La enseñanza en el ámbito universitario:
condiciones de su memorabilidad a partir del enfoque biográfico-narrativo
Teaching
in the university environment: conditions of its memorability from the
biographical-narrative approach
Graciela Flores
Universidad
Nacional de Mar del Plata, Argentina.
gracielaflores9-1@hotmail.com
Luis Porta
Universidad
Nacional de Mar del Plata, Argentina.
luporta@mdp.edu.ar
Recibido: 29/08/2020
Aceptado: 02/12/2020
Resumen. En un estudio
interpretativo-narrativo realizado en la UNMdP en el marco del Doctorado en
Humanidades y Artes con mención en Cs. De la Educación de la UNR se estudió
mediante el enfoque biográfico-narrativo en articulación con la etnografía
educativa la dimensión ética de la enseñanza de profesoras consideradas memorables
por sus estudiantes. La categoría “enseñanza memorable” emerge de una resignificación
y resentidización de los hallazgos investigativos de dicho estudio. Las
dimensiones de “memorabilidad” de la enseñanza se plasman en las siguientes
macrocategorías: enseñanza logopática, enseñanza apasionada, enseñanza como
compromiso existencial y enseñanza terapéutica. A su vez cada macrocategoría
alberga diversas categorías que muestran aspectos plenos de sentido para la
comprensión de lo que las profesoras creen, sienten, piensan y hacen cuando
enseñan. Si bien presentamos de modo muy sintético estos hallazgos, los mismos
permiten un acercamiento a la comprensión del entramado de significados y
sentidos alojados en prácticas de enseñanza que dejan huella en la subjetividad
de los estudiantes.
Palabras clave. Educación superior,
Investigación educativa, Prácticas de enseñanza, Enseñanza memorable.
Abstract.In an interpretive-narrative study carried
out at the UNMdP, the ethical dimension of the teaching of teachers considered
memorable by their students was studied through the biographical-narrative
approach in articulation with educational ethnography. The category
"memorable teaching" emerges from a resignification and resentization
of the research findings of this study. The
“memorability” dimensions of teaching are reflected in the following macro
categories: speech therapy, passionate teaching, teaching as an existential
commitment, and therapeutic teaching. In turn, each macrocategory contains
different categories that show full aspects of meaning for understanding what
teachers believe, feel and think, as well as what they actually do when they
teach. Although, we present these findings in a very synthetic way, they allow
us to approach the understanding of the network of meanings and meanings housed
in teaching practices that leave their mark on the subjectivity of students.
Keywords. Higher education, Educational investigation,
Teaching practices, Memorable teaching.
En este artículo ofrecemos
dimensiones que constituyen las condiciones de memorabilidad de la “enseñanza
universitaria memorable” mediante la resignificación y expansión de sentidos de
los hallazgos de una investigación titulada “Dimensión ética de la enseñanza.
Un estudio interpretativo de las prácticas de profesores memorables de la
Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata”, realizada
en el marco del Doctorado en Humanidades y Artes con mención en Cs. de la
Educación de la Universidad Nacional de Rosario.
En primer lugar
explicitamos los antecedentes del estudio mencionado, entre los materiales
preexistentes que configuraron nuestro locus investigativo contamos con
aportes del Grupo de Investigaciones en
Educación y Estudios Culturales (GIEEC) de la Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional de Mar del Plata, que hace más de una década viene
desarrollando investigaciones en torno a la didáctica en el nivel
universitario, abocándose especialmente al estudio de lo que los profesores memorables [1] dicen en sus narrativas y hacen en sus aulas.
En cuanto a nuestro
estudio interpretativo explicitamos algunas consideraciones metodológicas. Las
preguntas que nos planteamos inicialmente fueron las siguientes: ¿Cómo son las prácticas de enseñanza de las profesoras memorables?
¿Cómo pueden reconocerse y comprenderse los aspectos éticos de las mismas? ¿De
qué modo se presenta la dimensión ética en las prácticas concretas de enseñanza
de las profesoras memorables?
El estudio se sustentó metodológicamente en
la investigación narrativa articulando el enfoque biográfico-narrativo con
técnicas de investigación etnográfica en educación. Esta articulación permitió
entramar los sentidos y significados provenientes de las narrativas biográficas
de profesoras memorables con una diversidad de materiales obtenidos durante el
trabajo de campo realizado durante todas las clases de un cuatrimestre.[2]
En sentido amplio la metodología de la
investigación es cualitativa-interpretativa, en sentido específico se inscribe
en la investigación narrativa en educación. Este enfoque metodológico permitió
entrar en el mundo personal de los sujetos y buscar la comprensión en el ámbito
de los significados y sentidos, enfatizando la comprensión y la interpretación
desde los sujetos en contextos educativos concretos, con sus creencias,
intenciones y motivaciones. El enfoque narrativo en la investigación educativa
se vincula con la hermenéutica filosófica porque interpreta vivencias
lingüistizadas y porque pretende alcanzar una comprensión de las experiencias
de los sujetos que son siempre intersubjetivas, no trascendentales sino
concretas y situadas espacial y temporalmente.
