Educación inclusiva e inclusión social en
jóvenes y adultos/as con discapacidad intelectual: actores en contexto
Inclusive Education and Social
Inclusion in Young People and Adults with Intellectual Disability:
Actors in Context
[1]
Analía Lorena Palacios
Instituto de Formación Docente Continua
–
San Carlos de Bariloche, Argentina.
palacios.palacios789@gmail.com
Rocío Ayelén Lirio
Instituto de
Formación Docente Continua –
San Carlos de
Bariloche, Argentina.
rocioayelenlirio@gmail.com
Lorena Alejandra Matamala
Instituto de
Formación Docente Continua –
San Carlos de Bariloche,
Argentina.
loretae2015@gmail.com
María Viglino
Investigadora independiente, Argentina.
viglinomaria@gmail.com
Recibido: 03/09/2020
Aceptado: 17/03/2021
DOI: https://doi.org/10.48162/rev.36.004
Resumen. El artículo presenta avances de una investigación realizada en San
Carlos de Bariloche (Río Negro, Argentina) por un equipo de profesoras y
estudiantes del IFDC Bariloche: “Condiciones que favorecen y obstaculizan la
inclusión educativa de jóvenes y adultos/as con discapacidad intelectual (DI)
en educación primaria, secundaria y técnico-profesional en San Carlos de
Bariloche”.
Se comparten aportes jurídico-normativos, dimensiones del marco
teórico, y avances a partir del análisis de entrevistas iniciales a equipos
directivos, docentes, y a un estudiante con DI.
Finalmente, se exponen facilitadores y
barreras para la inclusión educativa y social, y aportes para la discusión
acerca de la temática.
Palabras clave. Inclusión, Educación, Discapacidad, Jóvenes, Adultos/as.
Abstract. The article presents progress of an investigation done in San Carlos
de Barioche (Rio Negro, Argentina) by a team of teachers and students from IFDC
Bariloche: “Conditions that favor and hinder educational inclusion of young
people and adults with intelectual disability (DI) in primary, secondary and
professional technician education in Bariloche”.
We are sharing normative legal contribution, dimensions of the
theoretical framework and progress from the analysis of initial interviews with
management teams, teachers and a student with DI.
Finally, facilitators and barriers for educational and social
inclusion and contributions for the discussion about the subject are exposed.
Keywords. Inclusion, Education, Disability, Young people, Adults.
En este
artículo presentamos avances de investigación de un proyecto actualmente en
proceso en San Carlos de Bariloche, Río Negro, Argentina: “Condiciones que favorecen y obstaculizan la
inclusión educativa de jóvenes y adultos/as con discapacidad intelectual (DI)
en educación primaria, secundaria y técnico-profesional en San Carlos de
Bariloche”.
A partir
de las preguntas que orientan la investigación -de índole cualitativa- , el
equipo ha formulado los siguientes objetivos:
1. Explorar los espacios educativos formales del nivel
primario, secundario y técnico-profesional en los cuales participan jóvenes y
adultos/as con DI en San Carlos de Bariloche.
2. Determinar condiciones que favorecen y que
obstaculizan la inclusión educativa de jóvenes y adultos/as con DI.
3. Establecer vinculaciones entre las experiencias de
inclusión educativa y la inclusión social de jóvenes y adultos/as con DI.
4. Establecer vinculaciones entre las experiencias de
inclusión educativa de jóvenes y adultos/as con DI y la variable del género.
En este
escrito, focalizamos en los primeros tres objetivos y compartimos testimonios
respecto a: ¿Qué relaciones pueden establecerse entre las experiencias de
inclusión educativa y la
inclusión social de los/as jóvenes y adultos/as con DI?, aspecto relevante ya
que vincula las propuestas de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos (EPJA)
con la participación de las personas en situación de discapacidad y
específicamente con DI, en su comunidad. Comprendemos entonces a la
discapacidad desde un modelo social,
como una construcción situada en la interacción entre factores personales y
ambientales (Organización Mundial de la Salud, 2001).
A partir
de los principios de inclusión educativa (Organización de las Naciones Unidas,
2006), se procura promover la
autonomía de los y las estudiantes en situación de discapacidad a lo largo de
la vida (Vega, Gómez, Fernández y Badia, 2013). Aun así, numerosos estudios
(Fielding, 2011; Tamarit, 2001; Verdugo, 2004; Vega, 2011, en Palacios, 2018)
exponen que este colectivo suele contar con pocas ocasiones para hacer
elecciones y les es negado el acceso a determinados entornos por medio de
discursos incapacitantes y asistencialistas.
En esta
investigación se lleva a cabo un trabajo de campo que implica la realización de
entrevistas a equipos directivos, docentes, estudiantes (jóvenes y adultos/as
con DI) y familiares, a partir de una muestra de instituciones educativas de la
modalidad de EPJA: dos instituciones de nivel primario, dos de nivel secundario
y dos de formación técnico profesional.
Se comparten
aquí referentes teóricos y normativos que sustentan el diseño de la
investigación y el análisis de la información, y ponemos en diálogo algunas
voces de personas entrevistadas: equipos directivos, docentes, y un estudiante
con DI, que generosamente nos invitan a conocer sus experiencias en primera
persona.
La
equidad en todos los ámbitos de la vida de las personas es actualmente
reconocida de manera innegociable. La Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006) enfatiza la
importancia de remover barreras sociales, políticas y culturales para la
participación en la sociedad.
