El plan de estudio y
la Tecnología Educativa. Tramas reconstruidas en las Ciencias de la Educación
The Curriculum
and Educational Technology. Reconstructed Frameworks in the Education Sciences
Laura Lepez
Universidad
Nacional de Cuyo, Argentina
laura_lepez@hotmail.com
Recibido:
28/08/2020
Aceptado:
23/02/2021
DOI: https://doi.org/10.48162/rev.36.003
Resumen.
Este trabajo surge de la tesis
de Maestría en Educación Superior denominada “El campo de la Tecnología
Educativa en los planes de estudio de la carrera de Ciencias de la Educación de
la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo”. Allí se
analizan los sentidos plasmados en los planes de estudio y en las prácticas de
los docentes que formaron parte del campo.
Aquí, trabajamos específicamente los hallazgos
en los planes de estudio, desde una perspectiva hermenéutico-interpretativa,
realizando un estudio longitudinal, desde la creación de la carrera, en 1986,
hasta el año 2009.
En este artículo ponemos especial hincapié en
cómo se refleja en los planes de estudio y en el campo de la Tecnología
Educativa, la influencia de los macro y micro contextos de cada época
histórica, marcando rupturas y continuidades en el significado que se le
atribuyó a dicho campo dentro de la carrera de Ciencias de la Educación.
También y como consecuencia de ello, los aspectos positivos, así como los
espacios vacíos para la formación del docente y del licenciado.
Palabras
clave. Planes de estudio,
Tecnología educativa, Formación docente, Universidad.
Abstract
This work arises from the
Master's thesis in Higher Education called "The field of Educational
Technology in the curriculum of the Education Sciences career of the Facultad
de Filosofia y Letras, Universidad Nacional de Cuyo". There the meanings
embodied in the study plans are analyzed, and in the practices those of the
teachers who were part of the field. Here, we specifically work on the findings
in the curriculum, from a hermeneutical-interpretative perspective, conducting
a longitudinal study, from the creation of the career, in 1986, until 2009.
In this article we place special emphasis on
how the influence of the macro and micro contexts of each historical period is
reflected in the curriculum and in the field of Educational Technology, marking
breaks and continuities in the meaning attributed to said field within the
career of Education Sciences. Also, and as a consequence of this, the positive aspects, as well as the
empty spaces for the training of the teacher and the graduate.
Keywords. Curriculum, Educational technology, Teacher
training, University.
La realización de este trabajo de investigación nos permitió adentrarnos
en los planes de estudio de la carrera de Ciencias de la Educación que forma
tanto profesores como licenciados, y mirar el campo de la Tecnología Educativa,
el cual está conformado por varios espacios curriculares que se desarrollan a
lo largo de la carrera.
Cabe aclarar que abordamos este
concepto de campo siguiendo a Cabaluz Ducasse (2015) quien tomando a Bourdieu
(2002) considera que se puede mirar los objetos de conocimiento como un
escenario de luchas de distintos grupos que pretenden establecer nuevas
relaciones jerárquicas y de poder. Implica una dinámica donde no puede hablarse
de un espacio neutro ni pacífico y el cual es profundamente contradictorio.
Desde aquí, resulta clave analizar las dos propuestas formativas, tanto del
profesor como del licenciado, pues dicho campo se desarrolla en ambas y quedan
reflejadas las intenciones, pujas, luchas, aciertos, desaciertos, etc. que lo
caracterizan.
¿Por qué trabajar con los planes de estudio? Adentrarnos en la
naturaleza de este tipo de propuesta pedagógica es situarnos dentro del mundo
de “la palabra escrita”, que desnuda y contiene múltiples sentidos construidos
socialmente. Realizamos una lectura exhaustiva y minuciosa, entendiendo que:
Los textos son constructos de realidad y no la realidad en sí,
producidos por autores en un momento y contexto cultural e histórico
específico, donde la validez de los argumentos y los descubrimientos es
relativa y corresponde a los debates propios de una época. (Bertely Busquets,
2002, p.150)
Esa realidad y esos debates, están presenten también en las entrevistas
efectuadas a las responsables de la escritura de estos materiales.
¿Por qué trabajar este campo? Porque dentro de la carrera, el representa
la oportunidad de dar respuesta a las demandas de la época vinculadas con el
avance tecnológico. Por esto, se constituye en parte de la formación básica de
ambos roles y se va fortaleciendo a medida que va pasando el tiempo, intentando
acompañar este avance. El punto de tensión y que se constituye en un foco
importante de este trabajo, es si la propuesta que se hace en los distintos
planes de estudio acompaña ese avance o va a la retaguardia del mismo, dando
respuestas tardías a las demandas del contexto.
A partir de aquí, trabajamos con tres grandes períodos, desde una mirada
genealógica[1]: la década
del ’80, el ’90 y el ‘2000, coincidentes con las tres modificaciones de los
planes de estudio. Vemos en ellas, las rupturas y continuidades en las concepciones
subyacentes sobre el campo de la Tecnología Educativa, así como las
posibilidades y los vacíos para la formación.
Desde esta premisa nos hicimos algunas preguntas: ¿de qué manera se
introduce curricularmente en la carrera de Ciencias de la Educación, el campo
de la Tecnología Educativa? ¿Cuáles son las concepciones que se desprenden?
¿Estas responden a políticas vigentes en las distintas etapas en las que se
modificaron los planes? ¿Cuáles? ¿Qué planteos se pueden inferir en las
políticas de la institución formadora al respecto? ¿Con este campo se puede
afrontar los desafíos de cada época en materia de formación tecnológica?
Nos parece interesante develar cómo, en un determinado campo
disciplinar, se amalgaman intereses que salen del límite de una institución y
se articulan con demandas de diversa índole, las cuales le imprimen un sello a
las decisiones que se toman y a las que se desechan. Intentamos ver qué nos
dice el texto escrito, así como las personas que participan en su escritura, y
descubrir a partir de este análisis, la trama de significados institucionales,
políticos, culturales, económicos, etc., que lograron quedar impresos en esas
páginas y de qué manera, estos significados, van en consonancia con las
inquietudes de una determinada época histórica.