El objetivo general de la investigación
consistía en comprender la dimensión ética de la enseñanza de profesoras
destacadas por los estudiantes en encuestas previas como ejemplos de buena
enseñanza. Planteamos los siguientes objetivos particulares: identificar
continuidades y rupturas entre “lo discursivo” de las (auto)biografías de las
profesoras memorables y las dinámicas “de la acción” de la práctica misma; analizar
las características de la dimensión ética de la enseñanza universitaria en las
prácticas de enseñanza de profesoras designadas como memorables por sus alumnos
en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata; analizar
categorías asociadas a la dimensión ética de la práctica docente de las
profesoras memorables a partir del registro etnográfico en las aulas.
Mediante estos objetivos se buscaba
articular lo discursivo con la praxis, es decir, lo que los protagonistas
expresaban en sus narrativas al ser entrevistados con la dinámica de la acción
en sus prácticas de enseñanza, las técnicas etnográficas resultaron
pertinentes, se evitó el monismo metodológico articulando la investigación
narrativa con la etnografía educativa y en líneas generales se emplearon los
siguientes instrumentos: entrevista biográfico-narrativa, grupo focal con las
profesoras, grupo focal con adscriptos a las cátedras, entrevistas de apertura,
entrevistas de focalización, entrevistas flash tanto a las profesoras al
culminar las clases como a los estudiantes, encuesta abierta a estudiantes,
entrevistas a miembros de las cátedras, registros de observación, registros de
audio y video, autorregistros, diario de campo. Cabe aclarar
que esta articulación metodológica permitió conectar lo que los
profesores narran en sus biografías con lo que hacen en sus clases cuando
enseñan y al mismo tiempo permitió incorporar otros sujetos involucrados en el
aula como los estudiantes, adscriptos, miembros de las cátedras y becarios,
mediante el estudio de sus narrativas.
El tratamiento del abundante material
obtenido permitió la progresiva construcción de categorías que expresan
hallazgos investigativos en torno a la dimensión ética de la enseñanza
universitaria que han dado lugar a varias publicaciones.
La categoría “enseñanza memorable” se
constituye como tal al expandir los sentidos de los hallazgos del estudio antes
mencionado y conlleva un potencial investigativo que permitirá realizar algunos
abordajes a futuro en el marco del GIEEC. En esta instancia estamos en una
etapa de exploración de dicho potencial a modo de reconstrucción retrospectiva y
proyectiva a la vez.
Entendemos que la “enseñanza memorable”
puede estudiarse en el campo de la Filosofía de la Educación.
Teniendo en cuenta que la Filosofía de la
Educación es un campo polémico y controversial en lo que respecta a la difícil
definición de la misma, adherimos a la postura que acentúa el filosofar y el
educar, es decir, sin buscar definiciones esencialistas, se trata de vivir y
practicar la filosofía en la educación, como sostiene Kohan (1996);
también coincidimos con el filósofo en que las “funciones” de la Filosofía de
la Educación son complementarias y compatibles, se trata de las funciones
epistemológica, elucidadora, propositiva, crítica y liberadora. En definitiva,
la Filosofía de la Educación “debería permitirnos no sólo identificar el tipo
de sujeto que la educación actual contribuye a conformar sino también un
espacio de posibilidades para pensar otra educación que contribuya a
construir otros sujetos” (Kohan, 1996, p.151).
Destacamos que fueron los sujetos
estudiantes quienes mediante sus narrativas se constituyeron en la condición de
posibilidad de la construcción de la categoría profesor/a memorable y sus voces
también están presentes en todas las categorías que se construyeron en nuestro
estudio sobre la enseñanza memorable. En sintonía con la perspectiva del
filósofo argentino, esto significa que se consideraron esos sujetos “que la
educación actual contribuye a conformar” y significa también que un estudio
interpretativo-narrativo contribuye también para “pensar otra educación”.
Al reflexionar en torno a la memorabilidad
de la enseñanza nos formulamos las siguientes preguntas:
a. ¿Qué es la enseñanza memorable?
b. ¿Qué significa “enseñanza memorable”? O
bien: ¿Qué significa enseñar de manera memorable?
c. ¿En qué consisten las prácticas de
enseñanza memorables?