En
cuanto a los marcos jurídicos que sostienen la inclusión educativa y social en
Argentina, la Ley de Educación Nacional
N° 26206 (Ministerio de Educación de la Nación, 2006) postula que se
brindarán oportunidades para desarrollar la formación integral a lo largo de toda la vida y se
promoverán proyectos vitales por medio de herramientas para el desempeño
laboral y social. Así, la EPJA se propone desarrollar la participación social,
cultural, política y económica; promover la inclusión de las personas con discapacidades, y la participación de docentes
y estudiantes en proyectos vinculados con la comunidad y los sectores laborales
(Op. Cit.). Estos aspectos también se especifican en la Ley N° 26058 (2005): Ley de Educación Técnico Profesional y por su
parte, el Consejo Federal de Educación (CFE 2010, 2015) concibe al estudio como una actividad que mejora la calidad de
vida, fortalece la identidad y el ejercicio de ciudadanía, y propone que la
EPJA articule experiencias de vida con saberes específicos como la capacitación
técnico profesional y sindical, para la participación cultural y productiva.
En la
provincia de Río Negro, la Ley Orgánica
de Educación N° 4819 (Ministerio de Educación y DDHH, 2012), enfatiza la
articulación entre instituciones educativas y comunidad, “constituyéndose en el
centro de la vida cultural de su zona de influencia” (Op cit.: art. 21, inc. c)
y se promueve así la vinculación de los contenidos pedagógicos con las
problemáticas regionales, nacionales y latinoamericanas para la construcción de
ciudadanía.
En
síntesis, el marco normativo explicita la relevancia de la participación
ciudadana por parte de los y las estudiantes como sujetos de derecho a lo largo
de toda la vida, por lo que la inclusión social debe ser contemplada en las
propuestas pedagógicas, lo que cobra especial significado cuando se trata de
estudiantes jóvenes y adultos/as en situación de discapacidad.
La
psicología evolutiva establece que el pasaje hacia la vida adulta implica una
serie de rupturas y tareas nuevas a desenvolver en la esfera cotidiana.
Constituye la fase en la que se produce la exogamia, la producción social
mediante el trabajo y la procreación humana (Griffa y Moreno, 2005). La edad
cronológica en que se suele ubicar es dispar, dado que el pasaje a la adultez
es inherente a cada persona, se produce de manera progresiva y no estanca.
Jurídicamente, puede establecerse a partir de los 16 años y de forma ampliada a
los 18 años de edad, donde las personas adquieren responsabilidades propias del
ejercicio adulto, como el acceso al voto o la asunción de derechos sexuales y
reproductivos, laborales, y emancipatorios de su familia de origen.
La
conquista de dichos derechos para las personas con DI en ocasiones suele ser
una disputa que se juega en torno a su estado de capacidad jurídica. El Código Civil y Comercial de la Nación
(2015) establece una capacidad de hecho y otra de derecho, y algunas veces para
su ejercicio o usufructo se requiere de apoyos físicos (equipamiento) o
personales (tutores). La figura de “incapaz” o de “curador” solo debería ser
utilizada en casos excepcionales y nunca de manera perpetua como suele ocurrir.
Según
Erikson (en Lanfranchini, 2007), entre los 25 y 30 años de edad se inicia el
quiebre de la adolescencia para empezar con el ejercicio de una adultez
temprana. En este nuevo estadío, se observa una maduración orgánica y emocional
estable, y se pretende que se produzca un pasaje de la endogamia a la exogamia.
La posible elección de una pareja, carrera u ocupación cobran relevancia. (Op.
Cit.)
El problema
recae en que estos desafíos a desarrollar por los incipientes adultas/os,
muchas veces no son habilitados para las personas con DI. En consonancia,
Brogna (2012) plantea cuatro dominios de valoración para poder establecer el
ejercicio de una vida adulta, en los cuales incluye diversos grados de
membresía. Estos son: 1. Cuidado de sí. 2. Distancia física (del grupo familiar
primario) autodeterminada. 3. Trabajo. 4. Sexualidad/Procreación.
En
relación a las personas con DI, desde un punto de vista biológico se ha
especificado que suelen sufrir un deterioro orgánico de manera más temprana y
acelerada (Catón, Chadwick, Capman, Thurnbull, SMitchel y Stansfield, 2013;
Muñoz, 2006; Navas, Uhlmann y Berástegui, 2013) y muchos de ellos suelen ser
tratados de manera infantilizada a lo largo de toda su vida. Esto se ve
reflejado en diversas prácticas alienantes, como la esterilización sin su
consentimiento, entre otras (Núñez, Páez y Pérez 2017).
La adolescencia
y la transición a la vida adulta son períodos críticos para el desarrollo de
actitudes y creencias que permitan a las personas ser agentes causales de sus
vidas, elegir, decidir, resolver problemas, proponerse y alcanzar objetivos,
autodefenderse. La educación desempeña un papel fundamental para el desarrollo
de estas habilidades y promover la autodeterminación.
Los/as
estudiantes jóvenes y adultos/as con DI necesitan aprender estrategias para
regular su conducta, proyectar su vida y su futuro (Vega, Betsebé, Díaz,
González y Matía, 2013). Esto requiere un cambio profundo en la manera de
concebir la educación y planificar los apoyos (Arellano y Peralta, 2013),
implica a todos los agentes educativos, se extiende a lo largo de toda la vida
y afecta a diferentes contextos (educativo, familiar, laboral, etc.) (Vived et
al, 2013).
Se han producido
significativos avances en materia de educación
inclusiva, entendida como una educación en condiciones de equidad e
igualdad para todos y todas. Sin embargo uno de los principales desafíos es
contribuir al desarrollo de una verdadera inclusión social. Pensar la educación
inclusiva como puente hacia la participación social del colectivo de jóvenes y
adultos/as con DI, requiere profundas transformaciones y supone comprenderla
como un proceso que permite una mayor participación en el aprendizaje, las
actividades culturales y comunitarias, y reducir la exclusión dentro y fuera
del sistema educativo (UNESCO, 2005, en Echeita y Ainscow 2011).
