Reproducibility
of a didactic project for the acquisition of academic vocabulary in high school
students
Karina Hess
Zimmermann
Universidad
Autónoma de Querétaro, México.
Mariana
Alejandra Núñez Rodríguez Wyler
Universidad
Autónoma de Querétaro, México.
Recibido: 11/01/2021
Aceptado: 28/04/2021
DOI: https://doi.org/10.48162/rev.36.025
Resumen. Investigaciones
previas muestran que existe
una importante relación entre la capacidad de los estudiantes para realizar una
descomposición morfológica de las palabras y sus habilidades para adquirir vocabulario.
El
objetivo de esta investigación fue evaluar la reproducibilidad de un proyecto didáctico en torno a la
descomposición de palabras como estrategia para adquirir vocabulario en
estudiantes de tercer grado de secundaria. Participó un grupo experimental
(26 alumnos) cuyas habilidades de descomposición morfológica se compararon en
un pre y post-test con las de un grupo control (21 alumnos). Los resultados
mostraron en el grupo experimental un incremento en las habilidades para
segmentar las palabras, aunque no hubo diferencias significativas entre grupos
en la obtención del significado de palabras. Un análisis cualitativo de las
emisiones del docente y de los estudiantes señaló factores importantes a tomar
en cuenta para la reproducibilidad de un proyecto didáctico de esta índole en
la escuela secundaria.
Palabras clave. Vocabulario,
Alfabetización académica, Enseñanza de la lengua, Enseñanza por proyectos,
Educación secundaria.
Abstract. Previous research shows an important relationship
between students’ ability to break down words into morphemes and their
vocabulary acquisition skills. The aim of this study was to evaluate the
reproducibility of a didactic project on word breakdown as a strategy to
acquire vocabulary in ninth grade students. Participants consisted of an
experimental group (26 students) whose morphological breakdown skills were
compared in a pre and post-test to those of a control group (21 students).
Results evidence an increase in the ability to segment words in the experimental
group, even though there were no significant differences between groups in the
ability to infer the meaning of morphologically complex words. A qualitative
analysis of the productions of both the teacher and the students pointed out
important factors to take into account when reproducing a didactic project of
this kind in middle school.
Keywords. vocabulary, academic
literacy, language instruction, educational projects, secondary school.
La comunicación dentro de contextos escolares
involucra de manera importante el uso de un tipo de discurso al que se le
denomina discurso académico (Zwiers, 2008). Éste utiliza diversos tipos
textuales e involucra nuevos usos lingüísticos para la explicación de conceptos
y la construcción de conocimiento (Calsamiglia y Tusón, 2007; Zwiers, 2008).
Por tanto, es un tipo de discurso que involucra usos más sofisticados del
lenguaje y que se desarrolla en los años escolares hasta la adolescencia tardía
a la par de otras habilidades lingüísticas (Berman y Nir, 2010; Nippold y
Scott, 2010, Snow y Uccelli, 2009, 2014).
El discurso académico, a su vez, involucra el
uso de un lenguaje académico, el cual se utiliza en las escuelas de manera
común como medio de instrucción y evaluación (Dutro y Moran, 2003; Snyder y
Caccamise, 2010). En este sentido, la comprensión del lenguaje académico -o
falta de ésta- impacta directamente en el acceso de los estudiantes a la
información (Godínez y Alarcón, 2018; Snow y Uccelli, 2009, 2014; Snyder y
Cacamise, 2010; Uccelli, Dobbs y Scott, 2012). Uno de los aspectos centrales
del lenguaje académico es el uso de un vocabulario especializado, el cual
cuenta con una gran cantidad de palabras de origen grecolatino que corresponden
a un aproximado de entre 60 y 80% de palabras morfológicamente complejas
(Larsen y Nippold, 2007; Nippold y Sun, 2008; Rojas, 2006; Snow y Uccelli,
2009; 2014; Zwiers, 2008). En este sentido, el vocabulario empleado en el
discurso académico es un tipo de léxico que se adquiere de manera importante
mediante la descomposición de palabras morfológicamente complejas (Anglin,
1993; Kieffer y Lesaux, 2007, 2012; Nagy y Townsend, 2012).
Adicionalmente, diversos autores señalan que
existe una relación directa entre el conocimiento del vocabulario y la
comprensión lectora en los estudiantes (al respecto véase Baumann, 2008; Bangs
y Binder, 2016; Graves, 2006; Nippold, 2016; Stahl, 1999, entre otros). En términos generales se ha observado que un
lector y escritor competente es aquel que tiene un conocimiento amplio de
vocabulario (Bangs y Binder, 2016; Baumann et al., 2007; Bowers et al., 2010;
Stahl, 1999). Dicho conocimiento muchas veces reside en la capacidad del
individuo para aprender nuevas palabras mediante la estrategia de
descomposición morfológica (Kieffer y Lesaux, 2007, 2012; Nagy y Townsend,
2012; Nippold, 2016), que consiste en descomponer las palabras en sus morfemas
y obtener el significado de éstos y de la palabra completa, por lo que
involucra que el individuo tenga un conocimiento consciente sobre el sistema lingüístico
en general y sobre los morfemas y los significados de las palabras en
particular (Carlisle, 2004; Gombert, 1992; Goodwin et al., 2017; Hess, 2019;
Larsen y Nippold, 2007; Mahony et al., 2000; Martín, 2018).
Existen diversos estudios que indican que la
enseñanza de estrategias de descomposición morfológica puede incidir de manera
favorable en la adquisición de vocabulario especializado en la escuela (véanse,
entre otros, Anglin, 1993; Baumann et al., 2007; Goodwin et al., 2017; Hess,
2019; Kieffer y Lesaux, 2007, 2012; Pacheco y Goodwin, 2013; Tyler y Nagy,
1989). A su vez, otros trabajos han señalado que son diversos los contextos,
las condiciones y los soportes pedagógicos los que intervienen para que dicha
enseñanza resulte ser efectiva (Bangs y Binder, 2016; Goodwin et al., 2017;
Kieffer y Lesaux, 2007, 2012; Pacheco y Goodwin, 2013).
Si se toma en cuenta el bajo desempeño en
habilidades de lenguaje y comunicación de los alumnos mexicanos en pruebas
estandarizadas de evaluación tales como EXHALING (González, 2014) y PISA (INEE,
2016), se hace necesario el desarrollo de herramientas didácticas que incidan
en el desempeño lingüístico y académico de los estudiantes mediante estrategias
de adquisición de vocabulario. En un estudio previo, Hess (2019) mostró que un
proyecto didáctico en torno a la descomposición de palabras morfológicamente
complejas en estudiantes de tercer grado de secundaria puede incrementar de
manera importante la capacidad de los alumnos para segmentar las palabras en
sus morfemas y para extraer el significado de éstos con la finalidad de obtener
el significado de la palabra completa. Con base en lo anterior, el presente
estudio tuvo como objetivo central evaluar la reproducibilidad(1) de dicho
proyecto didáctico en un escenario educativo distinto al analizado en la
investigación anterior.