La respuesta a la primera pregunta es que la
enseñanza memorable es aquella que los profesores memorables efectivizan en sus
prácticas. Puesto que no intentamos responder focalizando en el “qué” de la pregunta sino el “es” habremos de mostrar el “modo de ser” de la enseñanza
memorable; nos distanciamos así de cualquier esencialismo que pretenda definir
la enseñanza como si fuese algo dado estable, inmutable, universal o general.
Las preguntas b y c apuntan a construir una
definición hermenéutica,
coherente con la investigación interpretativa que hemos realizado. Seguimos
aquí a Bárcena (2005) cuando sostiene que cuando se define la educación con
preguntas del tipo que hemos formulado como b y c se alcanza una definición hermenéutica
de significación múltiple, “abarcable teóricamente solamente en el marco de un
proceso dinámico de discusión reflexiva, crítica e intersubjetiva” (p.66).
La “memorabilidad” de la enseñanza de las
profesoras que protagonizaron nuestro estudio puede mostrarse en las siguientes
cuatro macrocategorías y las categorías que integran cada una de ellas, las
mismas fueron construidas a partir de nuestros hallazgos investigativos y fueron
desarrolladas en nuestra Tesis Doctoral, también han sido ya abordadas en
diversas publicaciones.
ENSEÑANZA LOGOPÁTICA
Urdimbre ética de intelecto y afecto en la
enseñanza
ENSEÑANZA APASIONADA
Resonancia afectiva en la enseñanza
El humor en la enseñanza
Enseñanza rizomática
COMPROMISO EXISTENCIAL CON LA ENSEÑANZA
El modelo del reconocimiento
El estudiante como par antropológico.
La hospitalidad en la enseñanza
La generosidad en la enseñanza
La empatía en la enseñanza
El modelo de la batalla perpetua.
Militancia en favor del otro
El estilo didáctico problemático
ENSEÑANZA TERAPÉUTICA
Sentido terapéutico de la resistencia a la
desafectivización
Sentido terapéutico del encuentro pedagógico
Sentido terapéutico del hecho educativo como
hecho cultural
En esta instancia mostramos que cada una de las cuatro macrocategorías
es una dimensión de la “memorabilidad” de la enseñanza, a su vez cada dimensión
alberga categorías que expresan peculiaridades de la misma. A continuación
ofrecemos una apretada síntesis que muestra la potencia de nuestros hallazgos
investigativos con respecto a la temática que en este trabajo nos ocupa.
La “urdimbre ética de intelecto y afecto” es un hallazgo de nuestra primera etapa investigativa que revela un
núcleo central de la dimensión ética de la enseñanza.
En el ámbito educativo la ética es
relacional y la afectividad se inscribe en el registro ético porque las
valoraciones y las prácticas morales involucran logos y pathos. Los sujetos no actúan movidos por sus facultades racionales
escindidas de sus afecciones, el racionalismo a ultranza hace tiempo viene
siendo cuestionado porque las dicotomías mente-cuerpo, intelecto-afecto,
razón-emoción son reduccionismos simplistas y falaces.
El entramado de lo intelectual con lo
emocional en la enseñanza es ético porque conlleva una incidencia
transformadora de subjetividades, tanto de los docentes como de los
estudiantes. Nuestros hallazgos dan cuenta de la presencia conjunta de
intelecto y afecto en la enseñanza en las narrativas de estudiantes y
profesoras.
Los estudiantes que eligieron a
las profesoras memorables destacan su conocimiento disciplinar y didáctico pero
simultáneamente acentúan sus condiciones morales personales en conjunción con
condiciones morales de su enseñanza, esta dimensión ética se encuentra en sus
narrativas en su valoración del compromiso, la responsabilidad, el respeto, el
amor, la participación que fomentan y la pasión.
Las profesoras en las
entrevistas biográficas revelan que en sus vivencias como estudiantes las
impactaron docentes que dejaron huellas en su formación y en su subjetividad.
Además de destacar el conocimiento profundo y actualizado de las disciplinas
que enseñaban los profesores que las han marcado, revelan rasgos que se
relacionan con el plano sentimental y moral, como la pasión, el entusiasmo, el respeto el amor por la materia y por la
enseñanza, la generosidad, la solidaridad y la combinación de afecto e intelecto o sentimiento y razón.
En las entrevistas biográficas las
profesoras memorables también se refieren a sus prácticas de enseñanza
universitaria en el momento de ser entrevistadas, en sus narrativas surgen
valores en vinculación con sentimientos, se trata de la pasión, el respeto, la generosidad, la humildad y el compromiso.