La inclusión
social se sustenta en las posibilidades con las que cuentan jóvenes y
adultos/as con DI de acceder a propuestas pedagógicas que instrumenten para la
vida en sociedad, la autonomía, y faciliten la participación en actividades
culturales. Esto supone identificar y eliminar barreras actitudinales,
culturales, institucionales, etc., que impidan a los/as estudiantes ejercer el
derecho a la plena participación y al aprendizaje: “encontrar un equilibrio
entre educar a ‘cualquiera’ pensándolo como ‘cada uno’ (...). Encontrar ese
equilibrio es el difícil arte de educar” (Skliar, en Malamud, 2008).
Entonces
se torna central el acompañamiento a una diversidad de trayectorias educativas, recorridos formativos de todos/as los/as
estudiantes, entre ellos/as, los/as estudiantes en situación de discapacidad.
Al hablar de “trayectorias” nos referimos a un camino en construcción que lejos
de ser algo que se modeliza o se anticipa, alude a un itinerario en situación
(Ardoino 2005, en Nicastro y Greco, 2012).
Las
trayectorias educativas constituyen recorridos singulares. Al respecto Terigi
(2008, en Ministerio de Educación de la Nación, 2009) hace una distinción entre
trayectorias teóricas, como
recorridos que siguen la progresión lineal prevista por el sistema educativo en
tiempos delimitados por una periodización estándar, y las trayectorias reales que representan "las múltiples formas de
atravesar la experiencia escolar, muchas de las cuales no implican recorridos
lineales por el sistema educativo" (DINIECE-UNICEF, 2004, 8 en op.cit). Resulta
así imperativo construir una mirada que comprenda cada trayectoria educativa
desde la complejidad y en el interjuego del tiempo: “siempre cuenta con un porvenir
y se remite a distintos pasados que intentan dar cuenta de los recorridos
seguidos que llevan al lugar en el cual cada uno se narra” (Nicastro y Greco,
2012, p. 28).
A partir
de estos conceptos y de considerar que las trayectorias educativas desde una
perspectiva integral (López, 2009) sostenemos la importancia de diseñar
proyectos pedagógicos que desarrollen capacidades para la participación
ciudadana de los/as estudiantes en situación de discapacidad y específicamente
con DI, en un entramado social plural: enfatizamos la relevancia de la
articulación entre inclusión educativa e inclusión social en un contexto más
amplio.
Compartimos
en este apartado las voces de algunas personas entrevistadas: docentes (DO),
equipos directivos (DI) y técnicos (T), y un estudiante con DI (ES). En cada
caso, se especifica si se trata de participantes en Educación Primaria (P), Secundaria
(S) o Técnico Profesional (TP). Las entrevistadoras (E) y las instituciones se
refieren con un código numérico que las representa.
Las
reflexiones enunciadas se entrelazan con: los aportes del marco
jurídico-normativo, las percepciones acerca de la vida adulta en situación de
discapacidad y DI, y el tema central de este artículo: la inclusión educativa y
su necesaria articulación con la inclusión social.
Los
equipos directivos entrevistados hacen referencia a la falta de normativas que
encuadren el abordaje pedagógico de estudiantes en situación de discapacidad en
la modalidad de EPJA, algo que sí es regulado en la provincia de Río Negro en
los niveles inicial, primario y secundario en la infancia y adolescencia,
mediante la Resolución 3438/11 (Ministerio
de Educación de Río Negro, 2011), que garantiza el acompañamiento de la
modalidad de Educación Especial per se.
Por ejemplo, dos referentes institucionales (de nivel primario y secundario
respectivamente) enuncian: “En
adultos no existen Resoluciones exactas o que traten sobre el tema de la
inclusión de personas con discapacidad o el reconocimiento que deberían tener
estas personas dentro de la modalidad” (DI/P1); “Normativas no sé exactamente…
nosotros nos basamos en defender el derecho a la educación y somos totalmente
inclusivos, de hecho no tenemos ninguna restricción en números…” (DI/ S2).
Este aspecto es sostenido por una de las entrevistadas en reiteradas
expresiones:
El marco de la 2035/15 que habla
de trayectorias y de inclusión educativa en primaria común… se estiiiiiiiira y
se hace inclusivo porque en alguna partecita dice: las escuelas de adultos
también. Nosotros en hechos, en la materialidad de todos los días, no tenemos
ningún tipo de acompañamiento formal de maestro de apoyo a la inclusión, de
equipos de ETAP[2] que se ocupe del
aspecto más pedagógico o más áulico de acompañamiento de esos alumnos. (DI/P1)
Falta, obviamente resoluciones
o disposiciones que sean más puntuales para aplicar en la modalidad. Este año
por primera vez se nos han pedido datos sobre las personas con certificado de
discapacidad que tenemos en las escuelas (...) Todavía no nos queda claro si
todos esos datos que nosotras suministramos van a ser analizados, tratados... o
se nos va a pedir algún otro tipo de ampliación... para que ingresen a escuela
especial. (DI/P1)
Porque nosotras conocemos que todo
estos casos que se reconocen, deben ingresar como proyecto a la escuela
especial, para que en algún momento se otorgue el acompañamiento del maestro de
apoyo a la inclusión... o de profesionales que hagan un reconocimiento que esos
alumnos están en la modalidad. (DI/P1)
Advertimos entonces cierta
vacancia respecto a encuadres que regulen prácticas pedagógicas para la
inclusión de estudiantes en situación de discapacidad de manera específica en
la EPJA. Esto puede considerarse como un obstáculo pero a su vez abre un ámbito
de posibilidades donde se pone en juego la agencia creativa por parte de
profesionales, instituciones y la comunidad en general.
Se
desprende de los relatos la importancia del trabajo en torno a la
autodeterminación de los/as estudiantes y la labor mancomunada entre diferentes
integrantes de la comunidad educativa: docentes, técnicos, familias, etc.,
incluso de manera interinstitucional.