En el lenguaje existen distintos tipos de
discurso con diversas funciones que se utilizan en situaciones comunicativas
específicas. Dentro de la situación escolar-educativa, donde por lo general se
busca transmitir el conocimiento con el propósito del aprendizaje, uno de los
tipos de discurso más empleados es al que generalmente se le denomina texto o
discurso académico (Calsamiglia y Tusón, 2007; Nippold y Scott, 2010;
Snyder y Caccamise, 2010). El discurso académico se relaciona con el
aprendizaje que surge a partir de conceptos y mecanismos de análisis y
síntesis, ya que busca la construcción del conocimiento a través de la
transformación del estado epistémico que surge al alcanzar la comprensión de la
información que se presenta (Calsamiglia y Tusón, 2007). Algunos ejemplos donde
se utiliza este tipo de discurso son los tratados, estudios, ensayos, así como
en la clasificación, comparación, definición, descripción, explicación y
persuasión. El discurso académico también es frecuente en ambientes sociales externos
a la escuela como en conversaciones acerca de deportes, relaciones sociales,
gustos, análisis de eventos, discurso informativo y narraciones personales que
comúnmente están entrelazadas de manera sutil con el discurso expositivo
(Nippold y Scott, 2010).
La
comprensión y producción del discurso académico es una de las habilidades
importantes a desarrollar en el ámbito de la escolaridad puesto que lleva al
entendimiento de las consignas escolares y predice el éxito académico (Godínez
y Alarcón, 2018; Nippold y Scott, 2010; Schleppegrell, 2004; Snow y Uccelli,
2009, 2014; Zwiers, 2008). De acuerdo con Nippold y Scott (2010), existen
factores esenciales que intervienen en la adecuada comprensión y producción del
discurso académico, entre las que destacan el conocimiento previo con el que
cuentan los alumnos, los procesos cognitivos (capacidad para hacer inferencias,
funciones ejecutivas, habilidades de integración), así como la habilidad para
afrontar las dificultades que implican las características propias de este tipo
de discurso (al respecto véase también Godínez y Alarcón, 2018 y Snow y
Uccelli, 2009, 2014).
Producir y comprender un discurso académico
requiere de la apropiación de un lenguaje académico, también conocido como lenguaje
científico o lenguaje que refleja una literacidad (Dutro y Moran,
2003; Nippold y Scott, 2010; Schleppegrell, 2004; Snow y Uccelli, 2009). De
acuerdo con Zwiers (2008), millones de estudiantes alrededor del mundo
abandonan la escuela porque se enfrentan a la inhabilidad de utilizar el
lenguaje de la manera que se espera dentro de los contextos académicos. Al
respecto, Snow y Uccelli (2009) señalan que el lenguaje académico conlleva el
uso de un lenguaje más elaborado y complejo que involucra el dominio de
habilidades lingüísticas, cognitivas y psico-socioculturales. Se diferencia de
otras manifestaciones lingüísticas por el tipo de situaciones interpersonales
en que se presenta, por la carga informativa que conlleva, por la manera en que
organiza la información, por su congruencia representacional y -de especial
interés para el presente trabajo- por la elección léxica que involucra.
Numerosos investigadores señalan que una de las
características más relevantes del lenguaje académico es la elección léxica (Berman
y Nir, 2010; Godínez, 2019; Godínez y Alarcón, 2018; Nagy y Townsend, 2012;
Snow y Uccelli, 2009; Snyder y Caccamise, 2010; St. John y Vance, 2014; Zwiers,
2008). En el lenguaje coloquial generalmente se hace alusión a conceptos
concretos y de sentido común que se expresan a través de una menor diversidad
léxica que deja de lado la precisión. Contrario a esto, el lenguaje académico
implica el uso de un vocabulario de baja frecuencia que contiene una alta
diversidad de palabras provenientes del griego y del latín, palabras
morfológicamente complejas, expresiones formales de prestigio y alta precisión,
así como conceptos técnicos y abstractos con referentes menos concretos
(Baumann, 2008; Goodwin et al., 2017; Godínez, 2019; Lane et al., 2019;
Nippold, 2016; Snyder y Caccamise, 2010). El lenguaje académico hace, por
tanto, uso del léxico letrado (literate lexicon) que conlleva un
registro más elevado y formal. El registro de este tipo de léxico muchas veces
también es más complejo debido a que ha sido producto de un proceso de
nominalización que no sólo impacta en las categorías gramaticales, sino también
en el contenido semántico y las formas lingüísticas de las palabras (Berman y
Nir, 2010; Kieffer y Lesaux, 2012; Nippold, 2016; Uccelli, et al., 2012).
Debido a la importancia que conlleva el
desarrollo del vocabulario académico para las habilidades escolares de los
estudiantes, diversos investigadores se han abocado a explicar la manera en que
los niños y adolescentes adquieren nuevas palabras. Al respecto, Nippold (2016)
menciona que existen tres estrategias principales para el aprendizaje del
léxico: la instrucción directa, la abstracción contextual y el análisis
morfológico. La instrucción directa consiste en explicar de manera
verbal o escrita el significado de una palabra, es decir, se da cuando un
individuo pregunta de manera directa por el significado de una palabra y un
adulto o un diccionario se lo proporcionan. El problema de esta estrategia es
que no se traduce necesariamente en la comprensión completa e inmediata de las
palabras, además de que los maestros le dedican poco tiempo en el aula (Anglin,
1993), por lo que no resulta ser la más efectiva. La abstracción contextual,
por su parte, es el uso de las claves del contexto para determinar los
significados de las palabras. Este aprendizaje se da a través de la lectura de
diversos tipos de libros, revistas y periódicos y mediante el escuchar
conferencias, noticieros y debates. El aprendizaje de palabras en contexto
comienza con la exposición a los términos que se desea adquirir y es, de
acuerdo con Graves (2006), la estrategia más importante para adquirir
vocabulario, puesto que la mayoría de las palabras se deduce del contexto. No
obstante, el autor menciona que enseñar esta técnica en la escuela toma una
gran cantidad de tiempo y esfuerzo por parte de los instructores y aprendices.
Asimismo, se ha observado que en muchas ocasiones la información que provee el
contexto para comprender y adquirir vocabulario es limitada y vaga (Kieffer y
Lesaux, 2007) o no resulta suficiente porque requiere que los alumnos posean un
vasto conocimiento del mundo (Larsen y Nippold, 2007; Nippold, 2016).
La tercera estrategia para el aprendizaje
de nuevas palabras es el análisis morfológico, el cual se da cuando un
individuo se topa con un término desconocido, lo analiza en los morfemas que lo
forman y utiliza la información para inferir el significado. Por ejemplo, si en
un texto se enfrenta a la palabra desconocida intoxicación, podría
tratar de dividir el término en los tres morfemas formantes (el prefijo in-,
la raíz toxica (2) y el sufijo –ción). De esta manera podría
saber que la palabra se relaciona con el proceso (-ción) de introducir (in-)
algún veneno (toxica). Se ha visto que el análisis morfológico es un
instrumento de adquisición de vocabulario que resulta sumamente efectivo para
aprender palabras morfológicamente complejas (Anglin, 1993; Baumann, 2008;
Hess, 2019; Lane et al., 2019; Larsen y Nippold, 2007; Nippold y Sun, 2008;
Rojas, 2006). De acuerdo con Anglin (1993), los alumnos de tercero de primaria
conocen un promedio de 38,000 palabras, cantidad que llegará a las 54,000 para
el primer grado de secundaria gracias a la estrategia de análisis morfológico.