Interpretamos diferentes sentidos de su compromiso que involucra además de su
responsabilidad en la planificación de sus clases, su compromiso con las
condiciones de sus alumnos actuales, con los estudiantes como personas, con la
participación de los alumnos, con la formación continua y con la realidad
social. Este “compromiso integral” del ser docente imbrica entonces intelecto, afecto y valores.
En su posterior participación en el grupo
focal las profesoras arriban a un consenso en torno a cómo sería “el profesor
ideal”. En esta construcción polifónica surge fuertemente la “urdimbre ética entre intelecto y afecto” que debería caracterizar tanto la enseñanza como la persona de ese
profesor ideal. Se trata de alguien que debería ser “buena persona”, humilde,
generosa, respetuosa y sensible ante los estudiantes y debería amar enseñar y
hacerlo con entusiasmo.
La potencia de esta categoría germinal abrió una
nueva línea de visión para proseguir la indagación. La coincidencia o afinidad
de criterios entre estudiantes y profesoras memorables es contundente en torno
a los aspectos que consideran valiosos en la enseñanza. A partir de este
hallazgo consideramos que la singularidad de los sujetos y sus prácticas sólo
puede ser estudiada en profundidad en situaciones concretas, entonces decidimos
buscar nuevos sentidos y significados a partir de la indagación en el aula.
En la segunda etapa de nuestra investigación
construimos la macrocategoría “enseñanza apasionada” que entrama las narrativas de los estudiantes y de las profesoras y
los modos en que la misma se efectiviza en las clases. Según los estudiantes
Cecilia y Cristina enseñan de manera apasionada, sienten pasión por lo que enseñan y “son” docentes apasionadas.
Cristina define su estilo de enseñanza como
“enseñanza apasionada” puesto que no concibe ni la vida ni la enseñanza sin
pasión. Cecilia expresa que lo que la sostiene en la tarea docente y la hace
feliz son los vínculos afectivos, se trata de relaciones pedagógicas que se
inscriben en el registro de la philia y del pathos, en este sentido la pasión significa sentirse afectado. Para ambas
profesoras la pasión no diluye la rigurosidad académica, la enseñanza
apasionada no resta intensidad a lo intelectual, por el contrario, logos y pathos se complementan.
La
enseñanza apasionada conlleva una incidencia transformadora de la subjetividad
de los estudiantes. Mediante el lenguaje de la experiencia los estudiantes
expresan que son “alterados” por la alteridad, dicho de otro modo, “afectados”
por la enseñanza apasionada. Según nuestros hallazgos se trata de afecciones
experimentadas como potenciación, es decir, esta relación ética se expresa en
la imbricación pasión-experiencia.
En la experiencia de la pasión convergen
actividad y pasividad, de modo análogo con la convergencia entre razón y
emoción que desarrollamos en nuestra categoría germinal.
La experiencia supone lo que al sujeto le pasa por la aparición de algo o alguien, es decir, la experiencia
no se reduce a los sentimientos, ideas, o voluntad del sujeto que la
experimenta, involucra la “alteridad” y también la “pasión” puesto que el sujeto “padece eso que le pasa”, entonces el sujeto “hace” la experiencia de algo que es experiencia de su propia
transformación. La experiencia crea (o produce) formación y transformación ante
algo que adviene al sujeto en el acontecimiento y que deja una “huella”, una marca, un
rastro.
El sujeto es paciente y activo, según
nuestros hallazgos el sujeto “de” la experiencia es también sujeto que hace su experiencia porque la
vive, la piensa, la siente, entonces ser afectado no es padecer inactivo, lo
experimentado se recrea, reconfigura, resignifica y rememora incorporándose a
la unidad narrativa de su vida. Puesto que la identidad es narrativa, el sujeto
es un ser enredado en historias, es un ser que vive a la vez lo que le sucede y
lo que hace con lo que le sucede.
Consideramos que no hay ética sin relación,
sin situación, sin transformación. Entonces la enseñanza apasionada es ética
porque la pasión interpela al estudiante quien a su vez interpela al docente
con su sola presencia, el otro convoca por su ser y su estar; responder al
llamado del otro en el sentido de una ética de la alteridad (levinasiana) no
significa ni demanda ni respuesta de índole intelectual, la relación pedagógica
no es gnoseológica.