Al indagar si las voces de los/as
jóvenes y adultas/os con discapacidad son tenidas en cuenta al asumir
decisiones vinculadas con su trayectoria educativa, algunos directivos
entrevistados plantean que atienden y solicitan su voz, aunque se advierte que
muchas veces estas suelen ser mediadas por otras personas. Ante la pregunta, un
directivo de Nivel Primario expresó:
Sí. Permanentemente sucede. No
sólo se va viendo su antecedente sino también su proyección, y se labura
también sobre lo que ellos van viendo que van aprendiendo. (...) En esas
reuniones que son pactadas las hacemos entre las MAI[3], Supervisión y
docentes de la escuela, ¿sí? Los espacios con los alumnos los vamos haciendo en
los ámbitos más institucionales o áulicos. y después se trabaja también muchas
veces sobre qué es lo que se quiere. (DI/P2)
Aun así, coexisten momentos como el de la
elaboración del encuadre de su Proyecto
Educativo Individual (PEI), en el que participan diversos actores en
nombre del estudiante, pero no ellos y ellas específicamente. De esta manera,
quienes firman acuerdos en torno a las trayectorias educativas (familiares,
profesionales, directivos, equipos técnicos y docentes, supervisores, etc), lo
hacen en representación y más allá del consentimiento de los/as jóvenes y
adulto/as en situación de discapacidad o con DI:
DI/S2: al ser adultos no
participan los padres, salvo en situaciones, todos son adultos pero algunos
chicos tienen 18, 19 años a veces nos comunicamos con los padres para
comunicarles situaciones que están en riesgo
E3: ¿y la persona con
discapacidad está ahí?
DI/S2: No está, también
citamos a los docentes... en general en el PEI individual de su trayectoria
todos los docentes ponen los propósitos, los logros y los lineamientos de
acreditación de cada materia (...) igualmente ya tenemos una reunión previa con
la familia y la familia sabe de qué se trata, no es que es un descubrimiento de
último momento.
E3: No solo la
resolución, sino el trayecto en sí, ¿lo comparten con la persona?, ¿puede
opinar sobre su trayecto?
DI/S2:
Normalmente no está presente.
En pos
de la autodeterminación de las personas en situación de discapacidad,
consideramos fundamental empoderar su propia voz, participación, elecciones y
decisiones para el diseño conjunto de trayectorias educativas y de proyectos de
vida. Una de las entrevistadas expresa:
Y
ellos (estudiantes) también
tienen que decidir qué van a seguir haciendo para no generar
tampoco una... un
lazo de dependencia de la escuela, ¿no? Si es habilitante, me
habilita a llegar
a otros espacios (...) algunas escuelas tienen que correrse de esa
función de
“contención”. Me peleo con
“contención”... “contener algo que se me
está
escapando...”, digo: ¿”contención”?...
“¿se te está escapando qué...?” o
“se
quiere ir...” (TAE/S1)
De manera complementaria, en los
relatos surgió la importancia de la articulación y comunicación con las familias de los/as
estudiantes, que habilita o dificulta el desempeño autónomo: “y ahí está
la familia (ríe), que obtura o te abre para que el estudiante siga decidiendo
socialmente...” (TAE/S1)
Se exponen también diversas sensaciones y
experiencias que atraviesan al grupo familiar:
Hay muchas veces instancias de
cuidado, mucho miedo, cuidados en exceso, cuestiones que no van permitiendo
desarrollos más... autónomos, más naturales... (...) Entonces ahí la cuestión,
tiene que laburar con eso (...) que se genere y que se permita esos pequeños
avances. Demostrado en un montón de cuestiones. Pibes que vienen acá y vienen
en transporte hasta pibes que participan de dos o tres años de laburo y se
toman el colectivo solos, o sea, van sucediendo cuestiones que no sucedían
antes. (DI/ P2)
Además se advierte la importancia
del acompañamiento por parte de profesionales que favorezcan la amplitud de
contextos posibles, fuera del ámbito familiar primario:
El año pasado tuvimos un episodio
con S. (estudiante) y se le planteó a la mamá de la necesidad que ella tiene de
emanciparse un poco, de adquirir un poco más de libertad y de independencia.
Entonces esto de que la mamá busque ayuda por ahí externa, en conseguir un
acompañante terapéutico que le enseñe, que sea un tercero que puede enseñarle a
manejar porque a ella le cuesta soltar, y que le genera ansiedades y preguntas
y que tiene que conseguir respuestas… (DI/TP1)
En cuanto a los aprendizajes que
adquieren los/as estudiantes con discapacidad, la totalidad de los
entrevistados consideran que son de utilidad para el ejercicio de la vida
adulta. Mencionan principalmente
el desarrollo de habilidades sociales a través de los oficios, además de otros
saberes:
·
La escritura de un Curriculum
Vitae:
Si hay contenidos de formación
laboral que tienen que ver desde la creación de un currículum. (...) Enseñarle
que un currículo es la presentación de las aptitudes que uno tiene para
proponerse para un trabajo, no de las condiciones de familia. No, si te falta
un dedo, te sobra un ojo. Y si vivís en el barrio A o C, entonces todo ese
encuadre se trabaja y es muy fuerte que trabajar para la formación, para que
reconozca qué cosas va a tener para proponer el currículum para ciertos y
determinados trabajos. (D1/P1)
·
El uso de transportes públicos:
“También se trabaja con el tema de los micros, porque en algún momento nos
dimos cuenta que faltaba, esto fue hace como seis o siete años”. (D1/P1)
·
La administración de dinero:
El saber emancipador está
buenísimo. Digo, que aprendan a manejar dinero si no saben, es fundamental…
está buenísimo. Ahora, después determinás con otras que no (...) qué les hacen
bien, qué les gusta, qué les divierte, que un montón de cosas... Qué los
desafía… lo que hace a la vida social… pero hay otros que sí (...) Esto del
dinero, el poder hacer una compra, tomarse un colectivo, de esas cosas que sí.