Para esta finalidad, la socióloga mexicana Bertely Busquets (2000),
dedicada al análisis etnográfico de la cultura escolar, se constituye en el eje
de nuestro trabajo metodológico. Desde sus aportes, atravesamos cada etapa
analizada por los tres niveles de reconstrucción que plantea:
·
La acción
social significativa: en este primer nivel de reconstrucción epistemológica se
rige por la inscripción e interpretación de la acción de los actores que dan
significación a la Tecnología Educativa y participan en la construcción de la
cultura institucional. La unidad de análisis son las profesoras que dan origen
a la carrera o que participaran de sus reformas.
·
La trama
institucional que da origen a la carrera de Ciencias de la Educación, sus
planes de estudio y el sentido otorgado a la Tecnología Educativa que será
tenida en cuenta como el segundo nivel de reconstrucción.
·
Un tercer
nivel de reconstrucción será el contexto histórico político que le da sentido.
Para ello se recuperan las tensiones políticas, institucionales y sociales que
las informantes claves han vivido o percibido. Esta información se trabaja
dialécticamente con los marcos de referencia expresados en los planes de
estudio.
Intentaremos entonces, develar la trama de significados que quedaron evidenciados
en 23 años de historia de la carrera de Ciencias de la Educación.
Para comenzar nuestro análisis, nos parece importante ubicar desde qué
lugar entendemos la Tecnología Educativa, para lo cual, abordamos la
problemática desde lo que plantea Litwin (1994):
El desarrollo de propuestas de acción basadas en disciplinas científicas
referidas a las prácticas de enseñanza que, incorporando todos los medios a su
alcance, dan cuenta de los fines de la educación en los contextos
socio-históricos que le otorgan significación. (p. 135)
En este sentido y siguiendo a la misma autora, se pretende no solo el
análisis de los medios disponibles en las distintas épocas históricas sino los
fines políticos y pedagógicos que se asumen con su utilización.
Este es el punto neurálgico de nuestro trabajo, pues lo que pretendemos
con el análisis de los planes de estudio es inscribir las decisiones que giran
en torno a la incorporación del campo de la Tecnología Educativa en un contexto
más amplio de significados que responden a cada época histórica y que en
algunos casos, aquello que se plasmó, estuvo vinculado con ellos y en otros no.
Para comenzar este recorrido,
tomamos el aporte de Maggio (2005) quien siguiendo a Poloniato (1994) plantea
que la Tecnología educativa no se concibe como ciencia pero sí como “una
ciencia puente”, esto es:
(…) disciplina orientada a la práctica y controlable por el método
científico. Según la concepción de que se trate, y en los diferentes momentos
del desarrollo del campo, esa referencia a una disciplina científica en la que
apoyarse ha estado dada por las psicologías del aprendizaje, las teorías de la
comunicación y la teoría de sistemas, o por la confluencia de todas ellas. (p.
26)
Nos parece oportuno, a partir de aquí, precisar algunas consideraciones
respecto a la Tecnología Educativa a lo largo de la historia, desde donde
rescatamos categorías que serán el punto de análisis desde el cual abordamos el
campo.
Podemos ubicar el surgimiento de la Tecnología Educativa alrededor de la
segunda mitad del siglo XX. Litwin (2009) señala que se trata de un campo de
conocimiento que nace en la década del ‘50 en Estados Unidos para tratar de
brindar una respuesta a los problemas de la enseñanza mediante la incorporación
de medios y materiales para la misma.
Según Díaz Barriga (1994), entre la década del ‘60 y del ‘70 se concibe
la Tecnología Educativa desde una doble vertiente: una visión restringida y una
visión ampliada. La visión restringida significa "dotar de un conjunto de
aparatos técnicos a las escuelas para modernizar su funcionamiento"(p.1).
Si bien esta mirada de la Tecnología Educativa nace como producto de la
industrialización, se problematiza poco la reflexión sobre los fines y se
convierte en un planteo puramente tecnocrático, esto es, la mera aplicación de
medios desvinculado de los propósitos que persigue.
Por otro lado, en esta misma época se conformó una visión ampliada donde
se plantea a la Tecnología Educativa como un "conjunto de procedimientos,
principios y lógicas para atender el conjunto de problemas de la
educación" (Díaz Barriga, 1994, p. 1). Es un campo que no se redujo a la
utilización de medios para mejorar la práctica de la enseñanza en el aula, sino
que fue conformando un conjunto de pasos que intentó regular las distintas
problemáticas que se presentaban en torno a la educación. El control de los
procesos se fue consolidando como la visión ampliada del campo y se fue
reduciendo la discusión axiológica en torno a los mismos.
A partir de la década del ‘80 comenzó un proceso de reconceptualización
del campo, posibilitando nuevas reflexiones desde perspectivas provenientes,
por ejemplo, de las teorías de la comunicación y sus estudios semiótico-informacionales
y semióticos-textuales, así como sus reflexiones en torno a los mensajes de los
medios masivos de comunicación. Por otra parte contó también con el aporte de
nuevas miradas que ofreció la psicología cognitivista, como el estudio referido
a la percepción vinculada a los intereses y los sentimientos, lo que permitió
posicionar al sujeto como un perceptor activo de su entorno (Litwin, 2009).
En las próximas décadas, los procesos de globalización y los efectos
resultantes de su presencia en el mundo, la economía cada vez más vinculada con
los mercados, la velocidad de la producción, los marcados procesos de
desigualdad social y acceso a los bienes de la cultura, se constituirán en
nuevos objetos de análisis e investigación y de interés particular de la
educación y tendrán su correlato en la visión de la Tecnología Educativa.
Lion (2015) tomando a diversos autores como Maggio (2011) y Levy (2004)
señala que la tecnología requiere hoy en día de una mirada transdisciplinar y
cambios profundos en las prácticas de enseñanza, reconociendo las formas de
conocer y aprender en la contemporaneidad.
Los planes de estudio y el campo de la
Tecnología Educativa
Estudiamos cada uno de los planes de estudio, desde el análisis
minucioso de sus elementos: la fundamentación, los objetivos de la carrera, los
perfiles profesionales, los alcances del título, etc. y luego abordamos lo
relacionado específicamente con el campo de la Tecnología Educativa. En este
caso, resulta interesante cuando ponemos en diálogo el “currículum como texto”
y la voz de las gestoras de estos proyectos. Allí se muestran distancia y
cercanías entre lo que se pensó y se hizo.