La experiencia de la pasión en la enseñanza
en sentido spinozista se realiza en la relación entre modos de ser iguales en
su condición de seres y diversos en su existencia, que están en afinidad
conveniente porque el modo de ser apasionado beneficia a quienes son afectados
contribuyendo a efectuar su propia potencia. La experiencia de esta peculiar
relación pedagógica constituye el núcleo de sentido destacado por los
estudiantes porque son transformados en su modo de ser, de actuar y de sentir
por la enseñanza apasionada que moviliza y convoca afecciones en relaciones de poder
“con” los otros.
La categoría “resonancia afectiva en la enseñanza” profundiza la comprensión de la enseñanza apasionada y muestra
continuidades con los hallazgos de la etapa recursiva de nuestra investigación.
En la entrevista biográfica Cecilia priorizó la pasión y la trama vincular
afectiva; en sus prácticas de enseñanza este enfoque se concreta en la
resonancia afectiva con sus estudiantes.
La resonancia afectiva involucra la
consideración de la trama afectiva vincular como fuente de la comprensión y se
produce mediante el reconocimiento de los estudiantes como pares antropológicos
en un peculiar estilo de clase interactiva donde la participación es alentada
por la valoración de sus intervenciones. La resonancia afectiva también se va
generando mediante la disponibilidad de la profesora ante los requerimientos de
los estudiantes, su acompañamiento académico y afectivo orientado a lograr la
inclusión en el ámbito universitario, la adecuación discursiva a sus
necesidades, el lenguaje cálido y el trato cordial y afectuoso. Estos hallazgos
expresan la coherencia entre lo dicho y lo hecho por la profesora, las ideas,
creencias, significados subjetivos presentes en su narrativa son practicados
efectivamente en su enseñanza.
Ante la
importancia asignada al humor por los alumnos de Cecilia, profundizamos su
sentido en la categoría “el humor en la enseñanza”.
Como recurso didáctico logopático la
inclusión del humor rupturiza el código discursivo filosófico disciplinar,
contribuye a la consolidación de una comunidad afectiva, estimula a los
participantes de la clase a comunicarse sin las rigideces de estilos
naturalizados y quiebra la previsibilidad que entumece el dinamismo de la
relación pedagógica. El sentimiento de alegría como componente emotivo es
suscitado mediante el humor que la profesora introduce de modo recurrente y
persistente con las variaciones que la situación amerita para contribuir a la
comprensión. El humor no es un recurso anecdótico pintoresco, es uno de los
componentes de la construcción metodológica de Cecilia durante su ejercicio
profesional durante décadas de trayectoria.
La enseñanza apasionada de Cristina se
revela como “enseñanza rizomática”. El principio de heterogeneidad que caracteriza la enseñanza
rizomática se opone a una enseñanza que orientada teleológicamente a la
hegemonía anula diversidades e identifica igualdad con mismidad. La enseñanza
rizomática fomenta la multiplicidad y el deseo de búsqueda que es siempre
dinámico, así escapa del sedentarismo de la copia.
En contraste con la metáfora arbórea el
sentido gnoseológico de la metáfora del rizoma permite comprender el valor
pedagógico de las conexiones entre saberes que amplían los horizontes de
crítica; en una enseñanza arbórea los estudiantes podrían quedar atrapados como
copistas sin salidas novedosas ni aperturas inéditas no codificadas, en cambio
el devenir rizomático es ejercicio de libertad.
Esta libertad se inscribe en el sentido
ético de la enseñanza rizomática que surge de la narrativa de Cristina cuando
expresa que con su enseñanza apasionada no busca réplicas. Interpretamos que la
libertad es inmanente a la condición rizomática de su enseñanza porque alienta la
heterogeneidad de los estudiantes, quienes son afectados por la pasión que la
profesora muestra como “testimonio vital”, pero son ellos quienes habrán de gestionar el curso de sus
pasiones.
Cristina convierte la clase en un “acontecimiento” porque
favorece la producción de sentido y combate el vaciamiento de la palabra que
produce un borramiento del nexo palabra-sentido-significado-acto; la producción
de sentido fecunda la convivencia y la transición hacia afectos activos. El
acontecimiento es efectuación de actos de sentidización así como efectuación de resistencia a las clausuras de significado. El sentido ético y el
sentido político de la producción de sentido se hallan en su efecto
subjetivante y en su efecto relacional porque coadyuva a la convivencia colectiva.
La participación en la creación de
significado y la producción de sentido va en la línea de una autonomía que no
es el individualismo propio de las sociedades contemporáneas que aíslan al
sujeto y lo encapsulan en una parcela egocéntrica que lo mantiene en la apatía
política y en el desinterés por los asuntos comunes. En el acontecimiento de la
clase el estudiante no es alentado a adaptarse a las significaciones
instituidas por el saber, así se empodera como creador de significaciones
instituyentes, por lo tanto, como sujeto ético y político.