Otros autores mencionan que el conocimiento sobre la composición morfológica de
las palabras incide favorablemente en la comprensión de textos escritos y en
las habilidades lectoras de los estudiantes (Baumann, 2008; Carlisle, 2004;
Graves, 2006; Goodwin et al., 2017; Hess, 2018; Jaichenco y Wilson, 2013; Viana
et al., 2018), además de que conocer la estructura de una palabra proporciona a
los individuos el acceso para conocer muchas más (Larsen y Nippold, 2007;
Mahony et al., 2000). Asimismo, el análisis morfológico resulta ser una
estrategia didáctica muy adecuada debido a que alrededor del 60% de las
palabras nuevas con las que se topan los alumnos en el ámbito académico posee
una estructura morfológica transparente (Graves, 2006). Por último, la
enseñanza de la morfología de las palabras puede ser una herramienta importante
para favorecer la comprensión lectora durante la infancia (Bowers et al.,
2010), a nivel universitario (Metsala et al., 2019) e incluso en la adultez
(Tighe y Binder, 2015; Tighe y Fernandes, 2019).
En términos generales, para realizar un
análisis morfológico de las palabras el individuo sigue tres procesos (Hess,
2018; Larsen y Nippold, 2007). En primera instancia, identifica los morfemas
que constituyen la palabra. Posteriormente, es necesario que determine cómo los
afijos (prefijos y sufijos) impactan en el significado de la raíz de la palabra
y, por último, combina los trozos de información para comprender el significado
de la palabra completa. Es decir, durante este proceso, primero se identifican
los morfemas constituyentes y después se accede al significado de éstos y de la
palabra. Nippold y Sun (2008) mencionan que adquirir palabras morfológicamente
complejas es un reto importante para los estudiantes debido a que por lo
general se trata de términos poco frecuentes y abstractos cuya comprensión
requiere de un conocimiento de la estructura morfológica de las palabras
(conocimiento de la raíz que facilite la descomposición de la palabra en sus
morfemas). No obstante, conocer el significado de las palabras derivadas y
generar relaciones morfológicas a partir de ellas aporta al individuo más que
sólo la sensibilidad morfológica al conocimiento del léxico, puesto que los
alumnos que poseen estas habilidades son mejores para emplear las
representaciones de los morfemas en su vocabulario cognitivo con la finalidad
de indagar sobre el significado de nuevas palabras (Goodwin et al., 2017).
La enseñanza de estrategias de descomposición
morfológica para incrementar el vocabulario de los estudiantes ha sido foco de
diversas investigaciones en los últimos años. En términos generales, los
estudios han seguido dos vertientes principales. La primera concierne a
aquellos que tratan de explicar las relaciones existentes entre el desarrollo
léxico y la comprensión morfológica; la segunda se refiere a los trabajos que
indagan acerca del impacto de la intervención didáctica en torno a la
descomposición morfológica sobre el desempeño escolar de los estudiantes.
Entre
las investigaciones del primer tipo, destacan aquellas que buscan encontrar las
relaciones entre el desarrollo morfológico, el grado escolar y la comprensión lectora.
Bajo esta perspectiva, Mahony y otros (2000) realizaron un estudio con 199
alumnos de tercero a sexto grado de primaria y encontraron que existe una
relación entre el nivel de vocabulario de los estudiantes y su habilidad para
realizar relaciones morfológicas derivativas y decodificar textos. En otro
trabajo, Kieffer y Lesaux (2007) buscaron observar las relaciones existentes
entre la habilidad de descomposición morfológica y la comprensión lectora de
111 estudiantes de cuarto y quinto grados. Los resultados de su estudio
mostraron que los alumnos con una mejor comprensión morfológica obtienen
mejores puntuaciones en pruebas de comprensión lectora, además de que existe
una relación recíproca entre habilidad morfológica y vocabulario. Por otro
lado, Bowers y otros (2010) buscaron probar mediante un metaanálisis que el
conocimiento de la morfología derivativa incide en las habilidades de lectura
de los estudiantes. Después de un exhaustivo análisis de 100 estudios, los
autores concluyen que la instrucción morfológica tiene efectos significativos
en la adquisición de vocabulario de los alumnos, que la enseñanza más funcional
es aquella que ve la intervención con la morfología derivativa de manera
integral, y que los lectores con dificultades se benefician más que los buenos
lectores de la enseñanza de esta estrategia.
Otros
autores como Sparks y Deacon (2013) buscaron explorar la relación existente
entre conciencia morfológica y vocabulario en una muestra de 100 estudiantes de
segundo grado de siete escuelas diferentes a quienes se les dio seguimiento
desde el inicio de segundo hasta concluir el tercer grado de primaria. Las
investigadoras encontraron que existe una correlación entre conciencia
morfológica y vocabulario por grado escolar que continúa a través de los años
escolares. Tyler y Nagy (1989), por su parte, buscaron mediante diversos
estudios establecer el orden de adquisición del conocimiento morfológico en
alumnos de cuarto, sexto y octavo grados. Sus resultados señalaron un
incremento por grado escolar en el conocimiento morfológico. Pacheco y Goodwin
(2013) realizaron una investigación sobre las distintas estrategias que
utilizan los lectores de secundaria para descomponer palabras desconocidas en
sus morfemas y hallaron que tanto los alumnos que presentaban dificultades con
la lectura como aquellos que eran muy competentes en la misma utilizaban la
descomposición morfológica de manera efectiva. Adicionalmente, Goodwin y otros
(2017) estudiaron el impacto que tienen las estrategias de descomposición
morfológica sobre la comprensión lectora en lectores adultos y encontraron que
aquellos considerados como lectores con dificultades mostraron mayores
problemas con el procesamiento morfológico de las palabras, por lo que
concluyeron que las habilidades del análisis morfológico repercuten de manera
directa en las habilidades lectoras. Un último estudio bajo esta perspectiva,
realizado por Viana y otros (2018), buscó contrastar y correlacionar los
efectos de la conciencia morfológica con la lectura de palabras y la
comprensión lectora en 132 estudiantes brasileños de cuarto grado. Sus
resultados mostraron que existe una correlación significativa entre la
conciencia morfológica y la lectura de comprensión en los estudiantes.
Por
otro lado, entre las investigaciones de la segunda vertiente, que buscan
observar la incidencia de una intervención didáctica sobre el desarrollo de
estrategias morfológicas y de vocabulario en los estudiantes, destaca el de
Kelley y otros (2010). Estos investigadores diseñaron una secuencia didáctica
-que se llevó a cabo durante 18 semanas con 476 estudiantes de sexto grado
pertenecientes a siete escuelas diferentes- para la instrucción de vocabulario
mediante estrategias de descomposición morfológica. Al finalizar la
intervención, se observó un incremento en los puntajes en las pruebas de
comprensión lectora en los alumnos que habían recibido la instrucción sobre
descomposición morfológica en relación con estudiantes control que no
recibieron instrucción alguna. En otro estudio, Kieffer y Lesaux (2012)
buscaron evaluar los efectos de una intervención didáctica en torno a
estrategias morfológicas sobre las habilidades morfológicas y el conocimiento
sintáctico de 482 estudiantes de sexto grado. Para ello crearon una secuencia
didáctica de 18 semanas en la que se les enseñó a los alumnos a descomponer
múltiples palabras morfológicamente complejas. Los resultados del estudio
señalaron que la instrucción morfológica tuvo un efecto positivo en las
habilidades tanto morfológicas como sintácticas de los alumnos y que la
intervención benefició en mayor medida a los lectores con dificultades que a
aquellos más competentes. Otro estudio que consideró la morfología derivativa
como base esencial para el desarrollo de vocabulario es el de Bangs y Binder
(2016), quienes buscaron desarrollar la conciencia morfológica de 59 adultos
para mejorar su ortografía, nivel de vocabulario y comprensión lectora.