Cabe aclarar aquí,
cómo está conformado el campo de
la enseñanza de la Tecnología Educativa. Lo integran cuatro espacios
curriculares[2]: la Tecnología Educativa, la Informática
aplicada a la Educación, la Educación a Distancia y las Nuevas tecnologías
aplicadas a la Educación. De todos ellos, el espacio curricular TE es el que se
mantuvo constante en los distintos planes de estudio, dando cuenta de un
recorrido que comenzó en 1986 y sigue hasta nuestros días; mientras que los
otros espacios corrieron suertes diversas que mostraremos a lo largo de cada
etapa.
Es importante aclarar que, siguiendo el proceso metodológico planteado
por Bertely Busquets (2000), iremos tejiendo vinculaciones que se desprenden
del micro-contexto institucional y de la Universidad Nacional de Cuyo, así como
el macro-contexto nacional y en algunos casos, internacional. Esto nos
permitirá comprender los sentidos atribuidos al campo en cada década.
En el caso del micro-contexto, miramos los hechos que van acompañando el
desarrollo tecnológico dentro de la Facultad de Filosofía y Letras y que en
muchos casos, se plasma en decisiones de diversa índole, como económicas, por
ejemplo, con la inversión en equipamiento.
En el caso de la Universidad, se vuelven relevantes las acciones
desarrolladas para impulsar el avance que va teniendo la tecnología y su
vinculación con la educación, las decisiones que toman, cómo las explicitan y
si tienen su correlato o no en los planes.
Asimismo, en el caso del macro-contexto, consideramos los hitos
políticos que se dan en materia de política educativa en estas décadas: El
Congreso Pedagógico Nacional, la Ley Federal de Educación y la Ley de Educación
Nacional, haciendo hincapié en lo que mencionan sobre la Tecnología y la
educación. Por otro lado, también la influencia internacional en temas de
educación superior.
En esta década se crea la carrera de Ciencias de la Educación (1986) y
va de la mano del proceso de normalización de las Universidades Nacionales.
Este proceso iniciado con la vuelta a la democracia, implicó como aspectos
fundamentales los llamados a concursos docentes y la participación estudiantil.
Por otro lado, este período se caracterizó por el ingreso irrestricto de los
estudiantes a los distintos niveles del sistema. Esto provocó una paulatina
masificación de las instituciones de nivel superior que afectó las estructuras
universitarias existentes hasta ese momento (Buchbinder, 2005).
Por su parte, es destacable en
materia de política educativa, la conformación del Congreso Pedagógico
Nacional, éste se desarrolló en distintas etapas desde 1984 hasta 1988
(Albergucci, 1995). Se organizaron 7 Comisiones donde trabajaron distintas
temáticas y quedaron plasmadas las preocupaciones de toda una época. Aquí se
pone de manifiesto la crisis del sistema educativo “obsoleto, decrépito,
incapaz de lograr los objetivos de su estructura y organización” (Albergucci,
1995, p.30).
La democratización, descentralización, federalismo y la coherencia de un
sistema educativo integrado son algunos de los aspectos que se ponen de
relevancia y se señala el impacto del avance tecnológico en la sociedad. Desde
aquí, el campo de la Tecnología Educativa es rescatado como el recurso
favorecedor de procesos innovadores dentro de la educación.
Es curioso ver cómo se va gestando la necesidad de dar respuesta al
avance de la tecnología y su vinculación con la educación, pues ya en esta
década en la Facultad de Filosofía y Letras se crea el “laboratorio de
informática” como consecuencia de la donación de una computadora, gracias a la
gestión de la decana que estuvo a cargo del proceso de normalización de la
Facultad. Este hecho posibilita la realización de cursos de Pedagogía
Universitaria destinados a docentes de la facultad y cuyas temáticas se
vinculaban con la Tecnología Educativa (Educación a Distancia, Programación
lógica y computación digital) y con él se da el primer puntapié que posiciona
al campo en un lugar relevante para la formación docente.
Nos parece pertinente ahora, tomar la voz de nuestra informante clave de
esta década, integrante del equipo de gestión quien, en una entrevista, nos
aclara cómo se visualizaba el campo para los responsables de este primer plan
de estudio.
(MT) “En aquel momento todavía ni
de cerca nos preocupaba lo que hoy llamamos tecnología. En realidad la
preocupación empezó más bien mirando la tecnología, no la tecnología te diría,
sino la computadora, vamos a hablar más bien en términos de la época. La
computadora como un recurso solamente, como un recurso de trabajo, como un
recurso, si quieres, didáctico (…)”. (Entrevista personal, 01 de Abril de 2016)
Este relato nos permite ir aclarando algunas cosas: la incipiente
incidencia que va teniendo la “computadora” en el trabajo institucional y desde
ahí, la visión que “ese elemento” es importante para la formación docente.
Esto es, la tecnología se relaciona con el recurso material que puede
potenciar y acompañar la clase, aunque, paradójicamente, el recurso como tal no
existe, pues ni siquiera cuentan con las computadoras que puedan ofrecer dicho
soporte. Evidentemente, la mirada pone el acento en sus conocimientos del
mundo, más allá de las posibilidades reales de concretar esas ideas.
En el primer plan de estudio, los espacios curriculares que se trabajan
son: TE, IaE y EaD y los ubican dentro del área instrumental, lo cual nos da
una idea del sentido que recae sobre él.
Figura 1:
Organización de los espacios curriculares en el área instrumental
Analizando los elementos constitutivos del plan, encontramos que se
explicita la necesidad de dar respuesta a la impronta tecnológica que se
perfila en la época pero no desde qué lugar se piensa este campo. Esta ausencia
hablaría de una falta de debate en torno a la misma noción y al sentido posible
a otorgarle en la formación.
Con respecto al espacio curricular TE es incorporado como parte de la
formación obligatoria tanto para el profesor como para el licenciado, y se
asocia a la mirada clásica que nos adelantara Litwin (2009) en nuestro marco
teórico, por lo que se asocia a “medios para la enseñanza”, y en esta época,
cuando hablamos de medios, nos referimos a medios audiovisuales.