La enseñanza apasionada de Cecilia se
vincula con su “compromiso existencial con la
enseñanza”, esta macrocategoría está integrada
por “el modelo del reconocimiento” y “el modelo de la batalla
perpetua”.
Según Cecilia el reconocimiento es condición
de posibilidad de la enseñanza apasionada. El modelo del reconocimiento imbrica
la perspectiva de la profesora del “estudiante como par antropológico” y la
“hospitalidad en la enseñanza” que se aprecia en sus clases.
Cecilia considera al estudiante como “par antropológico”, asume la subjetividad del estudiante como alguien cuya calidad
ontológica es la misma de quien enseña. Esto contribuye a lograr la efectiva
inclusión de los estudiantes en la dinámica de la clase en una trama vincular
sin estratificación jerárquica que los menosprecie. El reconocimiento se
traduce en implicación comprometida con la alteridad, donde los otros no son
meros alter
ego sino seres que por su sola presencia
convocan a la profesora a responder a su interprelación.
La vida en el aula está imbuida por la “hospitalidad” que supone una
racionalidad que no se identifica con el dominar sino con la apertura y la
receptividad. Las clases ofrecen apertura de posibilidades, sin la cual serían
poco probables las innovaciones y transformaciones.
La hospitalidad involucra el orden de la
afección, no sólo es un hacer, sino también un padecer con el otro. Es decir,
implica la sensibilidad suficiente como para aceptar la interpelación de la
alteridad, en un interjuego complejo entre afecto e intelecto, esa trama
vincular contrasta con la hostilidad de prácticas que excluyen y menosprecian a
los estudiantes en su condición de sujetos. Los estudiantes caracterizan la
enseñanza de Cecilia mediante términos sensibles y morales que simultáneamente
expresan sus vivencias, como respeto, no-soberbia, disponibilidad, apertura,
cordialidad, empatía, atención, simpatía, sencillez, confianza.
La “generosidad” y la “empatía”
son valores de acciones, es decir, valores morales no abstractos sino
actualizados (puestos en acto) en las prácticas de enseñanza de Cecilia porque desea que el otro llegue a conocer.
La generosidad es prodigalidad de afecto, tiempo,
esfuerzo y energía corporal a modo de despliegue que contribuye a tender
puentes de comprensión, a diferencia de las actitudes de repliegue donde se
disocia mente y cuerpo y se atesoran y resguardan el tiempo y la energía como
propiedades que la alteridad amenaza desgastar.
La empatía como emoción social de
interacción, como forma de implicación que transmite reconocimiento y como
pasión compartida (com-pasión) se expresa como sensibilidad pedagógica que
genera distensión vincular e instala una plataforma vivencial común en la trama
vincular, así nadie se siente ignorado porque la vivencia de la empatía es
experiencia vivida y como tal es cognitivo-afectiva e impide permanecer
impasible ante los sentimientos del otro.
En la instancia vital de toma de decisiones
pedagógicas Cecilia ha optado por enseñar con afecto, generosidad, empatía y en
situación de igualdad por la condición ontológica de los sujetos diferenciando
a la vez sus singularidades de manera acorde a su compromiso existencial con la
enseñanza.
En “el modelo del reconocimiento”
profundizamos el sentido ético de este compromiso y en “el modelo de la
batalla perpetua” nos adentramos en su politicidad al profundizar los sentidos
que entraña la relación poder-saber como configuradora de subjetividades y de
lazos intersubjetivos.
Este modelo incluye la “militancia en favor del otro”,
que alberga un nuevo sentido del reconocimiento como práctica resistencial. La
militancia es una forma de ethos donde la batalla
perpetua es resistencia a la des-subjetivación, al individualismo, a la
cristalización de los estudiantes en roles fijos inferiorizados por la
conducción pastoril y a las estrategias institucionales despotenciadoras.
La educación es un dispositivo capaz de
producir efectos y el entramado relacional alberga posibilidades
resistenciales, así la militancia en favor del otro ingresa en el registro de
las pedagogías transformadoras porque Cecilia enseña buscando microespacios de
construcción política de alternativas sin estancarse en la puntualidad de la
coyuntura. Mediante su “estilo didáctico
problemático” propicia el pensamiento crítico y
el discernimiento, así la problematización en la enseñanza actúa como “horizonte de transformación” porque
abre la dimensión de futuro como espacio de acción y transformación posibles,
en vinculación con la creencia de la
profesora en la capacidad liberadora de la educación y con su concepción de la praxis docente como ejercicio político. Su batalla contra la
adaptación acrítica, la apatía política y las prácticas aparentemente neutrales
es un modo de militancia pedagógica que coadyuva a la inclusión de los
estudiantes en el escenario narrativo que es la clase, en el orden del
discurso, en la disciplina y en el ámbito académico. La dinámica de la criticidad es vivencial, alude a la
experiencia intersubjetiva de los protagonistas de las clases quienes conforman paulatinamente un colectivo crítico de condicionamientos y
construcciones epocales y contextuales.