Instruyeron a los individuos durante ocho semanas en torno a morfemas, sufijos
y prefijos, así como sus combinaciones y sumatorias de raíces y afijos. Al
finalizar la intervención se observó que los participantes no sólo
desarrollaron una mayor conciencia morfológica sino también fonológica y que
ambas tuvieron un notable impacto en las habilidades de comprensión lectora.
En
general los estudios anteriormente descritos muestran que existe una importante
relación entre la capacidad de los estudiantes para realizar una descomposición
morfológica de las palabras y sus habilidades de vocabulario y comprensión
lectora. A su vez, señalan que una intervención didáctica en torno a la
descomposición morfológica puede tener efectos muy positivos en las capacidades
lingüísticas y académicas de los estudiantes. Si bien, como se ha visto,
existen diversos estudios sobre la incidencia de una intervención didáctica en
torno a la morfología derivativa sobre las habilidades académicas de
estudiantes angloparlantes (Bangs y Binder, 2016; Baumann, et al., 2007;
Bowers, et al., 2010; Goodwin et al., 2017; Kelley et al., 2010; Kieffer y
Lesaux, 2007, 2012; Pacheco y Goodwin, 2013) y hablantes de portugués (Viana et
al., 2018), hasta la fecha sólo existe -a nuestro conocimiento- un estudio
similar con poblaciones hispanohablantes (Hess, 2019). Es por ello que el
presente trabajo buscó complementar los resultados obtenidos en dicho estudio
con una población hispanohablante de características escolares distintas a las
del estudio anterior.
La presente investigación tuvo los siguientes
objetivos:
a) evaluar
la reproducibilidad de un proyecto didáctico en torno a la descomposición de
palabras morfológicamente complejas como estrategia para adquirir vocabulario
en estudiantes de tercer grado de secundaria en un escenario educativo muy
distinto al de un estudio previo (Hess, 2019)
b) observar
si el proyecto didáctico tiene una incidencia en la capacidad de los
estudiantes para segmentar las palabras en sus morfemas
c) indagar
si el proyecto didáctico influye en la habilidad de los alumnos para encontrar
el significado de las palabras mediante el significado de sus morfemas
En el presente estudio participaron alumnos que
cursaban el tercer grado de secundaria de una escuela privada de la ciudad de
Querétaro, México. La investigación contó con un grupo experimental (26
estudiantes) y un grupo control (21 estudiantes). El grupo experimental
participó en el proyecto didáctico llevado a cabo para la investigación, en
tanto que el grupo control siguió con sus clases regulares. Con la finalidad de
verificar el posible efecto del proyecto didáctico sobre las habilidades de los
estudiantes para segmentar las palabras en sus morfemas y para encontrar el
significado de morfemas y palabras, tanto los participantes del grupo
experimental como los del grupo control se enfrentaron en un pre y un post-test
a una prueba de descomposición morfológica. Dicha prueba consta de 27
sustantivos morfológicamente complejos obtenidos a partir de los libros de
texto oficiales en México (para mayor detalle sobre los criterios llevados a
cabo para la creación del instrumento véase Hess, 2018). Un ejemplo del
instrumento puede consultarse en el Apéndice.
La institución a la cual pertenecían los
participantes del presente proyecto didáctico era promovida por sus directivos
como de corte constructivista. No obstante, la observación -a lo largo de
varios meses- del trabajo en las aulas del centro escolar mostró que las
actividades que predominaban eran de memorización y preparación para eventos
académicos (como debates y oratoria), el llenado de libros de texto, así como
el seguimiento muy estricto de los programas de estudio. Dichas actividades le
daban poca prioridad a momentos en los que los estudiantes pudieran construir y
cuestionar el objeto de conocimiento que se les presentaba. En contraste, la
escuela donde se llevó a cabo el proyecto anterior (Hess, 2019) se
caracterizaba por otorgarle una gran importancia al trabajo con la lengua oral
y escrita desde el nivel preescolar. Dentro de las actividades regulares en el
área de lengua se encontraban la escritura individual y colectiva de textos
diversos, así como el análisis y reflexión sobre los mismos, la asistencia
regular a la biblioteca, la creación de un periódico escolar, entre otros.
El proyecto didáctico para el presente estudio
fue adaptado de uno anterior (Hess, 2019). Tuvo como objetivo la creación de un
Diccionario de Palabras Inventadas que todos los estudiantes se
llevarían como regalo a casa una vez terminado el trabajo. La intervención se
llevó a cabo en trece sesiones semanales de 50 minutos cada una durante dos
meses y medio. La Tabla 1 describe el
trabajo llevado a cabo en cada sesión:
Tabla 1. Descripción
general del proyecto didáctico (adaptación de Hess, 2019)
Sesión |
Descripción |
1 |
Pre-test:
aplicación de la prueba de descomposición morfológica (Hess, 2018) |
2 |
Entrega de manuales de trabajo Lectura sobre etimologías, definición de etimología |
3 |
Explicación
del proyecto Análisis
del diccionario como portador textual: descripción de las características,
uso, función, formato, contenido y lenguaje del tipo textual y del portador;
comparación de tipos de diccionarios (diccionario de significados vs.
