Saberes y prácticas. Revista de Filosofía y Educación / ISSN 2525-2089
Vol. 9 N° 2 (2024) / Sección Doossier / pp. 1-12 /
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Filosofía en la Escuela (CIIFE),
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
revistasaberesypracticas@ffyl.uncu.edu.ar / saberesypracticas.uncu.edu.ar
Recibido: 01/08/2024 Aceptado: 31/12/2024
DOI: https://doi.org/10.48162/rev.36.129
La institucionalidad filosófica y su derecho al archivo [1]
Philosophical Institutionality and
its Right to the Archive
Universidad
de Santiago de Chile,
Instituto de Estudios Avanzados
Chile
ximena.oyarzo@gmail.com
Resumen.
Esta investigación, motivada por la traducción de Privilegio o Derecho a la filosofía de
Derrida (2023), propone reconocer las diferentes materialidades y formas de
reflexión crítica para la expansión del pensamiento. Para ello, miraremos la
filosofía y su institucionalidad con perspectiva archivística y anarchivista, y
lo que el archivo filosófico nos ofrece como un espacio de resguardo de la información. A partir de la conservación como reconocido
hábito del archivo, analizaremos qué ha significado para la institucionalidad
filosófica la reproducción de autores y elaboración de conocimiento por medio
de relatos universales. En esta línea, revisaremos la filosofía en Chile como heredera
de un pensamiento sin identidad, que desencadenó la problemática del
desconocimiento del acontecer en el territorio habitado. Por otra parte, la
repetición de datos que ha albergado esta disciplina será pensada como eje
articulador o punto de entrada para otros soportes que fundamentalmente han
tensionado los límites impuestos en el archivo para nuevas propuestas
filosóficas.
Palabras clave. Institucionalidad, filosofía
en Chile, archivo, materialidades filosóficas y pensamiento situado.
Abstract. This research, inspired by the
2023 translation of Derrida’s Privilege or Right to Philosophy, aims to
recognize diverse materialities and forms of critical reflection as a means to
expand thought. To this end, we examine philosophy and its institutional
framework from both archival and anarchival perspectives, exploring what the
philosophical archive offers as a space for safeguarding information. Building
on the concept of conservation as a key archival practice, we analyze the
implications of author reproduction and knowledge creation through universal
narratives for philosophical institutionalism. Within this framework, we
consider philosophy in Chile as the heir to an identity-less thought, which has
contributed to the neglect of events within the inhabited territory.
Furthermore, the discipline’s reliance on repetitive data will be explored as
both an organizing axis and a point of entry for alternative mediums that
challenge the boundaries imposed by the archive, paving the way for new
philosophical approaches.
Keywords. Institutionality, philosophy in Chile, archive, philosophical
materialities and situated thought.
La propuesta de Derrida en Privilegio o del Derecho a la Filosofía, una traducción
recientemente publicada[2], sugiere como
problema fundamental el sintagma derecho a la filosofía, la que se abordar con distintos
escritos y tiempos para relevar el cuestionamiento al privilegio que ha
constituido la tradición filosófica. Del mismo modo, a la luz de la
articulación mencionada, otro propósito de la obra se vincula con lo político,
y el anhelo de democratizar la filosofía por medio de la deconstrucción de
categorías que han ahondado la dimensión institucional. Por esta razón, desde
un ejercicio deconstructivo nos detendremos en la experiencia de la
institucionalidad filosófica observando la cuestión del canon, la enseñanza, y
en mayor medida el derecho al archivo y la apertura de este. El enfoque, pensando
en el archivo, es una experiencia de lectura en la que constatamos la
trascendencia de la memoria filosófica como un carácter de la propuesta
derridiana, sobre todo en el análisis del supuesto archivar para custodiar. En
tal caso, por medio de la apuesta deconstructiva nuestro objetivo es evidenciar
que detrás de un archivo convencional existe una ausencia o desarticulación de la
información del campo de la realidad.