La “enseñanza terapéutica” es
otra macrocategoría que entrama las narrativas de las profesoras memorables y otros
protagonistas de nuestro estudio. Nuestros hallazgos previos se profundizan,
amplían y complementan con los tres sentidos anidados en la enseñanza
terapéutica que a continuación especificamos.
“El sentido terapéutico de la resistencia a la
desafectivización” se vincula con la enseñanza
de Cecilia. Su resistencia a la desafectivización de los vínculos pedagógicos
que existe en el nivel universitario aparece como irreverencia materializada en
experiencias de clase donde la afectivización puede considerarse como ejercicio
de profanación del dispositivo de poder a modo de intervención restituyente que
así conforma un contradispositivo; como conjunto de prácticas contrahegemónicas
que quiebran la lógica de la dominación donde la práctica pedagógica se
resguarda en una actitud defensiva de quienes desafectivizan los vínculos
porque esto los protege del temor a perder las jerarquías de poder
establecidas; y como transgresión discursiva que no significa una utopía de
inversión destituyente de una totalidad sino denuncia y transformación de lo
que debería dejar de ser como es, en este caso, la desafectivización de la
academia.
La afectivización de los vínculos entendida
como transgresión, como contradispositivo o como práctica contrahegemónica
restituye la posibilidad de intervención de los estudiantes tanto en sus
transformaciones subjetivas como en su obrar en el mundo.
En los ambientes maquínicos que suelen tener
las instituciones pueden realizarse y reproducirse funciones estratégicas
atentatorias de la salud de los sujetos. Puesto que las capacidades poiéticas y
autopoiéticas pueden ser despotenciadas, la salud del sujeto como corporalidad
viviente intersubjetiva se enajena desvitalizando sus horizontes cuando el
poder polivalente de las instituciones como mecanismo de transformación los
modela como un público gobernable bajo el efecto de las disposiciones del
saber.
La afectivización de los vínculos alberga la
confianza en las capacidades poiéticas de los estudiantes, así las
transformaciones son agenciamientos que como ética y política de la experiencia
no cancela el potencial emancipatorio sofocando el pathos por la preeminencia del logos; como venimos
viendo desde nuestra categoría germinal esta imbricación es propia de la
enseñanza apasionada y también lo es de la enseñanza terapéutica.
“El sentido terapéutico del
encuentro pedagógico” se vincula con la enseñanza de Cristina. Su metáfora del
banquete y su concepción de la clase como convivio,
muestran lo terapéutico en la enseñanza entendida como buen alimento ofrecido con pasión y afecto, que mantiene sanos a los
participantes de la clase. El sentido de las
transformaciones buenas entendido en clave ético-política spinozista, sería que
el ser humano llegue a ser libre y lo es cuando se apodera de su capacidad de
obrar, o sea cuando su conatus está determinado
por ideas adecuadas de las que se derivan afectos activos. La potencia es
instituyente y transindividual, es capacidad de afectar “con” otros y entonces es
resistencia a poderes que requieren de la impotencia y de la alienación de lo
que los cuerpos pueden para su dominio.
El banquete no alberga una moral ni una
política sacrificial sino la satisfacción de compartir el buen alimento. El
sentido terapéutico del encuentro implica lograr o mantener la salud de los
sujetos en sentido de la utilitas spinozista, como
deseo de otros, deseo de comunidad y philautía, como sentimiento de plenitud que acompaña la capacidad de afectar
en acto y es manifestación del interés irreductible a cualquier forma
calculadora en sentido instrumental y utilitarista.
“El sentido terapéutico del hecho educativo como hecho cultural” se vincula con la metáfora del tejido de Cecilia. En la trama
cultural interviene una razón relacional, se ponderan las relaciones
intersubjetivas y las relaciones de los sujetos con la cultura, así la urdimbre
educativa y cultural opera como una red que salva de un “estar” en el mundo atomizado.
La trama cultural que se teje en el hecho
educativo permite cultivar una subjetividad que desarrolla tanto la conciencia
individual como social, porque la existencia relacional del individuo debe ser
considerada para alentar la crítica al poder hegemónico que rechaza lo
comunitario y así desgarra el tejido social.