(D1/TP2)
Con
frecuencia, la administración
del dinero se implementa en instancias de venta que se generan en torno a lo producido en
talleres y se entrecruza con
saberes propios del diseño curricular:
Hemos tenido gente que salía a
vender sándwiches, café, o hacía alguna manualidad y nos pareció que había toda
una estructura detrás de la venta de eso que les enseñan a hacer y a vender que
les estaba faltando (...) Nuestros alumnos lo viven como una posibilidad, y se
trata de que puedan evaluar costos del producto, que puedan calcular materia
prima. Hay todo un proyecto. No sé, si vas a elaborar prepizzas: “¿Cuántas
sacas con un kilo de harina?” (...) con todo ese desarrollo que se hace sobre
este microemprendimiento, el marketing, la presentación, el vocabulario, nos ha
servido con gente con discapacidades. (D1/P1)
Estas habilidades
se destacan dado que por su intermedio también se facilita la participación e
inclusión en el contexto:
Todo lo que tiene que ver con la
dinámica que se genera a través de los oficios, ¿sí? Está pensado siempre en
función de la inserción social (...) desde ir a comprar materiales hasta el
producto, hasta armar la feria para venderlo y tratar de generar ese recurso
para reinvertirlo. (DI/P2)
No
obstante, contrariamente a la concepción de la persona en situación de
discapacidad como adulta o joven en proceso de ejercer su adultez, se ha hecho
referencias a prácticas infantilizantes hacia los/as estudiantes y a la
importancia de superarlas:
Lo que está en la currícula, que
lo puedo ir cambiando, manejando, pero no “hacer dibujitos”... No “quedarme en dibujitos”.
Que se entienda, ¿no?... está bien que dibujen, pero no que se queden... o “le
traje una fotocopia infantilizada”, ¿en adultos? (...) con eso, luchamos.
(TAE/S1)
Finalmente,
respecto a la planificación de un futuro por parte de jóvenes y adultos/as en
situación de discapacidad, se planteó la importancia de la orientación
vocacional y la posibilidad de probar alternativas para poder decidir:
Él es cambiante, pero todos somos
cambiantes... eso es algo que conversamos con su acompañante para que sigan
trabajando y que no esperen al año que viene. Él dice que le gusta el vivero y
yo le creo (...) cualquiera cambia, porque uno desea una cosa un día y bueno,
después se encuentra, se topa con otra cosa. G. sabe, relativamente y está
firme en eso. Y si no fuera así, igual hay que seguir trabajando sobre eso.
(TAE/S1)
Muchos
de los/as jóvenes y adultos/as con DI han egresado de escuela especial, o han
participado en diversas instituciones educativas sin finalizar los trayectos
propuestos. Algunos no han transitado la modalidad pese a requerir apoyo,
mientras que en otros casos se diseñan trayectorias compartidas entre
instituciones de educación especial y educación común. En su mayoría, jóvenes y
adultos/as han finalizado el nivel primario y retoman el circuito educativo en
busca de saberes que consideran pendientes, incluyéndose en las instituciones
de EPJA.
En las
entrevistas realizadas se expresa que jóvenes y adultos/as con DI transitan por
distintos espacios educativos a lo largo de su vida, lo que remite al concepto
de trayectorias educativas reales
planteado en el inicio:
Empecé ahí en la escuela dónde
estaba T. (menciona una escuela primaria común, infantil), (...) después me
anoté a la noche, después a la mañana la de O. (menciona una escuela de
educación especial), (...) Yo me engancho en todo, en todo lo que hay en las de
la escuela (...) hay peluquería ahora en la otra... ¿cómo se llama? y acá en A.
(escuela de adultos) estoy con C., estoy cosiendo. Si no, a la mañana estoy
estudiando, a la tarde hay cursos, que eso me gustan los cursos... me re gustan
los cursos... hay de cocina o....yo me prendo en todo... sólo que soy un tipo
que me gusta hacer de todo, pero nunca nunca puedo llegar a terminar,
¿comprende?, ¿me entiende?. (ES/TP2)
Ha habido algunos casos
que no pasan por la escuela especial, ha venido algún caso de C. (una
institución cultural), (...) La escuela lo recibió (...) Nos encontramos con la
gran sorpresa que nos superaba en contenido, hasta algunos maestros... porque
obviamente tenía zonas de desarrollo bastante interesantes. Tenía mucho
estímulo de cine, hablaba inglés, había vivido en el exterior... Como que la
escuela de adultos no era el lugar para ese chico, entonces en el 2014 decido
la promoción (...) Hice el enlace con la gente de L. (otra institución
educativa) (...) como que era un lugar donde él podía desarrollarse, era una
escuela de fácil acceso (...) Yo creo que hay que desarrollarles capacidades
para que vaya dentro de sus posibilidades y en el área de conocimiento en que
se pueda desempeñar, incorporando conocimientos nuevos, capacidades nuevas,
ampliando. (DI/P1)
M. (estudiante) que a los 46 años
decidió ella venir a aprender a leer y está haciendo un trabajo para adquirir
la lectoescritura (...). Esa chica yo no la tendría que tener sentada ¿sabés?