Evidentemente, el texto nos ha permitido redescubrir
rasgos para comunicar la filosofía y/o lo filosófico y apuntando a la conformación
de su institucionalidad mediante el acto de archivar, pensaremos en la relación
entre filosofía y archivo como una instancia para reflexionar el orden y la custodia
de la información particularmente filosófica, y en el mismo sentido, ¿cómo estos
quehaceres archivísticos han ejercido de forma tácita para un derecho a la
filosofía? A continuación, nos extenderemos hacia otro principio del archivo, apuntando
a la idea de uso del material informativo, es decir, ¿qué concepción de uso
cumple? y, en consecuencia, pensar si el uso es un derecho al archivo o un
derecho a la filosofía.
Lo que nuestra mirada reveló con el ejemplar
bibliográfico, son algunos sentidos que han animado la propuesta. En primer
lugar, la Introducción y el Prefacio destacan la experiencia de una
filosofía en Chile y como esta en su desarrollo se ha vinculado con la obra del
filósofo francés. La asociación que distinguimos aportó a un pensamiento
localizado, que reconoce luchas y propuestas que invitan a pensar la política, y
evocan la práctica de la resistencia, que según Derrida está dada en una
filosofía de los márgenes éticos y políticos. En esta instancia, en sentido
alegórico la obra ofrece un entramado de palabras y temas, enseñanza, olvido,
pasiones, derecho, institución, democracia, transformación y vivir, entre
otras, que sin duda se disponen a los acontecimientos para profundizar una
experiencia crítica. En nuestra figuración, hemos nombrado a este soporte de
conceptos como escenario performático de los sentidos, y que deslizan el vamos
archivístico que la traductora declara en esta cita: “El o la lectora se
encontrará, en el transcurso de esta obra, con un análisis y desmembramiento de
la frase del derecho a la filosofía a través de nueve capítulos que juegan con
sus distintos sentidos.” (2023, p. 29). Un punto de partida donde observamos
que lo planteado por Derrida, nos acerca a la conservación de la información, una
tarea propia del archivo que nutriremos con su Mal de Archivo. Una impresión freudiana (1997). En este escrito concierne
resaltar el ejercicio de apertura en la archivación y la imposibilidad de un
archivo cerrado, por lo que resulta inviable pensar sólo en el inicio y fin de
la constitución de un archivo. El llamado es a imaginar un archivo sin
confinamientos y dispuesto a las nuevas técnicas de archivación y sus efectos desde
la política, la institucionalidad, lo jurídico y la ética. De igual modo, existe un trabajo deconstructivo
posicionado en la antesala del sintagma derecho a la filosofía, en el cual es
fundamental rescatar lo que el saber filosófico evidencia u oculta por medio
del ejercicio clásico del archivo que emplaza hacia
una memoria consignada.
Finalmente, el propósito de nuestro texto,
junto con establecer una cercanía con algunas de las nociones propuestas por el
filósofo traducido, es revisar con ojo archivístico autores y autoras para el reconocimiento
de diferentes categorías y vías de acceso a la hora de pensar en el archivo
filosófico, que formulan como indispensable pensar el porvenir o, mejor dicho,
la posibilidad de poner en cuestionamiento el porvenir. En este contexto, el
propósito es imaginar al sujeto en descubrimiento y uso de aquello que
concentra un archivo, y, además, lo que Derrida ampliamente plantea como la democracia
por venir.
Para identificar un archivo filosófico y poner
en juego el análisis propuesto, aludiremos a las materialidades obtenidas del
pensamiento crítico que reconocemos como la producción bibliográfica de
pensadores en el mundo de la filosofía, y en este caso conforma el archivo de una
filosofía en Chile. En la oportunidad, reinterpretaremos la constitución y
expansión de la memoria, y cómo algunos autores han abordado la experiencia del
pensamiento preservado para el desarrollo filosófico en esta parte de la región.
