del
territorio: las cambiantes modalidades tecnológicas y financieras de
urbanización, una imprecisa definición del territorio con espacios
indeterminados y parcialmente ocupados y, por último, una débil gobernabilidad
producto de distintas jurisdicciones locales que perdieron la intervención de
un nivel superior provincial o nacional sin ser reemplazados por entes
interjurisdiccionales locales.
La resultante espacial de esta confluencia
problemática es una morfología de disputa entre una urbanización expansiva de
lo residencial y una urbanización diferencial que solo crea valor comercial sin
equipar y conectar el territorio. Dichas modalidades de urbanización no se
articulan entre sí en una planificación integral de escala metropolitana. Esa
dislocación espacial de configuraciones socio-urbanas se expresa en una
disociación administrativa que, si bien fomentan la participación y respetan la
especificidad local, no encuentra agencia estatal ese territorio sometido a las
demandas y flujos estructurados separadamente. Territorio metropolitano que no
puede quedar dentro de lo impensable y lo no gobernado como en la actualidad
sin padecer los déficits funcionales y, más importante aún, ambientales que
implica el consumo de suelo sin plan.
En suma, si se pretende asumir la perspectiva
y la acción sostenible de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva
Agenda Urbana 2030 se requiere de un enfoque sistémico que debiera promover las
condiciones para lograr la armonía entre la extensión territorial, el
crecimiento económico, la inclusión social y la protección ambiental como
requisitos fundamentales para asegurar un desarrollo genuino y construir
sociedades y espacios más justos.
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[1] Se destaca que el 18 de agosto de 1940 se
inaugura el Aeroclub Rosario, el cual es trasladado en 1970 y ampliado en la
nueva aero-estación y torre de control.
[2] Al momento de publicación del Plan Director de 1999 se
encontraba en construcción y con los primeros tramos de la autopista
Rosario-Córdoba recientemente habilitados, lo que potenciaba la conexión rápida
vial.
[3] Rosario y su
área metropolitana ocupan una posición estratégica como nexo para la salida de
los productos de la región agrícola pampeana hacia los mercados mundiales y las
diversas regiones del país (Barenboim, 2010).