porque tiene terminalidad, tiene un certificado de terminación de estudios. La
escuela qué hace: abre la puerta porque se le puede dar los contenidos; y en
algún momento va a cumplir un ciclo, va a adquirir cierta cantidad de
herramientas y va a tener que pasar a un secundario. (D1/P1)
En los
relatos se advierte que a través de las trayectorias escolares reales es
posible reconocer los recorridos particulares de cada estudiante, y esto
implica el desafío de implementar propuestas acordes con esos recorridos:
Hay muchos chicos que tienen un
dictamen de discapacidad y el techo es muy bajo, (...) tienen mucha más
capacidad que el certificado dice, se nota un crecimiento enorme desde lo
social, de la autonomía, de las ganas de estudiar (...) dos ejemplos venían de
la laboral con un techo muy bajo agobiados y se desarrollaron en el CFI, lo
pudieron hacer y ahora están terminando el secundario, es más, están pensando
estudiar un terciario. Entonces hay que hacer un replanteo de cómo se maneja la
discapacidad y los lugares donde van los chicos (...) Hemos tenido trayectorias
compartidas, que me parecen muy bien. (DI/S2)
Una chica que estaba
cursando el secundario con muchas dificultades, con ganas de abandonar,
entonces le armamos una trayectoria compartida donde ella venía al oficio de
panadería, nosotros tenemos en panadería parte teórica que apunta al oficio
como matemática y lengua, entonces nosotros acreditamos matemática y lengua y
ellos el resto de las materias, (DI/S2)
Tenemos otros dos
chicos que terminaron en el C. (institución de formación laboral integral)
vienen de la Laboral y ahora están terminando el secundario, tenemos chicas en
1er año de la escuela especial, el año pasado se recibieron dos chicas con
dificultades auditivas, todos tienen su trayecto individual y una resolución
para su analítico, pero hemos tenido gran esfuerzo de los profes con la TAE
para los trayectos individuales. (DI/S2)
En los sectores
populares (...) que es muy heterogénea las edades, es muy heterogénea la base
educativa y la previa educativa, y es muy heterogéneo los tiempos de que han
estudiado. Hay gente que hace 20 años que no estudio más, hay chicos que se
recibieron de la escuela de adultos hace poco o se recibieron de la escuela
primaria común y dejaron, y después empezaron (...) tenemos que pedír recursos
para todos, entonces pareja pedagógica salvo que vaya acompañada... pero el
Estado te reconoce solo el que tiene un certificado de discapacidad (...) si
viene de otro lado y nosotros notamos que tiene cierta dificultad de
aprendizaje se lo comunicamos a la Supervisión y vemos si se puede gestionar un
certificado. Si no, ya es todo lo que es buena voluntad. (DI/S2)
El trabajo individual es casi una
norma porque hay muchas situaciones diferentes que hay que acompañarlos (...)
Nosotros vamos mucho a los propósitos, a dónde queremos llegar, probablemente
seamos mucho más flexibles tal vez en los contenidos, pero haciendo hincapié en
la posibilidad de generar sus propios conocimientos de autonomía de la relación
con sus pares, de las habilidades sociales, de cumplir con los horarios de
asistencia para tener una base fuerte para hacer frente a estudios superiores o
de un trabajo. (DI/S2)
Así surgen diferentes variables
referidas al acompañamiento de las trayectorias escolares de jóvenes y
adultos/as con DI: organización institucional, flexibilidad en los tiempos,
posibilidad de elegir entre diferentes propuestas. Se articula la oferta
educativa con las singularidades y preferencias de los/as estudiantes.
Esta gran oferta que tiene la
escuela (...) su aporte desde lo artístico, tiene su parte desde el oficio
vinculado al trabajo, tiene el que le gusta la madera, el que le gusta la
cocina (...) y tenemos encima flexibilidad horaria. Nos permitió readecuar o
pensar en que la trayectoria fuera en un turno completamente distinto, haciendo
una cosa completamente diferente. O venir solamente, o incrementar cantidad de
estímulos de dibujo y pintura para aquel que lo necesitaba (...) Si vemos un
perfil de estudiante que su fuerte es el dibujo y la pintura, y hay muchas
limitaciones para lo que tiene que ver con el estar sentado en el aula con una
carpeta y… ¿por qué no sumarle tres veces por semana el estímulo de dibujo y
pintura?.. Si es lo que le gusta. O por qué no convocar a otro a la tarde a
venir a hacer el curso de carpintería como si fuese un post- primario aunque en
realidad todavía está haciendo el primario a la mañana (...) con una actividad
que le gusta y aprende un oficio... y se relaciona con otras personas, con la
parte más relacionada al trabajo. (D2/TP2)
El C. (centro de formación
profesional) propone cursos que de repente nosotros no tenemos. Entonces ellos
tienen peluquería acá al lado y mecánica de motos, entonces de pronto detectar
alguien que sus intereses van por ahí y entusiasmarlo y acompañarlo como hacer
una actividad en otro lugar, pero no perder la vinculación o el contacto con…
con la escuela. (DI/ TP2)
La articulación entre instituciones
permite ofrecer variantes en las propuestas formativas para los/as estudiantes
con DI, planes de estudio y certificaciones intermedias:
Tres veces por semana iban allá, y
tres veces venían acá, íbamos cambiando, bueno hemos tenido de A. (otra
institución educativa). El A. es un secundario de adultos, también a la noche. (D1/TP2)
“Auxiliar en carpintería”
“Auxiliar en panadería y repostería” “Auxiliar en corte y confección”,
“operador de PC” (...) el plan de estudios es de dos años. En los chicos que
están en proyecto con inclusión, nosotros no le damos pelota (atención) a esos
dos años. (D1/TP2)
Los aspectos analizados permiten
concluir algunas de las articulaciones entre la inclusión educativa y la
social. Los lazos establecidos entre las instituciones y el contexto son una
fortaleza en las propuestas pedagógicas:
Tenemos relación y contacto con la
oficina de empleo, vamos a la Expouni[4]
con todos para que vean las posibilidades, estamos tirando redes para que
puedan continuar sus trayectos. (DI/S2)
Tiene contacto con la escuela, no
sé... L. (centro artístico cultural municipal), (...) ellos acordaron para el
año que viene ir abriendo, desplegando un poquito para que acceda, ¿viste?