En el caso de la IaE se asocia a “la computadora”, situación que se
vincula con la masificación de las PC y el valor atribuido como recurso para la
enseñanza. Así lo señala el Instituto Internacional de Planeamiento de la
Educación (IIPE, 2006) cuando afirma:
En los años ‘80 se produce la aparición y masificación de las comúnmente
denominadas computadoras personales. Antes de esta década la informática muy
raramente entraba a las escuelas. En este momento inicial, su uso se piensa
ligado con la enseñanza de la programación. La computadora es valorada como
motivadora del aprendizaje y se propaga el diseño y el uso de juegos
didácticos. (p. 17)
En relación a la EaD, podemos decir que es la gran protagonista de este
plan. Se explicita la necesidad de su enseñanza tanto en el Congreso Pedagógico
como en los antecedentes de la carrera y en el mismo plan de estudio. Veamos
cómo lo ve nuestra informante clave:
Entrevistadora- (…) una de las cosas que me
llama la atención es que en el plan de estudio ustedes hacen mucha referencia a
la educación presencial y a distancia
MT- Claro pero era más bien como una
preocupación de la que todavía no teníamos los fundamentos, era una
preocupación que en el país comenzaba a surgir pero a partir de modelos de
otros países. En aquel momento bastante fuerte Colombia en Educación a
Distancia, en la formación de adultos, pero acá en Argentina todavía no había
ni los recursos y yo creo que tampoco había demasiadas personas formadas para
trabajar esta problemática, o por lo menos no en Mendoza, probablemente Bs. As
o Córdoba tendían a ser más fuertes en esta problemática (…). (Entrevista
personal 01 de abril de 2016)
Específicamente en el plan de estudio, lo vemos en las incumbencias
profesionales tanto del profesor como del licenciado: es importante que el
egresado pueda “desempeñarse en organismos, entidades y establecimientos
formales y no formales, oficiales y no oficiales, y en todo tipo de
organización o entidad que realice actividades vinculadas con la educación
presencial o a distancia” (Facultad de Filosofía y Letras, 1986. Ordenanza
01/86 C.D. Incumbencias profesionales. p. 5.)
A partir de este hecho, podemos señalar uno de
los aspectos relevantes de este estudio: la distancia entre el currículum
prescripto y el currículum real y la interpretación que se hace del mismo,
dando cuenta de la diferencia entre lo que pensaban[3],
las intenciones, y lo que efectivamente podían ofrecer. Esto se hace evidente
en relación a este espacio, porque es un enunciado fuerte dentro del plan de
estudio, pero que se pierde en la propuesta formativa siendo solo una opción
para aquellos estudiantes que deseen optar por la licenciatura.
Podemos concluir, que en
esta década, el plan de estudio intenta dar respuesta a los requerimientos de
la época vinculados con la tecnología y la enseñanza. Tal vez, lo que se
desprende de lo analizado es que por momentos es una respuesta más discursiva
que real, porque la demanda se iba sintiendo fuerte y los estudiantes sólo
tenían un espacio curricular para enfrentarla.
Tal vez podemos advertir lo
que Lion (2005) plantea como mito en
relación al campo: “la idea de que solamente por incorporar nuevos medios,
producciones, herramientas e instrumentos en las escuelas, generamos
innovaciones pedagógicas” (p.42)
Sin embargo, no queremos
dejar de advertir y valorar cómo desde los orígenes de la carrera, siempre fue
una preocupación a la que intentaron responder.
Segundo plan de estudio, la década del ‘90
En el año 1992 se realiza la primera modificación al plan de estudio,
después de 6 años de recorrido de la carrera y frente a nuevos desafíos que se
desprenden de esta etapa histórica.
Tiramonti (2004) caracteriza esta década a partir de una nueva visión
del Estado que pone en discusión la perspectiva centralizada del poder. El eje
del nuevo discurso tiene como base una idea modernizadora que “deposita en el
mercado (a diferencia de la versión anterior apoyada en el Estado) el papel de
agente dinamizador y transformador” (p.232). Esta visión moderna es el eje del
discurso educativo, al cual se suma el concepto de competitividad. Estas
perspectivas, pretenden desplazar las habilidades enseñadas hasta ese entonces
en la escuela por nuevas competencias que permitieran formar a los estudiantes
tanto para participar de la vida pública, como para vivir en un mundo altamente
globalizado y tecnificado.
Las nuevas tecnologías y la enseñanza del inglés son sus pilares. En
esta década las nociones de eficacia, eficiencia y competitividad imprimen
nuevos sentidos a las instituciones educativas.
Desde el punto de vista político, en 1993 se sanciona la Ley Federal de
Educación, constituyéndose en la primera ley para la totalidad de los niveles
del sistema educativo y, dentro de ella, cuando se menciona la Enseñanza
General Básica se hace alusión a la tecnología como objeto de enseñanza. En
esta propuesta, se focaliza en el procedimiento tecnológico, en la resolución
de problemas de la sociedad y en la reflexión sobre su impacto. Esta
perspectiva da cuenta de una mirada ampliada de la concepción de tecnología que
analizamos en el marco teórico a través de Díaz Barriga.
También, para dar respuesta al impacto de las tecnologías en la educación,
comienza la instalación de laboratorios de informática en las instituciones
educativas de la provincia de Mendoza y particularmente en la Universidad
Nacional de Cuyo, así como el proceso de digitalización de la Universidad a
través de diversos sistemas.
Rescatamos además, la creación del primer posgrado a distancia que
existe hasta nuestros días, la Especialización en Docencia Universitaria,
dirigida por el profesor Prieto Castillo, quien deja plasmada su mirada de la
acción educativa a través de la categoría “mediación pedagógica”.
En el caso de nuestra facultad, durante esta década, se sigue dotando a
las distintas dependencias de computadoras. Así lo plantea nuestra
entrevistada, quien fuera directora de Departamento de la carrera y que estuvo
a cargo de esta reforma del plan:
(G) cuando nosotros estábamos haciendo el plan de estudio es cuando
irrumpe en el claustro, no en los alumnos, las computadoras… porque los alumnos
no tenían computadora en ese momento (…) el decano hizo poner un circuito para
los directores, para las direcciones de los departamentos para que todas las
direcciones de departamento tuvieran este aparato”. (Entrevista personal, 27 de
setiembre de 2017)
El alcance que va teniendo la computadora en la educación (denominada
por la profesora como “este aparato”) se circunscribe en un primer momento, a
la gestión administrativa.