diccionario etimológico) Lectura
para el análisis de palabras raíz-raíz (Ejem: Aridoamérica) |
4 |
Evidenciar reglas para formar las palabras con base
en etimologías Observar los componentes de las palabras (raíz,
sufijo, prefijo) Lecturas sobre diversas palabras morfológicamente
complejas que son esenciales para la comprensión general del texto Estrategias de identificación de raíces de palabras Estrategias para inferir significados de palabras a
través de los morfemas Estrategias para el establecimiento de relaciones
semánticas para la identificación de significados Ejercicios de palabras tipo raíz-raíz |
5 |
Palabras
morfológicamente complejas: raíz-raíz y prefijo-raíz (Ejem: subsuelo) Identificación
de prefijos a través de un listado de palabras con un patrón recurrente de
letras que pueden ser o no ser prefijos Análisis
de mecanismos de derivación de palabras. Identificación de palabras posibles
(palabras reales y no reales) Introducción
a los sufijos |
6 |
Palabras raíz-sufijo (Ejem: glacia-ción) Sufijos: función y combinaciones posibles Rompecabezas de sufijos Corrección de palabras sufijadas Identificación de cómo los sufijos alteran la
categoría léxica y gramatical de las palabras |
7 y 8 |
Reglas de
composición y derivación de las palabras: orden de los morfemas dentro de la
palabra Extracción
del significado de una raíz con base en una serie de palabras que la
contienen Observar
que en muchas ocasiones los significados que proveen las raíces son no
literales |
9 |
Descomposición morfológica y asociación de
significados Identificación de raíces y su significado con base
en un listado de palabras que las comparten Asociación semántica para la identificación de
etimologías |
10 |
Creación
de palabras: elaboración de mínimo 10 palabras inventadas respetando reglas
de composición morfológica Aplicación del conocimiento morfológico y etimológico
adquirido para la creación de palabras inventadas Análisis
del significado de morfemas para crear un significado nuevo de la palabra |
11 |
Revisión de las palabras por pares Aplicación del conocimiento morfológico y
etimológico adquirido para corregir palabras Corrección de los nuevos vocablos a partir de la
retroalimentación de los compañeros Entrega al maestro para revisión y edición final |
12 y 13 |
Post-test:
aplicación de la prueba de descomposición morfológica (Hess, 2018) |
Fuente:
Elaboración propia
Es importante señalar que, a diferencia del
proyecto anterior (Hess, 2019), la intervención fue realizada por una profesora
visitante, es decir, por una maestra que no era titular del grupo, en tanto que
el profesor oficial observaba la intervención, participando de manera ocasional
en la misma. Los alumnos fueron informados sobre el hecho de que las
actividades realizadas dentro del proyecto no tendrían ninguna ponderación en
su evaluación académica, cuestión que tuvo repercusiones negativas importantes
en su participación, comportamiento y motivación a lo largo de la intervención
didáctica.
Los datos obtenidos a partir del proyecto se
analizaron de dos formas. En un primer momento, se realizó un análisis
cuantitativo de las habilidades mostradas por los estudiantes en la prueba de
descomposición morfológica durante el pre y post-test. Dicha prueba permite
observar las capacidades de los alumnos tanto para segmentar las palabras en
sus morfemas (segmentación de palabras) como para obtener el significado de
morfemas y palabras a partir de las partes identificadas (significado de
palabras). La Tabla 2 muestra los criterios tomados en cuenta para la
clasificación de las respuestas de los estudiantes con respecto a la segmentación
de palabras:
Tabla 2. Clasificación de las respuestas de los
participantes para la segmentación de palabras
Código |
Tipo de respuesta |
Ejemplo |
Puntaje |
A |
Segmentación correcta |
Fermenta/ción |
2 |
B |
Segmentación incorrecta pero
recupera al menos un morfema correctamente |
Fer/menta/ción |
1 |
C |
Segmentación silábica Segmentación asistemática No segmenta |
Fer/men/ta/ción Fer/me/ntac/ión Fermentación |
0 |
Fuente: Elaboración propia
Por su parte, la Tabla 3 describe los criterios
empleados para codificar las respuestas de los participantes del estudio con
respecto a la obtención del significado de palabras:
Tabla 3:
Clasificación de las respuestas de los participantes para la obtención del
significado de morfemas y palabras
Código |
Tipo de respuesta |
Puntaje |
V |
Recupera el significado de la palabra y los morfemas |
4 |
W |
Recupera el significado de la palabra y al menos dos
morfemas |
3 |
X |
Recupera
el significado de dos morfemas o de un morfema y la palabra completa |
2 |
Y |
Recupera el significado de la
palabra completa o de algún morfema |
1 |
Z |
No recupera el significado de la palabra completa ni
de ningún morfema |
0 |
Fuente:
Elaboración propia
Una vez codificadas todas las respuestas, se
compararon los resultados obtenidos por ambos grupos (experimental y control)
en el pre y post-test mediante una prueba T de Student debido a que la población mostraba una
distribución normal.
En un segundo momento, se procedió a realizar
un análisis de carácter cualitativo de la intervención docente llevada a cabo a
lo largo del proyecto didáctico con la finalidad de poder dar cuenta de una
manera más profunda del tipo de interacciones que se dieron entre la docente y
los estudiantes. Para dicho análisis se transcribieron y codificaron en el
programa Atlas.TI cinco sesiones de clase elegidas al azar. El análisis se
centró en las intervenciones -tanto de la
docente como de los estudiantes- que estuvieran relacionadas con el contenido
morfológico, léxico, gramatical o textual que se abordaba en el proyecto
didáctico. La Tabla 4 muestra las categorías empleadas para el análisis
cualitativo de la intervención didáctica:
Tabla 4:
Categorías para el análisis cualitativo de la intervención didáctica
Participante |
Categoría |
Ejemplo |
Docente |
No aborda el contenido: a) Instrucciones para la dinámica
o control de clase b) Enlista o enumera la siguiente
participación de la clase c) Instrucciones de organización
de las actividades |
M: Ya se va a acabar el minuto. |
Retroalimentación:
el maestro reconoce y se interesa por las participaciones de los alumnos |
M: Y ¿Qué dijimos que era una etimología? A: El origen de una palabra. M: ¡Muy bien! El origen de una palabra. |
|
Da una instrucción para que los
alumnos realicen una actividad de análisis de morfología o vocabulario |
M: Vamos a ver si las palabras que tienen “il-“ o
“in-“ tienen prefijo o no. |
|
Enseñanza
o modelamiento de estrategias morfológicas y de vocabulario |
M: ¿Qué es un “tomo” de enciclopedia? [...] A: Una parte. M: entonces ¿cuál es la definición de “átomo”?[...] A: Sin partes. |
|
Motiva a los alumnos a la
reflexión |
M: […]
Claudio, me vas a explicar por qué escogiste éstas… |
|
Utiliza el
conocimiento lingüístico previo del alumno para la enseñanza de un nuevo
contenido |
M: A ver otra palabra que termine en “–aco”. |
|
Responde una pregunta sobre el
contenido morfológico o el vocabulario que hacen los alumnos |
A: ¿Qué es “cabal”? M: Cabal es de estar en tus cabales, estar pensando,
cuerdo. |
|
Alumnos |
No
relacionada con el contenido temático abordado |
A: ¡Merry Christmas! |
Da una respuesta directa a la
pregunta del maestro pero no explicita reflexión o uso de estrategias |
M: Entonces ¿qué significa “asiento”? A: Depende. M: Muy bien, puede tener dos significados. A: “Asiento” en una silla. |
|
Realiza
una pregunta relacionada con el contenido |
A: ¿“Lunar” por qué va a ser homófono? |
|
Explicita el uso de estrategias de
análisis morfológico y de vocabulario |
M: ¿“Esperar” y “esperanza” se relacionan? ¿Cuál es
la relación? A: Lo
relacioné por el sonido. |
|
|
Ininteligible:
emisión ininteligible |
A: XXX |
Autoridad externa |
Interrupción de la clase/actividad
para la organización |
M2: ¡Silencio total! |
Fuente:
Elaboración propia
En un primer momento se analizaron las
habilidades de los dos grupos (experimental y control) con respecto a la
habilidad para segmentar las palabras morfológicamente complejas en sus
morfemas durante el pre y el post-test. La Figura 1 muestra los resultados de
dicho análisis:
Figura 1. Resultados comparativos entre pre y post-test
en la tarea de segmentación por grupo. (El eje de la “x” muestra el grupo de
participantes mientras que el eje de la “y” indica el puntaje obtenido para
cada grupo en la prueba de segmentación. El puntaje máximo posible era de 54).