Busquen una forma, se busque una forma para que la estudiante, este... no sé...
toca el bombo, canta bien, una genia. Bueno, que pueda ir siguiendo por lo
menos por ese lado... (TAE/ S1)
La mayoría de los equipos
directivos y docentes expresan que se relacionan con el contexto a través de eventos como
salidas que permiten que los/as estudiantes participen en actividades
culturales y recreativas:
Visitas a distintos
emprendimientos lucrativos, vamos al mercado de la estepa, salimos... distintas
experiencias extra áulicas, salidas a la montaña, es muy importante las
salidas. (DI/S2)
La inclusión se genera
en los espacios comunes. Yo que sé, nos vamos a hacer rafting... tratamos que
esos espacios también sean los espacios donde hay contacto y vínculo con todo
el resto de la institución, que no es nada más que esto suceda en este espacio,
sino que los tres niveles están al tanto de lo que sucede. (DI/P2)
Laburamos mucho lo que
tiene que ver con reconocimiento del entorno (...) cuando tenemos la
posibilidad de cuestiones de los circuitos comerciales de los materiales,
también con cuestiones con la E. (escuela especial) o con el A. (escuela
secundaria de jóvenes y adultos/as), porque habían hecho un laburito ahí de
cortar unas maderas, entonces los invitaron para ir allá, los esperaron con
algunas cosas ricas (...) vamos interactuando un poco ahí. (DI/P2)
Barrialmente, te diría que no hay
mayor conflicto. De hecho los pibes caminan varias cuadras para ir al colectivo
los que viajan solos (...) Estos “no se comen ninguna”, ¿viste? Andan para acá,
para allá, y para hacerse amigos necesitan cinco pasos. (DI/P2)
Por otra parte, la institución
educativa suele transformarse en un espacio de pertenencia para quienes no
acceden a otros entornos de participación comunitaria:
Viene gente grande en este lugar
la escuela es un lugar de comunidad, de encuentro, viene gente que no tiene un
lugar para socializar, no hay club, no hay vacaciones, la escuela es un lugar
que nuclea, llegan las vacaciones y dicen “ahora qué voy hacer” (...) viene
gente adulta que se aloja, viene gente que no le hace falta estudiar pero
quiere aprender cosas, compartir. (DI/S2)
Desde las instituciones se
gestionan además oportunidades diferentes a las experiencias cotidianas
habituales:
Nos parece bastante rico las
experiencias extra áulicas (...) vemos que es muy importante las salidas aunque
vemos que es muy difícil organizarlas… vemos desde lo vincular, desde el
aprendizaje otorgado. Ahora el 25 vamos a Villa La Angostura, fuimos a Las
Grutas con este espacio de “Rodar Escuelas”[5],
campamentos. (DI/ S2)
El 15 hacemos una muestra de fin
de año e invitamos a la comunidad barrial, a los parientes, a los amigos de los
estudiantes para que vengan a ver lo trabajado. Durante el año hacemos
actividades sociales, que invitamos a la comunidad, deporte, música todo lo que
se pueda invitamos. La participación tiene un ida y vuelta, ahora voy un poco
más a los oficios, hemos trabajado en las instituciones barriales, en la Junta,
en el Centro de Salud (...) los estudiantes pasan a ser docentes y cuentan los
talleres y actividades. (DI/S2)
En cuanto a las actividades
compartidas con las familias, se mencionan diversas experiencias de
intercambio, algunas vinculadas con el acompañamiento a la trayectoria
educativa e incluso se alude a la posibilidad de generar emprendimientos para
poner en práctica los oficios:
Las familias están siempre
invitadas para actos, para el torneo (...) las muestras (...) puede ser que a
veces haya que explicarle alguna cuestión más, más formal a la abuela para que
pueda darnos alguna respuesta. O A., que lo acompaña la mamá, que por ahí hay
que plantearle algunas cuestiones sobre horarios de salida, llegada, o también
regulaciones (...) Quizá la mamá puede o tiene una forma de regular lo que ha
desarrollado con su hijo. (DI/ TP1)
Vemos que está bueno
que la participación de la familia esté más puntual y más activa, las
convocamos y vemos cómo hacemos un seguimiento en función de eso. Si vemos que
la cuestión funciona, nos anclamos desde otro lado que también es interesante,
que las escuelas de adultos implican responsabilidades de adultos y cada uno se
va haciendo cargo un poco. (DI/P2)
Emprendimientos en la casa aunque
sea, empezar a trabajar con la familia, cómo ellos lo pueden proveer de un
espacio y pequeñas herramientas y de una mesa en un rincón (...) hay dos chicos
que están en carpintería, dos chicos que están en proyecto de inclusión, que
este verano que hasta se encontraron para hacer portarretratos con una
plantilla que hicieron junto con las profes, con las MAI y con el profe de
carpintería (...) estaría bueno que ellos también se empiecen a imaginarse.
(D2/TP2)
En este artículo hemos focalizado en el objetivo de
investigación: “Establecer vinculaciones entre las experiencias
de inclusión educativa y la inclusión social de jóvenes y adultos/as con DI”, a
partir de la pregunta “¿Qué relaciones pueden establecerse entre las
experiencias de inclusión educativa y la inclusión social de jóvenes adultos/as
con DI?”. Los diferentes testimonios analizados permiten visualizar tal
articulación a la luz de las dimensiones: marcos jurídico-normativos que
encuadran las propuestas pedagógicas, concepciones acerca de la vida adulta de
las personas en situación de discapacidad y DI, y trayectorias educativas
reales que transita cada estudiante.
A continuación
compartimos reflexiones del equipo a modo de avances vinculados con el objetivo
de determinar condiciones que favorecen y que obstaculizan la inclusión
educativa de jóvenes y adultos/as con DI.
En primer lugar, podemos enumerar los siguientes facilitadores detectados:
·
La apertura, creatividad y flexibilidad
en la tarea cotidiana de las instituciones educativas para responder a las
necesidades de los/as estudiantes.
·
La articulación interinstitucional para
poner en marcha experiencias integrales y trayectorias educativas compartidas.