Para comenzar, el filósofo José Santos-Herceg en su trayectoria académica ha
elaborado varias propuestas que permiten poner la mirada en autores de corte
tradicional, Kant y Hegel por nombrar algunos, como en otros pensadores y
temáticas que diversifican los estudios críticos. En los temas relacionados con
los proyectos de investigación ha trabajado en filosofía latinoamericana, en interculturalidad
y sus conflictos, la institucionalidad académica, violencia, lugares y
subjetividades en la dictadura militar en Chile, como una manera de abrir espacios
de discusión interdisciplinaria desde la filosofía.
La inmersión de Santos-Herceg en variadas
temáticas, sin lugar a dudas cuentan con una significativa indagación
archivística y de apertura a lo establecido como propio en la filosofía.
Precisamente, a través de Cartografía
Crítica. El quehacer profesional de la filosofía en Chile (2015) proporciona
un recuento y análisis de la profesionalización de la filosofía, por tanto, tomamos
de este texto la idea de
representación gráfica para pensar la filosofía y el archivo, y cómo este
último se va constituyendo con las memorias que lo dibujan. Según la revisión
del material, se nos sugiere:
Una filosofía
que acompaña los acontecimientos del mundo, los observa y, por eso mismo, tiene
una innegable función descriptiva y un ineludible perfil crítico. Mirar
cuidadosamente la realidad para mostrar sus escorzos, sus contornos, para
dibujar su cartografía, es decir, describir con atención y delicadeza sus
perfiles más escondidos, poniendo en evidencia sus cumbres más altas y sus abismos
más insondables: sus virtudes y sus falencias, sus maravillas y sus desperdicios,
destacando sus logros y relevando sus pecados. (2015, p. 8)
De este modo, nos interesa como el autor
declara que la representación de una filosofía cuenta con un espacio central
para acompañar los hechos, en los que estamos todos y todas, y por lo mismo, mirar
con atención nos aproximará al derecho de la filosofía para arrojarse al mundo.
En el comienzo, el texto habla de la elección
de cuatro accidentes, que pudiendo ser más, bastarían para representar el
ejercicio profesional de la filosofía en Chile: la enseñanza, la investigación,
la publicación y la gestión. En estas cuatro zonas, observamos una mirada
comprometida, en tanto crítica, para la proyección del pensamiento. Asimismo, el
Prólogo anuncia un gesto que
escudriña y abre el archivo filosófico: “El quehacer filosófico sometido a proceso con el objeto de
poner al descubierto sus límites, sus pretensiones, sus facetas escondidas,
disimuladas, su cara oculta.” (p. 13-14). En consecuencia, este libro más allá de un
relato histórico es una hoja de ruta para la memoria que pretende desmontar
fronteras, las que se construyen por supuestos e ideas que van homogeneizando
la forma de mirar la realidad y que han correspondido al pensamiento en Chile. La
experiencia crítica del habitar filosófico que nos presenta la memoria, nos recuerda
a Ricoeur:
Se puede
afirmar que una exigencia específica de verdad está implicada en el objetivo de
la “cosa” pasada, de qué anteriormente fue visto, oído, experimentado,
aprendido. Esta exigencia de verdad específica la memoria como magnitud
cognitiva. Más precisamente, es el momento del reconocimiento, con el que
concluye el esfuerzo de rememoración, cuando se declara esta exigencia de
verdad. Entonces sentimos y sabemos que algo sucedió, que algo tuvo lugar, que
nos implicó como agentes, como pacientes, como testigos. Llamemos felicidad a
esta exigencia de verdad. (2000, p. 79)
La memoria en esta instancia se correlaciona
con una exigencia de verdad que nutre la idea de conocimiento para confirmar la
realidad de los recuerdos. Y en consideración al requerimiento de Ricoeur
(2000), nos apropiamos de la importancia de acercarnos a una diversidad de
testimonios que aporten a la construcción de esta verdad, como creemos que ha
sido la propuesta del filósofo Santos-Herceg. Bajo esta apreciación y a razón
de pensar más allá del canon filosófico, proponemos a la escritora chilena Nona
Fernández, la que estimamos por la diversa producción literaria y su desarrollo
en las artes escénicas. La memoria personal
y de los años de dictadura cruzan gran parte de la producción creativa que la
autora ha gestado hasta la actualidad. Nos centraremos en un relato ensayístico,
Voyager, texto publicado en el año
2019, donde Fernández se narra como acompañante de su madre. La experiencia que
las reúne son unos exámenes neurológicos que permitieron advertir el símil
entre la actividad cerebral y la representación astronómica. El punto de
partida dispone a investigar la memoria estelar y humana, es decir, a un ejercicio exploratorio
desde la ciencia que estudia el universo a las memorias de un país violentado,
en que constantemente se cruzan sujetos e historias. Esta obra tan cargada de recuerdos,
en amplias formas, instala la idea de una memoria en desplazamiento que
exponemos por medio de la siguiente cita:
Una
biblioteca puede ser también un pedazo de cielo. Memorias que viajan rompiendo
las leyes del tiempo para llegar a nuestras manos, a nuestros ojos, a nuestro
cerebro, a nuestra conciencia. A nuestra vida.