Fuente:
Elaboración propia
Como se observa en la Figura 1, hubo una ligera
mejoría en la capacidad de los participantes de ambos grupos para segmentar las
palabras en sus morfemas. No obstante, un análisis mediante una T de Student
mostró que dichas diferencias fueron significativas sólo para el grupo
experimental (t= -2.351, g.l.=25, p=.027) y no para el
grupo control (t= -2.028, g.l.=19, p=.057).
Por su parte, la Figura 2 muestra el
comportamiento de los grupos respecto de la obtención del significado de las
palabras a partir de sus morfemas:
Figura 2. Resultados comparativos entre pre y post-test
en la tarea de significado por grupo. (El eje de la “x” muestra el grupo de
participantes mientras que el eje de la “y” indica el puntaje obtenido para
cada grupo según la prueba de significado. El puntaje máximo posible era de
108).
Fuente:
Elaboración propia
Como puede verse, hubo una ligera mejoría en
ambos grupos en la capacidad para encontrar el significado de los morfemas o
las palabras entre el pre y el post-test. Sin embargo, los resultados de un
análisis mediante la prueba T de Student mostraron que dichas
diferencias no fueron significativas para ninguno de los dos grupos
(experimental: t= -1.603, g.l.= 25, p=.122; control: t= -1.963
g.l.=19 p=.064).
Para el estudio cualitativo en un primer
momento se llevó a cabo un análisis general de todas las emisiones de la
docente, los estudiantes y autoridad externa (profesor titular, prefecto, entre
otros) que se dieron durante las cinco sesiones codificadas. La Figura 3
muestra los resultados de este análisis:
Figura 3. Cantidad total de intervenciones del docente,
alumnos y autoridad externa. (El eje de la “x” muestra el tipo de participante
de la interacción mientras que el eje “y” indica el número de emisiones).
Fuente:
Elaboración propia
Como puede observarse en la Figura 3, la
intervención docente constó de 755 emisiones (54.1% de las participaciones),
mientras que las emisiones de los alumnos fueron 642 (45.9%). Esto muestra que
durante el proyecto la docente buscó promover la participación activa de los
estudiantes. Por su parte, resultaron interesantes las participaciones del
maestro responsable de impartir la materia o del encargado de la disciplina
escolar (autoridad externa). Como se observa en la Figura 3, en diversas
ocasiones (15 intervenciones) estos actores produjeron emisiones con la
finalidad de apoyar el control de clase. Si bien sus intervenciones no
resultaron ser representativas de la muestra total de participaciones, resulta
importante mencionarlas debido a que solían interrumpir el transcurso de las
sesiones o incluso evitaban que los alumnos discutieran o comentaran sus
procesos de aprendizaje. Algunos ejemplos de emisiones de este tipo fueron:
“¡Silencio total!” o “¿La actividad supone plática o supone silencio?”.
A continuación, se procedió a analizar el tipo
de participaciones de la docente durante la implementación didáctica, entre las
que se identificaron siete tipos, como se observa en la Figura 4:
Figura 4. Tipos de intervenciones docentes. (El eje de
la “x” muestra el tipo de intervención mientras que el eje “y” indica el número
de emisiones).
Fuente:
Elaboración propia.
Tal como se aprecia en la Figura 4, las
emisiones más frecuentes por parte de la maestra fueron aquellas que no estaban
relacionadas con el contenido temático de la clase (descomposición morfológica
o análisis del vocabulario). Entre éstas destacaron aquellas participaciones
que tenían la finalidad de proporcionar las instrucciones para la dinámica o de
mantener el control de clase, de enlistar o enumerar la siguiente participación
de la clase o dar instrucciones de organización de las actividades. Por un lado,
el número elevado de participaciones de este tipo muestra que los estudiantes
estaban muy distraídos; por otro, es señal de que la docente buscaba
constantemente retomar el tema central de la clase.
Ahora
bien, aunque el número de intervenciones no relacionadas con el contenido
abordado en el proyecto fue elevado (278 emisiones), no resultó ser mayor a la
suma de las emisiones enfocadas al desarrollo de estrategias en los alumnos
(413 emisiones en total): aquellas que buscaban generar reflexiones metalingüísticas
(251), enseñar o modelar estrategias (71) o proporcionar retroalimentación a
los comentarios de los alumnos (91).
Adicionalmente, se observó la presencia de intervenciones de la docente
que buscaban retomar el conocimiento previo de los alumnos (Ejem: ¿Alguien
recuerda alguna de las raíces que vimos la clase pasada?) (22 emisiones),
aquellas que daban instrucciones que llevaban a los estudiantes a pensar sobre
el lenguaje (Ejem: Van a verificar que la raíz exista y la palabra no)
(20 emisiones) y las que respondían directamente a preguntas temáticas de los
estudiantes (21 emisiones). Por su parte, estas últimas fueron escasas, lo que
señala una tendencia a no proporcionar respuestas directas a las interrogantes
planteadas por los alumnos para que éstos tuvieran que reflexionar y encontrar
soluciones.
En términos generales el análisis de las
emisiones de la maestra mostró que la intervención docente buscó generar y
propiciar el análisis del funcionamiento del lenguaje y el vocabulario por
parte de los estudiantes a lo largo del proyecto.
Como se recordará (véase Tabla 4), las
aportaciones de los alumnos se clasificaron en cinco categorías: no
relacionadas con el contenido, respuestas directas, preguntas relacionadas con
el contenido, explicitación de estrategias de análisis morfológico y de
vocabulario, y emisiones ininteligibles. La Figura 5 muestra la frecuencia de
dichas participaciones en las sesiones de intervención:
Figura 5. Tipos de participaciones de los alumnos. (El
eje “x” muestra el tipo de intervención mientras que el eje “y” indica el
número de emisiones).
Fuente:
Elaboración propia
Como puede observarse en la Figura 5, el tipo
de participación más frecuente resultó ser el de respuestas directas (296
emisiones), es decir, aquellas emisiones donde los alumnos respondían sí, no,
o producían comentarios breves (palabras sueltas). Esto parece señalar que los
alumnos de esta escuela estaban acostumbrados a una interacción de clase donde
sólo se debe atender al profesor y no se espera que ellos participen con
respuestas elaboradas. Lo anterior se confirmó al observar que en las cinco
sesiones analizadas únicamente aparecieron por parte de los alumnos 39
preguntas relacionadas con el contenido temático. Esto muestra que los alumnos
pocas veces realizaron cuestionamientos sobre el contenido abordado. Para
detallar este análisis, se decidió clasificar las preguntas relacionadas con el
contenido producidas por los alumnos en cuatro categorías adicionales, cuya
descripción y frecuencias de aparición se presentan en la Tabla 5:
Tabla 5:
Clasificación de las preguntas relacionadas con el contenido temático
realizadas por los estudiantes durante la intervención didáctica
Tipo de Pregunta |
Descripción |
Ejemplo |
Cantidad |
Aclaración |
Solicita
la repetición de información o confirma información previa |
A: ¿Qué dijo de” inteligente”? |
22 |
Contenido
Específico |
Pide
información específica que desconoce o no comprende en su totalidad |
A: ¿Qué es “cabal”? |
4 |
Búsqueda de
Aprobación |
Solicita
retroalimentación sobre su desempeño o pide autorización para responder o
hacer algo |
A: ¿Puedo escribir partes del cuerpo? |
11 |
Metalingüística |
Cuestiona
los procesos, utilidades, relaciones de los contenidos de manera que se hace evidente
una reflexión sobre el procesamiento del lenguaje |
A: ¿Por qué “lunar” va a ser homófono? |
2 |
Fuente:
Elaboración propia
Como puede verse en la Tabla 5, las preguntas
que buscaban aclaración o repetición de algún tema previamente visto en clase
fueron las más abundantes (más de la mitad). En segundo lugar se encontraron
aquellas que buscaban la aprobación del trabajo realizado o la autorización de
la docente para proceder de cierta manera ante las tareas del aula (11
emisiones). A continuación estuvieron las preguntas sobre temas específicos (4
emisiones) y finalmente las metalingüísticas, es decir, aquellas que denotaban
que los estudiantes habían llevado a cabo una reflexión sobre las palabras
mismas. De este último tipo de preguntas sólo hubo dos participaciones: ¿”Lunar”
por qué va a ser homófono?, ¿”Meta” y “mentira” están relacionadas? Todo lo
anterior señala que los alumnos participantes no parecían estar acostumbrados a
cuestionarse y a cuestionar al maestro y, por consiguiente, a preguntar sobre
los contenidos lingüísticos abordados en clase.