En términos generales, analizando los elementos que conforman este
segundo plan, hallamos un planteo instrumental que atraviesa toda la propuesta,
fundamentalmente desde una mirada del docente como un encargado de ejecutar
acciones tendientes a controlar el proceso educativo, respaldado por el aporte
teórico de la Psicología experimental.
Se plantea la visión del problema educativo como algo estático que puede
ser abordado desde una lógica particular, y desde la cual se obtienen
resultados exitosos. Se presentan las tareas o desafíos como “saberes expertos”
desde el decir de Tiramonti (2004), y la “base científica” es el resguardo de
ese saber.
Desde los aspectos estructurales formales se advierten dos
modificaciones: primero, la incorporación del espacio IaE a la formación
obligatoria del estudiante que opta por la licenciatura y luego, la EaD, que si
bien sigue siendo una opción dentro de la licenciatura, es ubicada dentro del
área Pedagógica (los espacios curriculares TE e IaE siguen dentro del área
instrumental)
Figura 2: Organización de los
espacios curriculares en dos áreas
En el caso del espacio TE, la idea del recurso para la enseñanza
vinculada a los medios, sigue siendo rectora, aunque se va consolidando la
inclinación hacia la información y la comunicación.
Por su parte, la IaE se explicita como contenido tanto dentro de la
Enseñanza General Básica como del Polimodal, sin embargo, la formación del
profesor en Ciencias de la Educación no parece dar cuenta de este impacto, pues
no logra consolidarse como un espacio obligatorio en el plan de estudio para
este perfil. No hemos encontrado en las docentes que sirvieron de informantes
clave para esta parte del trabajo, argumentos que expliquen por qué se destina
solo a la formación del licenciado y no del profesor.
Analizando los objetivos que se explicitan en el área instrumental en el
cual sigue ubicado este espacio, podemos afirmar que se la vincula con un
recurso que colabora en la tarea docente (de la misma manera que se concibe la
TE), aunque se empieza a vislumbrar que sobre ese recurso recae todo el impacto
que va a tener internet sobre la cultura.
Veamos el planteo de la profesora a cargo de este espacio en relación a
las decisiones que tomaron para este plan de estudio:
(T) (…) La informática aplicada a la educación era muy instrumental,
desde lo informático, desde el uso de la computadora como te decía…de
herramientas así un paquete como puede ser el Office, entender cómo funciona
una computadora etc., por eso se le da ese nombre informática para ampliarlo
más a todo lo que implica la utilización de la computadora mediada por redes
pero también en un contexto de nuevas pedagogías. (Entrevista personal 5 de
Setiembre de 2017)
Es clara la perspectiva de la profesora en relación a la informática,
vemos a partir de sus dichos, como va mutando la mirada de lo tecnológico: del
pensamiento analógico (vinculado con la descripción de la computadora) hacia lo
digital (vinculado con las redes) a partir de lo que va significando internet
dentro de este campo.
Con respecto a la EaD es interesante considerar algunos aspectos. A
diferencia de los otros espacios que siguen dentro del área instrumental, éste
se ubica dentro del área pedagógica pero, como lo habíamos mencionado, es solo
una opción dentro de otras tantas para estudiantes de la licenciatura.
Sin embargo, si pensamos esto
dentro del contexto explosivo de las tecnologías de la información y la comunicación
de esta época, y si consideramos que el desarrollo de la educación a distancia
por los años ‘90 lleva por lo menos, 40 años, resulta difícil pensar que el
lugar de este espacio curricular sea exactamente igual que en el primer plan.
En síntesis, y como para resaltar algunos de los aspectos que pudimos
rescatar de esta época, podemos concluir que si bien en el contexto se va
advirtiendo que el campo de la Tecnología Educativa se va conformando como un
gran protagonista dentro de la formación docente, este plan le da la espalda a
esos reclamos y no se vislumbra en las decisiones que se explicitan, que la
mirada esté orientada hacia ese mundo que se viene.
Tercer plan de estudio, década del 2000
En este momento de la historia, la cultura digital genera nuevas formas
de socialización y otras maneras de vincularse con el conocimiento. Destacamos
en este contexto el proyecto Tuning[4], (2011-2013) “impulsado y coordinado por
Universidades de distintos países, tanto latinoamericanos como europeos”.
Participan más de 230 académicos y responsables de educación superior de
Latinoamérica donde se establecen acuerdos en torno a las competencias mínimas
que debe poseer un egresado del nivel superior y promueve la Educación a
Distancia como facilitadora de proceso de transnacionalización. También, nos
encontramos frente a una nueva ley de educación, la Ley de Educación Nacional,
la cual sirve de contexto político y levanta las banderas de la inclusión y la
igualdad. En consonancia con esto, con la intención de democratizar el acceso a
la tecnología, se promueve el proyecto Conectar Igualdad, el cual consiste en
un modelo 1 a 1 (una computadora por alumno) que prevé la entrega de notebook a
todos los estudiantes y docentes del nivel secundario, de educación especial e
Institutos de formación docente de gestión pública de todo el país; su
principal objetivo es la alfabetización digital.
Por su parte, en la Universidad Nacional de Cuyo se crea el Servicio de
Educación a Distancia e Innovación educativa, con referentes de Educación a
Distancia en cada una de las Unidades Académicas.
En relación al campo, la expansión de la web 2.0 marca una línea rectora
a la cual se suman los tres espacios de esta nueva etapa. La incorporación de
aulas virtuales impulsada desde la institución para el trabajo docente es un
ejemplo de ello.
En este caso, este plan de estudio de Ciencias de la Educación tiene una
particularidad, porque fue modificado en dos períodos distintos. En el año 2004
se trabajó la propuesta pedagógica del profesor en CE y luego en el 2009, la
del licenciado.