Hasta
donde sabemos somos la única especie del planeta que ha tenido la necesidad de
acumular memoria fuera de nuestros cerebros. Los dibujos, las pinturas, las
grabaciones, las fotografías, las películas, los libros, cada una de estas
plataformas que devinieron en arte, tuvieron como origen el intento de sujetar
la realidad en un fugaz espejismo que fuera fiel testimonio del entorno que
capturaba. Ese instante quedaría retenida para siempre dando cuenta de un
momento que, en el segundo de ser fijado, ya comenzaba a ser parte de su propio
pasado. Sonidos, imágenes, voces, respiraciones, rostros, pensamientos,
reflexiones, paisajes fantasmagóricos que revivían una y otra vez un pedazo del
ayer. Ese registro los salvaría de la pérdida permitiendo una vez más el
encuentro. Toda una cacería para rescatarlos del olvido y sumarlos, como piezas
sueltas de unas recompensas, a ese espejo roto en el que desde siempre hemos
intentado mirarnos. (p. 154-155)
El párrafo incorpora el archivo y la vigencia que
logra traspasando las acciones elementales que lo definen, es decir, el
discurso busca ir complementando y/o excediendo la idea de conservación
tradicional. En este sentido, se expresa el transitar de la memoria como eje
articulador del archivo llamándonos al encuentro de la memoria viajera, una especie de instrumento o
transporte en el que confluye lo vivido y, sobretodo, las experiencias por
elaborarse. Por esta razón, consideramos que la constitución del archivo es la
materialización de las ideas, que pone en forma una experiencia filosófica, para
dar cuenta, finalmente, de la complejidad y la simplicidad de las cosas que configuran
el pensamiento.
Para seguir encaminando el análisis, y tras la
noción de la justa memoria de Ricoeur y el viaje de la memoria con Fernández,
incorporamos Arqueología del saber (1970) de Foucault. Un texto que rescata la
función de orden para la agrupación de elementos en el archivo, una práctica
que mantenida en el tiempo van aportando a la permanencia de piezas que crean y
fortalecen la memoria. El orden evitaría la multitud amorfa de las cosas con
las que nos relacionamos, e, incluso, impediría que la memoria del archivo se
convierta en una conservación lineal sin ruptura. Precisamente, con la última
cara del orden foucaultiano surge la pregunta para pensar en el movimiento que se
experimenta con la memoria viajera, ¿qué archivo se formula con una memoria en
transitividad? Ante la interrogante, proponemos vincular lo filosófico con la experiencia de la memoria
colectiva, en otras palabras, analizar el gesto de almacenamiento para
conservar, en principio, aquello que la filosofía necesita transmitir a un otro,
y, complementariamente, reconocer las diferencias que mantienen a cada uno, filosofía
y archivo, en un estado de
realización.