Por
otra parte, el análisis de las participaciones de los estudiantes también
mostró que éstos sí fueron capaces de emplear estrategias para dar respuesta a
los cuestionamientos planteados por la profesora (118 emisiones), pero que
prefirieron proporcionar respuestas directas (296 emisiones). Finalmente, en lo
referente a las participaciones de los alumnos no relacionadas con el contenido
temático de la clase (119 emisiones), se observó que, aunque no resultaron ser
las más frecuentes, sí se presentaron en una cantidad elevada. Este dato podría
dar cuenta del alto nivel de distracción que existía por parte de los alumnos y
el bajo interés que mostraron en general por el tema medular de la clase. A su
vez, se puede relacionar con el alto número de intervenciones docentes que
buscaban mantener la atención de los alumnos y el control de la clase.
El presente trabajo de investigación tuvo como
objetivo evaluar la reproducibilidad de un proyecto didáctico en torno a la
descomposición de palabras morfológicamente complejas como estrategia para
adquirir vocabulario en estudiantes de tercer grado de secundaria de un
escenario educativo muy diferente al de un estudio anterior (Hess, 2019), así
como observar si dicho proyecto incidía en la capacidad de los estudiantes para
segmentar las palabras en sus morfemas y para extraer el significado de las
mismas. En términos generales el análisis cuantitativo de los datos del
presente estudio mostró un ligero incremento en el grupo experimental -y no en
el control- en la capacidad para segmentar las palabras en sus morfemas
constituyentes. No obstante, no se observaron diferencias en la habilidad de
los alumnos para obtener el significado de las palabras a partir de sus
morfemas. Lo anterior no coincide con lo hallado en el estudio previo de Hess
(2019), quien encontró diferencias muy significativas tanto en la segmentación
como en la obtención del significado de las palabras en los estudiantes del
grupo experimental y no del grupo control.
Las
discrepancias halladas entre ambos estudios pueden deberse a diversas razones.
Por una parte, el análisis cualitativo de las intervenciones de la docente y
los estudiantes llevado a cabo en el presente trabajo permite dar cuenta de
factores que tuvieron una incidencia importante en los resultados de los
alumnos del presente estudio. Como se recordará, si bien las aportaciones de la
docente y los estudiantes durante las sesiones fueron casi equivalentes, se hizo
evidente que las participaciones más frecuentes de éstos eran respuestas
directas que no involucraban la reflexión metalingüística que la docente
buscaba generar. Además, los datos mostraron que los alumnos que participaron
en el proyecto parecían estar más acostumbrados a proporcionar respuestas
directas a la maestra o a buscar su aprobación que a cuestionarla o preguntar
sobre los contenidos de la clase. Esto parece deberse a las características
escolares a las que se han enfrentado estos alumnos durante años, que difieren
en gran medida de las que han experimentado los estudiantes del estudio de Hess
(2019).
Por otra parte, los resultados del
presente trabajo apuntan hacia otros aspectos notables que intervienen en la
reproducibilidad de un proyecto didáctico para incrementar las habilidades de
descomposición morfológica con la finalidad de mejorar el vocabulario en los
estudiantes. En primer lugar, resulta relevante mencionar que el proceso de
segmentación y obtención del significado de las palabras no sólo implica el
desarrollo de habilidades morfológicas sino también el de otras capacidades.
Por un lado, es necesario que los estudiantes sean capaces de reflexionar sobre
las palabras y sobre cómo están estructuradas, aspecto que conlleva un largo proceso
para desarrollarse (Gombert, 1992) y depende en gran medida de la experiencia
escolar (Hess, 2013a; 2013b). Por otro, requiere del desarrollo de habilidades
cognitivas de análisis, síntesis, inferencias y analogías, así como de la
capacidad para relacionar conceptos entre sí con la finalidad de conocer el
significado de elementos nuevos y predecir resultados a partir de la
información disponible (Pastor, 2004).
Aunado a lo anterior,
los resultados del presente proyecto didáctico mostraron que llegar al
conocimiento profundo de las palabras no es un proceso sencillo. Como señala
Rojas (2006), para aprender una palabra es necesaria la comprensión de ésta en
un texto, el reencuentro con la misma en textos afines, la reflexión
metalingüística que permita relacionar el término con otros de la misma lengua
y la inserción de la palabra en la producción propia de manera asertiva.
Adicionalmente, se debe tomar en cuenta que el aprendizaje del léxico involucra
el desarrollo de funciones comunicativas de las palabras que se adhieren a las
asociaciones fónicas, morfológicas, léxicas, semánticas, discursivas y
sociolingüísticas (Hess, 2019). Todo lo anterior lleva a destacar que las
experiencias previas que los estudiantes puedan tener o no con la lengua y su
reflexión inciden de manera directa sobre la adquisición del vocabulario.
De manera complementaria, los resultados
obtenidos en esta investigación muestran que la habilidad para descomponer las
palabras en sus morfemas y para obtener el significado de morfemas y palabras
es un proceso complejo que lleva tiempo en desarrollarse. En este sentido, los
estudiantes de la presente investigación mostraron avances sólo en el primer
paso de la descomposición morfológica de las palabras (segmentación) (Hess,
2018; Larsen y Nippold, 2008; Nippold y Sun, 2008). De aquí se desprende que
resulta necesario profundizar más en los procesos de aprendizaje de los
estudiantes para que logren llegar a obtención del significado de morfemas y
palabras y, finalmente, a la construcción de su vocabulario. En este sentido,
el factor tiempo resulta ser una posible variante generadora de cambio. Quizá
un proyecto con una duración más amplia podría haber tenido un mayor impacto en
los resultados de los estudiantes de este estudio, como muestran otras
investigaciones de duración considerable (véase, entre otros, Bangs y Binder,
2016; Baumann, et al. 2007; Kelley, et al. 2010; Kieffer y Lesaux, 2012). De esto
se infiere que un proyecto como el propuesto en la presente investigación debe
ser lo suficientemente largo como para permitir que los estudiantes que tengan
poca experiencia previa con la reflexión sobre la lengua puedan participar de
una manera cada vez más activa en el salón de clases mediante cuestionamientos
acerca de los temas y la explicitación de los procesos de reflexión
metalingüística. Esto conlleva, además, la necesidad de realizar, previo al
proyecto, una caracterización tanto académica como escolar del grupo con el que
se llevará a cabo la implementación didáctica que permita establecer criterios
y metas educativas más acordes a las necesidades de los estudiantes (véase
Lerner, et al., 2009). De este modo el proyecto no sería guiado sólo por la
complejidad del contenido morfológico en sí, sino también por las
características del grupo de estudiantes con quienes se lleva a cabo la
intervención.