·
El trabajo colaborativo, entre
instituciones y entre diferentes profesionales implicados: docentes, técnicos,
acompañantes terapéuticos, etc.
·
La comunicación fluida entre equipos
institucionales, otras organizaciones, estudiantes y familias.
·
El ofrecimiento de actividades prácticas
vinculadas con oficios, que promueven el desempeño autónomo y la toma de
decisiones por parte de estudiantes jóvenes y adultos/as.
·
El ofrecimiento de propuestas formativas alternativas y de
certificaciones intermedias que facilitarían el
acceso a diferentes desempeños en el mercado laboral.
Por otra
parte, surgen también barreras que nos permiten comenzar a poner en evidencia
el recorrido que resta transitar:
·
Necesidad de implementar prácticas en pareja pedagógica con docentes
de la modalidad de Educación Especial, ya que se
expresa que en ocasiones los recursos humanos ofrecidos como apoyo suelen ser
intermitentes o inconstantes a lo largo del tiempo, ó dispuestos ante pedidos
individuales sin pertenencia institucional.
·
Vacancia de marcos normativos específicos que regulen la inclusión
de estudiantes en situación de discapacidad en la modalidad de EPJA, que facilitarían la gestión y demanda de recursos humanos y
materiales cuando los/as estudiantes así lo requieren.
·
Poca sistematización de las trayectorias educativas de quienes hoy son estudiantes, lo que impacta en desconocer su
historia escolar y lleva a recomenzar cada vez como si fuera “de cero”.
Estos
aspectos nos convocan ante la necesidad de proyectar configuraciones de apoyo
que sostengan las trayectorias educativas de estudiantes con discapacidad a lo
largo de toda la vida, en articulación con la modalidad de Educación Especial
como transversal a todos los niveles y modalidades.
Finalmente
y si bien excede el alcance de la investigación iniciada, advertimos otra
barrera a ser superada: la falta de articulación entre la formación técnico profesional
y las oportunidades ofrecidas por el mercado laboral. Nos preguntamos qué
impacto tienen estas experiencias educativas en una inserción laboral efectiva:
¿qué tipo de oficios o trabajos remunerados ejercen quienes egresan de la
formación técnico profesional?, ¿existe algún acompañamiento por parte de las
instituciones educativas u otros organismos cuando se produce tal inserción?,
¿se trata de experiencias aisladas y espontáneas o existe algún relevamiento
que las sistematice?
Tales
preguntas pueden dar lugar a futuros proyectos de investigación que pongan en
evidencia realidades particulares pero que forman parte de un contexto
económico y social a nivel macro.
Como
parte del análisis realizado y como base a partir de la cual continuar esta
construcción, nos interesa favorecer la retroalimentación de saberes y
experiencias por parte de quienes participan y participamos del acompañamiento
de trayectorias educativas de jóvenes y adultos/as en situación de
discapacidad, y particularmente con DI. En este sentido, consideramos central
el trabajo colaborativo y en red, aspectos que también han sido valorados por
los equipos directivos y profesionales entrevistados.
Por
último, compartimos algunos fragmentos con voces que comparten esperanzas,
deseos y fortalezas, y que nos impulsan a avanzar en el camino que hemos
iniciado:
Lo que facilita es justamente ese
nivel natural de integración, los vínculos que se generan, la confianza y el
honor que van a llegar... la capacidad que tienen los chicos de resiliencia,
que pueden llevar adelante situaciones conflictivas, situaciones duras que le
ha tocado vivir y que sortean para salir adelante de un cuerpo circunstanciado
en el que estamos trabajando... viéndolo, compartiendo con cariño, con una
pasión genuina de lo que estamos haciendo. (DI /S2)
Yo creo que la
inclusión no le favorece sólo al chico incluido, sino también a los otros que
empiezan a ver esa realidad que antes en las escuelas no estaba. Empezar a
mirar la discapacidad de otra manera. (DO/ TP2)
Nosotros recibimos gente durante
todo el año, viene una persona ahora en noviembre queriendo estudiar y:
“adentro”, somos totalmente abiertos e inclusivos y defendemos el derecho a la
educación de todos y todas (...) pensamos que nuestros docentes que están tienen
mucha vocación, con muchas pilas para trabajar con sectores vulnerados y eso no
nos impide ofrecer lugar para que se llene. (DI/ S2)
Y como horizonte que orienta nuestro recorrido en
la búsqueda, compartimos la voz de un estudiante con DI:
No tengo capacidad para terminar.
Yo soy muy colgado, ¿me entiende? no sé si me comprende... me cuesta también,
para mí me cuesta... me gusta todo... charlar con las chicas, las maestras, los
compañeros. Ayudar, a veces tomar mate. Compartir. (ES/ P2)
¿Qué voy hacer en un futuro? y no
sé... lo que me gustaría, a mí siempre me gustó mecánica de auto ¿no? Ese es mi
futuro para mí, o aprender a cantar, tocar la batería, ser músico… ese también,
otro tema también que me gusta, me gusta mucho la música… (ES/P2)
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[1] Nuestro agradecimiento a María de los
Ángeles Tirabasso, profesora y traductora de inglés.
[2] ETAP: Equipo Técnico de
Acompañamiento Pedagógico.
[3] MAI: Maestro/a de Apoyo a la Inclusión. Ministerio de Educación de
Río Negro (2011).
[4] Actividad que se lleva a cabo en el
contexto local, en la cual diferentes instituciones de educación superior
exponen sus propuestas, con asistencia de estudiantes que finalizan sus
estudios secundarios.
[5] “Rodar Escuelas”: Festival de cortometraje y Colectivo Audiovisual
organizado por el Ministerio de Educación de la Provincia de Río Negro. Enlace:
https://educacion.rionegro.gov.ar/desarrollo_seccion.php?id=294