Interpretamos
la metáfora del tejido en el marco de la racionalidad emancipatoria, para Cecilia el pensamiento político es vital en la enseñanza porque se
convierte en una caja de herramientas para interpretar la realidad y
transformarla, así el ejercicio docente es capaz de producir transformaciones
en aras de una sociedad más justa. Para la profesora la metáfora del tejido es
potente para mostrar que en el aula se genera un espacio de acción común, un
territorio de acción, sentimiento y pensamiento donde se comparte el deseo de
crear instancias más saludables.
En la dinámica del poder la enseñanza es una
forma de biopoder, entendiendo bios como vida humana en
interferencia con su cultura. La biopolítica como política “de” la vida que consiste en
la promoción de situaciones que contribuyan con la generación, regeneración y
mejoramiento de la vida humana es parte de una enseñanza que cura de las
situaciones de invisibilización de las experiencias de los sujetos y del
acallamiento de sus voces. El sentido amplio de la misma está en la validación
de la presencia viva de los estudiantes como seres en el aula y en el mundo que
portan la necesidad de investir de sentido sus vidas privadas inscribiéndolas
en un tejido común.
La enseñanza terapéutica potencia, cuida,
cura y empodera a los estudiantes, así se vivifican sus experiencias, se
alienta la producción de sentidos y se realiza una implicación en un entramado
común que revitaliza sus chances vitales.
Esperamos haber podido mostrar la potencia
de la investigación interpretativa-narrativa para visibilizar aspectos
centrales de la enseñanza memorable, es decir, los núcleos de sentido que
constituyen la memorabilidad de la manera de enseñar de dos profesoras
memorables.
Cada una de las cuatro macrocategorías que
aquí hemos abordado sintéticamente ha sido desarrollada en profundidad en
varias publicaciones nacionales e internacionales donde hemos presentado
nuestra interpretación en un marco que involucra Filosofía y Pedagogía y donde
hemos expuesto una diversidad de retazos narrativos de distintos protagonistas
de la investigación. En este escrito hemos optado por mostrar un panorama
general y abarcativo que según entendemos ofrece una aproximación a la
comprensión de aspectos de la realidad educativa actual, específicamente a lo
que se juega en el hecho educativo en la enseñanza memorable: el rol central de
la afectividad en el vínculo pedagógico, la presencia del reconocimiento de los
sujetos que estudian, la consideración de la resistencia y transformación que
la educación implica, así como la búsqueda de mejores condiciones futuras en lo
concerniente a prácticas de libertad y a la producción de una subjetividad
“otra” capaz de empoderarse colectivamente en la experiencia educativa.
Puesto que la educación es una experiencia
de sentido y una práctica reflexiva (Bárcena, 2005) y dado que educar es
transformar (Mélich, 2006), ese magma de significaciones nos impele a continuar
en la búsqueda de líneas de abordaje a futuro que sigan contribuyendo a comprender
e interpretar la actualidad de la enseñanza en el ámbito universitario.
Bárcena, F. (2005). La experiencia reflexiva en educación.
Paidós.
Kohan, W. (1996). Filosofía de la
Educación. Algunas perspectivas actuales, en Revista Aula, 8, Ediciones de la Universidad de Salamanca. (pp.
141-151)
Mélich, J.C. (2006). Transformaciones. Tres ensayos de Filosofía
de la Educación. Miño y Dávila.
[1] Los “profesores memorables” han sido definidos
en diversas publicaciones del GIEEC. La categoría no alude a quienes se
recuerda anecdóticamente, sino a los mentores, los referentes, los profesores
que dejan huellas significativas en la subjetividad de los estudiantes. Si bien
no puede haber una definición rígida de “profesor memorable”, algunas
características se desprenden de su modo de concebir la enseñanza así como de
su pasión, su apertura mental, su experticia, su integración de docencia,
investigación y extensión, su empeño en la construcción de vínculos afectivos
con los estudiantes, su concepción de la docencia como un desafío y como creación
y su interés en la formación continua.
[2] El GIEEC identificó un grupo de seis profesores memorables mediante
encuestas a estudiantes avanzados de carreras de profesorado de la Facultad de
Humanidades de la UNMdP. Las dos profesoras memorables que protagonizan nuestro
estudio fueron las más mencionadas por los estudiantes. Se trata de Cecilia,
profesora titular en las asignaturas Introducción a la Filosofía y Filosofía
Antigua de las carreras de Profesorado y Licenciatura en Filosofía y Cristina, profesora
titular en las asignaturas Introducción a la Literatura y Teoría y Crítica
literarias I, en las carreras de Licenciatura y Profesorado en Letras.