Por este motivo, vemos que las decisiones tomadas para realizar las
reformas responden a dos referencias distintas: en el caso del profesor, el
plan de estudio se apoya en el impacto que causó la Ley Federal de Educación
como consecuencia del cambio en la estructura del sistema educativo. En el caso
del licenciado, es una propuesta amparada bajo las demandas provocadas por la
aplicación de la Ley de Educación Nacional y la definición de nuevos roles
profesionales.
Mirando ambos planes de estudio, durante esta década, el campo se ve
fuertemente fortalecido, sufriendo varios cambios: por un lado, todos los
espacios curriculares se ubican dentro del área Tecnológico-Comunicacional,
haciendo visible la intención de separarla de un planteo instrumental. Aquí nos
parece importante destacar los objetivos que se plasman para esta área:
Adquirir y aplicar conocimientos acerca de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito educativo
Diseñar desarrollar y evaluar materiales
educativos que integran a las nuevas tecnologías
Explorar diseño de proyectos con vistas a la
teleformación
Evaluar materiales y proyectos tecnológicos e
comunicacionales relacionado con la educación formal no formal presencial y a
distancia (Faculta de Filosofía y Letras. Ord. 22/04 p.36)
Puede advertirse, a través de ellos, que los procesos reflexivos están
ausentes en estas aspiraciones. Se centran en el uso de las herramientas
tecnológicas, más que en su impacto. Como hemos señalado en el marco teórico
referido a la Tecnología Educativa, ya desde la década del ’80 surgen estas
preocupaciones sobre los efectos de las tecnologías en la cultura, la sociedad,
la constitución de la subjetividad entre muchos otros.
Para plantear las tensiones que se desprenden del binomio tecnología y
sociedad, acudimos a Pérez Gómez (2017) quien plantea cómo la era digital cambia
la forma de estar en el mundo, donde los sujetos viven saturados de
información, en un mundo particularmente efímero, rodeados por la incertidumbre
frente a los vertiginosos cambios que se dan en todas las esferas de lo
cotidiano. Esto provoca una alteración en la forma de comunicarse actuar,
pensar y expresarse. La saturación de la información y la posibilidad de acceso
instantáneo y gratuito a ella sacuden la educación y el rol de los docentes.
Volviendo al plan de estudio, dentro de esta nueva área se ubican los
espacios curriculares que hemos trabajado, con algunas características
particulares: por un lado, el reemplazo de IaE, fuertemente vinculado con el
uso de “la computadora”, por NTaE que pone el acento en las tecnologías de la
información y la comunicación. Por otro lado, todos los espacios vinculados con
el campo se constituyen en obligatorios para la formación tanto del profesor como
del licenciado.
Figura 3: Organización de espacios
curriculares en el área tecnológica-comunicacional
Lo que puntualmente este plan del profesorado va marcando a través de
sus elementos tiene que ver con el avance de internet y sus demandas así como
el auge de la Educación a Distancia como consecuencia de los procesos de
internacionalización de los curriculum de las Universidades.
En el caso de la TE, la visión sigue estando vinculada con los medios
para la enseñanza, pero en este caso, con el aporte de la web.
Por su parte, se explicita dentro del plan el objetivo que persigue la incorporación
de las NTaE, “capacitar en el uso y la gestión de herramientas imprescindibles
en el proceso de la interacción docente-alumno” (Facultad de Filosofía y
Letras. Ordenanza 22/2004 C.D. p. p.2).
Desde aquí, se vuelve a hacer presente una mirada entendida como un
recurso, aunque sabemos que no es lo mismo plantear un recurso digital a uno
analógico, con lo cual, después de lo que venimos plateando en todo el trabajo,
cuando se habla de “recursos” se esconden múltiples miradas y posibilidades que
quedan atrapadas en un concepto que puede decir cosas muy distintas.
En este sentido Cobo (2016) nos aporta:
La destreza tecnológica ya no remite al uso diestro de los dispositivos,
sino que demanda un desempeño óptimo en el entorno digital en términos de
participación, respeto, intercambio, colaboración y convivencia con otros. Ello
implica la necesidad comprender las cambiantes reglas de interacción en el
mundo de Internet (p.72)
Nos preguntamos entonces, si desde el objetivo que se plasma para la
incorporación de este espacio, se alcanza a dimensionar esta mirada de la cual
se hace eco el autor.
Nuestra informante clave G nos aclara por qué tomaron la decisión de
introducir este espacio curricular:
(Entrevistadora) y en el tercer plan de estudio
que se saca la materia Informática aplicada a la educación y en su lugar se
agrega las Nuevas tecnologías….
(G) por qué se llamó así?... porque hicimos
nosotros una mirada (…) y vimos que en algunas… estoy hablando de las carreras
más nombradas… la de Buenos Aires, Comahue… en parte en Córdoba …había algo en
el norte… Ya ellos insertaban no solamente la informática sino otras posibles
tecnologías que venían en camino (…) entonces por eso la idea fue las nuevas
tecnologías para dejar el camino abierto a todo lo que pudiera venir
porque….quiénes iban a usar el teléfono cuando nosotros formulamos las nuevas
tecnologías? ese bicho no existía… empezaban los teléfonos chiquitos pero los
teléfonos nada más no era otra cosa, entonces la idea de ponerle el título
nuevas tecnologías fue para que desde el punto de vista de los contenidos y
epistemológicamente la cosa se planteaba con mayor apertura y que el profesor
no se quedara con la computadora y nada más. (Entrevista personal, 28 de
setiembre de 2017)
Evidentemente, la mirada de otras experiencias educativas y la fuerza
del contexto van imprimiendo una demanda a las que las gestoras de la reforma
responden. Parece, en esta expresión, que la gestora de este nuevo plan,
advierte que la vinculación histórica de la tecnología con la computadora
empieza a abrirse hacia otras posibilidades, representadas en las tecnologías
digitales y su potencialidad para la enseñanza y el aprendizaje.
La idea que podemos pensar a partir de estos puntos analizados es: desde
la gestión del cambio curricular se entiende que no se puede seguir hablando de
la computadora, hay otros elementos que están presentes en una época y a ellos
hay que darle una respuesta. Ahora bien ¿son conscientes del impacto que esto
implica? ¿Conocen sus alcances? ¿Comprenden la dimensión de estas nuevas
tecnologías para la formación docente? Parece que no del todo.