Para ahondar el concepto de transitividad estableceremos
una relación con las tecnologías de archivación y las posibilidades que ofrecen
a la memoria y, por consiguiente, al archivo. En este nudo, expondremos una
experiencia relacionada con el libro Una
Disciplina de la Distancia. Institucionalización universitaria de los estudios filosóficos en Chile
(1992), de la
filósofa chilena Cecilia Sánchez. El texto, anterior a la publicación de Santos-Herceg,
también aborda la filosofía en Chile y su quehacer institucional en la universidad,
en el que destacamos el eje entre la universidad y el poder político y las interrogantes
a la dimensión docente. La autora declara en la Presentación:
la
realización de dicho estudio se hizo sobre la base de la lectura elaborada de
un conjunto representativo de aquellos libros y revistas cuyas líneas de
trabajo demostraron ser las más ilustrativas de las tendencias que aquí nos
ocupan. En tal sentido, más que abarcar la globalidad de este quehacer, el
contenido de este trabajo tiene un límite determinado: investigar un itinerario
histórico ante todo en el espacio de la cátedra. Nuestra indagación se ofrece
así como una suerte de ʻmemoriaʼ de la figura que ha ido adoptando la filosofía
en el dominio docente. (1992, p. 16)
La búsqueda que Sánchez encarna por medio del
estudio de material bibliográfico, se refuerza con la imagen que la memoria
construye para mostrarnos el sujeto que ejerce la enseñanza de la filosofía. El
viaje de la memoria que elabora la pensadora, desde la recopilación, el
análisis del material, la elaboración del discurso y la impresión del texto,
hasta los días de hoy, ha derivado en múltiples abordajes realizados al libro.
La aproximación que nos interesa se relaciona con una actividad, en modalidad virtual,
bajo
la responsabilidad de los académicos Carolina Ávalos y Gustavo Celedón[3]. El encuentro llevó por nombre Seminario libre: A 30 años de Una disciplina de la distancia.
Institucionalización de los estudios filosóficos en Chile de
Cecilia Sánchez y fue proyectado desde el Programa de posgrado Magister en Pensamiento Contemporáneo de
la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile, sede
Valdivia, y la Revista Latinoamericana del Colegio Internacional de Filosofía. Los organizadores realizaron un
llamado extensivo a estudiantes, profesores, académicos y público en general para
reunirse cada lunes de 18 a 21:00 hrs. Las fechas, del 18 de abril al 16 de
mayo del 2022. La convocatoria planteaba, además, un relato del estado de la
realidad en el país y cómo estos hechos han remecido a las instituciones, en
consecuencia, la exposición de esta idea mueve a pensar la filosofía en Chile y
la institucionalidad que representa, y que, a 30 años de la publicación de Una Disciplina a la Distancia se retome
la perspectiva deconstructiva propuesta por la autora para pensar la filosofía
en Chile. La invitación más pública al evento, como la
promovida en la página de la Universidad Austral de Chile, entre otros sitios
virtuales, se acompañó de una gráfica que especificaba la información. La
imagen también fue compartida, mismo diseño y distintos colores, por correo
electrónico a quienes habían realizado la inscripción.
Nota: Adaptado
de Seminario libre: A 30 años de Una disciplina de la
distancia.Institucionalización
universitaria de los estudios filosóficos en Chile de Cecilia Sánchez. (Universidad
Austral de Chile, 2022). Obra de dominio público.