En concordancia con lo anterior, el presente
trabajo de investigación señala otra implicación didáctica relativa al tiempo
que resulta importante abordar. Como puede observarse en la Tabla 1, en el
proyecto se trabajó aproximadamente una actividad por contenido (raíces,
prefijos, sufijos, etc.). No obstante, cabe resaltar que una sola actividad por
contenido no garantiza que los alumnos aprendan la habilidad requerida, sino
que el aprendizaje siempre se relaciona con la complejidad del objeto de
conocimiento y cómo éste se aborda. Por ello, incrementar la duración del
proyecto -y en específico el acercamiento a ciertos contenidos- daría la
oportunidad de realizar la revisión de los errores sistemáticos de los alumnos
con la finalidad de trabajarlos de una manera más profunda y adecuada.
Por
otra parte, debemos decir que el presente trabajo de investigación mostró que
el tipo de experiencia escolar previa de los estudiantes incide de manera
considerable en los procesos de reflexión metalingüística que son capaces de
realizar. Mientras que para algunos alumnos un proyecto didáctico que los lleve
a pensar sobre la morfología de las palabras puede representar uno de sus
primeros encuentros con una actividad metarreflexiva sobre el lenguaje (como
fue en el caso de los estudiantes de la presente investigación), para otros
puede ser una práctica más familiar que les permita llegar con mayor rapidez a
la reflexión y, por tanto, al aprendizaje de su lengua (como en el estudio de
Hess, 2019).
Los hallazgos de nuestra investigación nos
llevan además a señalar otro aspecto sustancial a tomar en cuenta durante la
reproducibilidad de un proyecto didáctico: el papel que juega el docente dentro
del grupo. En el estudio de Hess (2019) la maestra que llevó a cabo la
intervención poseía conocimientos lingüísticos muy sólidos, tenía más de diez
años llevando a cabo anualmente el mismo proyecto y era la maestra titular de
ambos grupos participantes, por lo que conocía a los estudiantes desde tiempo
antes. Además, tenía la autoridad para evaluar el desempeño de éstos en el
proyecto, lo que seguramente repercutió favorablemente en su motivación. En
cambio, la docente de la presente investigación era externa al grupo con el que
trabajó, no contaba con experiencia previa con un proyecto didáctico sobre
descomposición morfológica y no tenía autorización para darles a los alumnos
una calificación por su trabajo. Las diferencias en los resultados de ambos
estudios, por tanto, muestran el alcance que puede llegar a tener tanto el tipo
de enseñanza como el contracto didáctico que se establece entre docente,
aprendiz y objeto de conocimiento sobre la reproducibilidad y la efectividad de
cualquier intervención didáctica (al respecto véase Chamorro, 2005 y Scribner y
Cole, 1978).
Finalmente,
a partir de los resultados del presente estudio y las implicaciones que del
mismo se derivan, es posible plantear algunas recomendaciones para la
aplicación futura de una intervención didáctica sobre la descomposición
morfológica de las palabras para aprender vocabulario. En primer lugar, se
recomienda que el docente que realice la aplicación del proyecto didáctico sea
el maestro titular del grupo con la finalidad de mantener la motivación y el
interés de los alumnos, así como la autoridad frente a los mismos. Además, con
respecto a los conocimientos con los cuales debe contar el docente para llevar
a cabo la intervención, es de suma importancia que esté capacitado en el área
de morfología. Para esto habría que considerar una capacitación docente antes
de comenzar el proyecto, como ya ha sido señalado en estudios previos en otras
lenguas tales como el de Kieffer y Lesaux (2012). Por otra parte, resulta necesario que el
docente centre el proyecto en intervenciones para generar en los alumnos
reflexiones donde se expliciten conjeturas sobre el funcionamiento de las palabras.
Como se aprecia en la presente investigación, estos procesos no son fortuitos y
requieren de una gran labor por parte del docente para llevarse a cabo. Además,
es necesario que el maestro explicite las estrategias de reflexión
metalingüística y modele su forma de expresión para, posteriormente,
solicitarla a los alumnos. Para concluir, es necesario tener presente que todo
proyecto didáctico se debe adaptar a las necesidades, habilidades, experiencias
escolares previas y conocimientos del grupo de estudiantes con el que se
pretende trabajar.
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Nombre:
__________________________________________________
Palabra |
Significado de las partes |
Significado de la palabra completa |
SUBSUELO |
SUB - debajo
de SUELO
-piso |
lugar debajo del piso |
PREOPERATORIO |
PRE: antes
de OPERAT:
que ejecuta algo, que opera algo ORIO:
característica de |
característica
de hacerse antes de una operación |
HIDRÓGENO |
|
|
DERRUMBE |
|
|
CARTOGRAFÍA |
|
|
REFORMA |
|
|
ENDOMETRIO |
|
|
TOPOGRAFÍA |
|
|
FERMENTACIÓN |
|
|
BIÓXIDO |
|
|
ARIDOAMÉRICA |
|
|
RECICLAJE |
|
|
IMPUESTO |
|
|
POBLAMIENTO |
|
|
ANTROPOLOGÍA |
|
|
MANDATARIO |
|
|
METANO |
|
|
PROCARIOTE |
|
|
EBULLICIÓN |
|
|
INTERGLACIAL |
|
|
RECONQUISTA |
|
|
CIVILIZACIÓN |
|
|
AERONÁUTICA |
|
|
GLACIACIÓN |
|
|
HIDROCARBURO |
|
|
BIÓSFERA |
|
|
MESOZÓICA |
|
|
FEDERALISMO |
|
|
INTOXICACIÓN |
|
|
[1] Notas aclaratorias: 1) 1. Sabemos que un diseño didáctico no puede
ser replicable debido a que las condiciones de cada profesor, grupo y contexto
cambian de una intervención docente a otra (Lezama, 2005; Lezama y Farfán,
2001; Montoya y Lezama, 2016). Es por ello que en el presente artículo
empleamos el término reproducibilidad como ha sido propuesto desde el área de
la didáctica de las matemáticas por Artigue (2018). Bajo esta concepción,
interesa “establecer explícitamente los factores que posibilitan el logro de
los propósitos didácticos de la misma [situación didáctica], al repetirla en
distintos escenarios” (Lezama, 2003, p. 10).
2. 2) Para los fines de la presente
investigación la segmentación de vocales temáticas y elementos de enlace fueron
considerados como parte de la raíz de la palabra.