Sigamos con nuestro estudio, nuevamente la EaD
merece un apartado especial. Por primera vez forma parte de la currícula
obligatoria para la formación de un egresado en Ciencias de la Educación y se
especifica como una orientación dentro de la licenciatura.
Considerando puntualmente el plan de estudio
que nos convoca en esta oportunidad, lo primero que notamos es que esta materia
nuevamente cambia de área. Si recordamos el lugar que ocupó en los planteos
anteriores, vemos que en el primer plan está dentro del área Instrumental, en
el segundo pasa a formar parte del área Pedagógica y, en este tercero, se
incluye dentro del área Tecnológica-Comunicacional, junto con los otros
espacios que venimos analizando en este apartado.
Un aspecto muy relevante para este trabajo, lo constituyen los
fundamentos en torno a la EaD, lo citamos textual: “existe una real demanda
actual y a futuro de docentes que puedan formar proyectos de educación a
distancia y además fortalecer los marcos teóricos y prácticos de educación
permanente” (Facultad de Filosofía y Letras. Ordenanza 22/2004 C.D. p. 2).
De acuerdo a lo que venimos señalando en este trabajo, la demanda de la
Educación a
Distancia, sus alcances y sus perspectivas datan de los años ‘50, por
otro lado, la importancia de la educación permanente ya estaba implícita en las
discusiones del Congreso Pedagógico de 1986. Lo que podemos vislumbrar es que,
puntualmente la Educación a Distancia si bien se viene desarrollando desde hace
varias décadas, comienza a tener una fuerte demanda como consecuencia del
impacto que va generando el avance de internet y los procesos de
internacionalización del currículum plasmados a través de proyecto Tuning que
ve en ella, una aliada clave para concretarse. Vemos reflejado aquí cómo el
macro-contexto es el impulsor de los cambios, más allá de las tendencias y
desarrollos de las disciplinas a través del tiempo.
Entendemos que esto pone en evidencia la
distancia entre las demandas, los enunciados y lo expresado en las prácticas
institucionales efectivas. No hay que olvidar que fue plasmada como incumbencia
profesional en 1986 y recién en 2006 logra situarse como formación obligatoria
del profesorado y la licenciatura. Desde aquí podemos afirmar que siempre el
desarrollo de la Educación a Distancia estuvo en la retaguardia de las
decisiones curriculares.
El cuanto al planteo propuesto en la formación
del licenciado en CE con orientación en Educación a Distancia, podemos decir
que responde al impulso que le da la Ley de Educación Nacional, lo cual actúa
como un elemento clave para posicionar el campo dentro de la formación
profesional del egresado.
Conclusiones
El campo de la Tecnología Educativa en la carrera de Ciencias de la
Educación, responde al contexto histórico en el que se enmarca pero nunca
adquiere fuerza significativa en la formación de profesores ni de los
licenciados. Su principal logro es mantenerse a lo largo del tiempo. Dentro de
los planes de estudio ocupa un lugar fundamentalmente vinculado con ideas
instrumentales, asociado a un recurso para la enseñanza (sea el televisor, la
computadora o la web). En relación a la formación docente, no se advierten
discusiones epistemológicas sobre el campo y su impacto, esto más bien, queda a
criterio de uno de los docentes que participan de él.
Del análisis minucioso de cada uno de los planes, se puede observar una
escasa discusión sobre la formación docente como eje estructurador de las
decisiones pedagógicas que se van sosteniendo a lo largo de los años. Si la
hubo, no quedó explícita en ninguno de los planes de estudio, ni formaron parte
de las consideraciones desde donde se explicitaron los cambios propuestos.
En consonancia con esto, otra vacancia que detectamos es la falta de
discusión en torno al campo de la Tecnología Educativa que, de manera
incuestionable, formó parte de las inquietudes de la política educativa de cada
una de las décadas analizadas. Dentro de ellas, las preocupaciones fueron
distintas, sin embargo, en la carrera de Ciencias de la Educación, se consolidó
la mirada que la vincula con los recursos para la enseñanza, dejando de lado el
impacto sobre la misma, y los nuevos procesos de aprendizaje que facilitan las
tecnologías digitales.
Por otra parte, vemos que el campo se desarrolló como una consecuencia
de las demandas del contexto, y fue detrás de ellas, nunca pudo plantearse
desde una visión prospectiva de la realidad. Desde este lugar, el contexto
socio-histórico, parece “empujar” las decisiones de las distintas gestoras de
la carrera, las cuales intentan dar algún tipo de respuesta y lo hacen, en
muchos casos, de forma marcadamente discursiva y fragmentaria. Ahora bien, si
observamos con detenimiento, a pesar del exponencial desarrollo tecnológico, el
sentido sobre el campo se mantiene muy estable a lo largo de los años.
Cobo (2016) nos plantea que un cambio estructural de la educación
implica pensar en formar educadores facilitadores de tecnología con la
capacidad de reconstruir conocimientos con nuevas lógicas, formas y canales.
Este cambio de rol no afecta solo a los docentes sino también a las
instituciones que son claves en la administración del conocimiento. En este
sentido, no estamos hablando ya solo del campo de la Tecnología, estamos
hablando de la formación docente y específicamente de especialistas en
educación que ocupan muchas veces lugares centrales en la gestión de las
instituciones y en las reformas de los plantes de estudio, aspectos relevantes
para comenzar a construir este necesario cambio.
El estudio minucioso del currículum, su mirada histórica y la
reconstrucción de las tramas que intervienen en su configuración, nos permite
mirar a través del proceso metodológico propuesto, cómo se imprimen diversos
sentidos sociales a un campo particular de conocimiento. En este caso, la
Tecnología Educativa sirve de excusa y casi se convierte en una anécdota para
tomar la palabra escrita como objeto de análisis y poner frente a nuestros
ojos, un mundo de ideas, esperanzas, anhelos y también, egoísmos, recelos y
profundas contradicciones.
Creemos que el mundo de hoy nos trae demandas inimaginables que
requieren de una profunda discusión sobre el complejo mundo educativo. Si no encontramos
estas cuestiones atravesando todos los campos de la formación, solo tendremos
respuestas superfluas, que dejan a nuestros estudiantes al margen de la
posibilidad de generar propuestas acorde a los nuevos tiempos.
Referencias
Albergucci, R,
(1995) Ley Federal y Transformación
Educativa. Buenos Aires. Troquel.
Asamblea Nacional
(1988) Informe final del Congreso Pedagógico. Extraído de: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL003621.pdf
Bertely Busquets,
M (2000) Conociendo nuestras escuelas. Un
acercamiento etnográfico a la cultura escolar. Buenos Aires: Paidós.
Bertely Busquets,
M. (2002) La etnografía en la formación
de enseñantes. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social (CIESAS). Marzo de 2002 BIBLID [(1130-3743) 13, 2001,
137-160]
Buchbinder, Pablo
(2005) Historia de las Universidades
Argentinas. Buenos Aires:Sudamericana.
Cabaluz Ducasse,
F. (2015) Entramando pedagogías críticas latinoamericanas.
Chile: Quimantú.
Cobo, Cristóbal
(2016) La Innovación Pendiente.
Reflexiones (y Provocaciones) sobre educación, tecnología y conocimiento.
Colección Fundación Ceibal/Debate: Montevideo.
Díaz Barriga, A.
(1994) Currículum y Tecnología Educativa.
Revista electrónica Tecnología e investigación Educativas (25).
Dusell y Carusso
(1999) La invención del aula. Una
genealogía de las formas de enseñar. Buenos Aires: Santillana.
(IIPE) UNESCO
(2006). Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología. Instituto Internacional
de Planeamiento de la Educación. La integración de las Tecnologías de la Información
y la Comunicación en los Sistemas Educativos. Estado del arte y orientaciones
estratégicas para la definición de políticas educativas en el sector. Buenos Aires. Extraído de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000150785
Litwin, E. (1994)
La tecnología educativa y la didáctica:
un debate vigente. Revista EDUCACION. Vol. III. N° 6. Setiembre. Recuperado
de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5056982
Litwin, E (Comp)
(2009) Tecnologías educativas en tiempos
de internet. Buenos Aires: Amorrortu
Lion, C. (2005)
Mitos y realidades en tecnología educativa. En: Litwin, E. (Comp.) Tecnología Educativa. Política, historias,
propuestas. Buenos Aires: Paidós.
Lion, C. (2015). Desarrollos y tejidos actuales en el campo
de la tecnología educativa: caleidoscopio en movimiento. Archivos de
Ciencias de la Educación, (9). Recuperado de
http://www.archivosdeciencias.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Archivos09a04
Maggio, M. (2005)
El campo de la Tecnología Educativa: algunas aperturas para su reconceptualización.
En: Litwin, E. (Comp.) Tecnología
Educativa. Política, historias, propuestas. Buenos Aires: Paidós.
Ministerio
de Cultura y Educación de la Nación. Consejo Federal de Cultura y Educación
(1995) Contenidos Básicos Comunes para la Educación General Básica.
Ministerio
de Cultura y Educación de la Nación. Consejo Federal de Cultura y Educación.
Contenidos Básicos Comunes para la Educación Polimodal.
Ministerio
de Educación de la Nación. Ley N° 26.206. Ley de Educación Nacional. Buenos
Aires, Argentina, 14 de diciembre de 2006.
Pérez Gómez, A.
(2017) Pedagogías para tiempos de
perplejidad: De la información a la sabiduría. Rosario: Homo Sapiens
Ediciones.
Tiramonti, G.
(2004) Veinte años de democracia: acepciones y perspectivas para la
democratización del sistema educativo. En: Novaro, Marcos y Palermo, Vicente
(Comps) La historia reciente. Argentina
en democracia. Buenos Aires: EDHESA.
Tuning
América Latina (2011-2013) Proyecto Tuning. Recuperado el 6 de agosto de 2020
de https://www.tuningal.org/
Universidad
Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras (1986) Ordenanza 01/86 C.D.
Universidad
Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras (1992) Ordenanza 15/92 C.D.
Universidad
Nacional de Cuyo. Facultad de
Filosofía y Letras (2004). Ordenanza 22/04 C.D
Universidad
Nacional de Cuyo. Facultad de
Filosofía y Letras (2009) Ordenanza 12/09.C.D.
Universidad
de Buenos Aires. UBA XXI Recuperado
6 de agosto 2020 http://www.uba.ar/academicos/uba21/contenidos.php?id=12
[1] Es una forma de mirar y escribir la historia con perspectiva,
crítica, interesada. Parte de un problema o concepto presente y trata de hacer
un “mapa” de las luchas o conflictos que configuraron el problema tal como lo
conocemos hoy. Dussel y Carusso (1999) La invención del aula. Una genealogía de
las formas de enseñar. Buenos Aires: Santillana, p. 27.
[2] De aquí en adelante se utilizarán las siguientes siglas para
referenciar los espacios curriculares que estamos trabajando: Tecnología
Educativa (TE), Informática aplicada a la Educación (IaE), Educación a
Distancia (EaD), Nuevas tecnologías aplicadas a la Educación (NTaE)
[3]Ya en esta época la EaD llevaba unos 20 años de desarrollo en
América Latina. La Universidad de Buenos Aires contaba desde 1986 con el
proyecto UBA XXI.
[4] El surgimiento del proyecto ALFA Tuning – América Latina se plantea
durante la IV Reunión de Seguimiento del Espacio Común de Enseñanza Superior de
la Unión europea, América Latina y el Caribe (UEALC) en la ciudad de Córdoba
(España) en Octubre de 2002, cuando los representantes de América Latina,
acercaron la inquietud de pensar un proyecto similar con América Latina. El
Objetivo General del proyecto es contribuir a la construcción de un Espacio de
Educación Superior en América Latina a través de la convergencia curricular.
Entre los objetivos específicos se destaca la importancia de encarar las reformas
curriculares basadas en un enfoque en competencias. Este proyecto es relevante
porque Argentina participa del mismo y más precisamente, la Universidad
Nacional de Cuyo formó parte de la comisión de educación. Extraído de: http://www.tuningal.org/