Según dictó la invitación del
evento: “El objetivo
principal de esta actividad es la conmemoración de la obra en un escenario
abierto de enseñanza que propicie el ejercicio colectivo de pensar común la
filosofía en Chile, su institución y su derecho.”, y para resolver el
propósito, en específico cuando se refiere a enseñanza, el encuentro contó con presentaciones
a cargo de académicos y filósofos de distintas universidades del país, que se
enfocaron en el texto y en la conexión que este material filosófico tiene con
sus propias investigaciones. Los contenidos abordados y sus relatores fueron:
Saber, filosofía y disciplina, Cristóbal Friz; Filosofía y enseñanza, Carolina
Ávalos; Filosofía y Estado, José Santos-Herceg; Filosofía y universidad,
Patricia González; Filosofía y Política, Pablo Solari; Identidad de la
filosofía chilena, Martín Ríos; Formas académicas de la filosofía, Lorena
Souyris; Relación filosófica Chile-Francia, Verónica González; Texto filosófico,
Gustavo Celedón. Por último, el espacio contó con las impresiones de la
profesora Cecilia, reflexiones relacionadas con los cincos momentos que
construyeron el seminario. Si bien todas las sesiones se caracterizaron por la
apertura al diálogo en base a lo planteado por los ponentes, se observa en la
parte final, o quinta, un especial ejercicio colectivo entre los asistentes y
la filósofa.[4] Observamos
un detonante para la acción archivística, en el momento de presentarse
propuestas para profundizar el texto conmemorado se instaron búsquedas para
abrir una mirada actualizada de la disciplina filosófica en Chile, y asimismo
rastrear carpetas y archivos para una continuación del libro, resaltando que
este implica un saber para la comunidad filosófica y, por ende, una memoria que
debe asumirse responsablemente desde una línea ética-política.
En nuestro ejercicio de rescate hasta este
punto, hemos trabajado en la revisión de libros, artículos, imágenes, listas de
asistencias, correos electrónicos, entre otros que dan cuenta de lo relatado. Lo
mencionamos, a modo de testificar que todo planteamiento impone un ejercicio
memorístico de búsqueda y selección, por el que ahora, retomamos la invitación
de la traductora bajo el mismo tono investigador y crítico. Además, hemos
elaborado una descripción exhaustiva de la experiencia para cumplir, en primer
lugar, con el resguardo de una memoria que inaugura nuevas praxis filosóficas,
y segundo, con ciertas categorías filosóficas presentadas en el artículo. El
libro de Sánchez se ha constituido como material indispensable en el archivo de
la filosofía en Chile, cabe mencionar que la versión digital se encuentra en
diversas plataformas o bibliotecas virtuales. El ejemplar nos invita sobre todo a una mirada
actualizada de la disciplina, lo que insiste por medio de la categoría de
cátedra. Precisamente, el seminario como práctica de enseñanza toma de la mano los
fundamentos de la Comunidad de Indagación, reconociendo una filosofía que
acompaña y se compromete con los acontecimientos de la realidad, como diría Santos-Herceg.
En este sentido, el archivo más convencional fue abierto por la filósofa
mostrando que nos podemos conducir por la repetición, pero sin temor a superarla,
por eso el encuentro contó con materialidades y sujetos dispuestos al desafío
de pensar nuevos caminos.
La expresión “Del derecho a la filosofía” se
reconoce, igualmente, como uno de los seminarios dictados por Derrida desde el
año 1984, una práctica que más tarde amplia y aclara la posibilidad de pensar
en un:
esbozo de dos
trayectorias rivales: Uno. Estudio del discurso jurídico que, sin ocupar el
centro del escenario, funda las instituciones filosóficas. ¿Cuáles son sus
vínculos con los ámbitos históricos, sociales y políticos, con las estructuras
del «Estado Moderno» ?, y dos, Estudio de las condiciones de acceso a la
filosofía, al discurso, a la enseñanza, a la investigación, a la publicación, a
la «legitimidad» filosófica. (Derrida, 2023, p. 44)
Consideramos que las memorias en circulación
derivan en encuentros y la posibilidad de fusión es un hecho latente, lo que se
complementaría con el interés de observar los límites entre el adentro y el
afuera de las memorias que el archivo filosófico anuncia. Sin duda, volvemos a
una reflexión que se centra en la propuesta de este trabajo, y que reúne, no
sólo a la filosofía o las filosofías, sino también el anarchivismo, que en
palabras de Tello el término hace referencia “a la alteración radical del orden y las
clasificaciones institucionales que conforman los archivos históricos y
culturales” (2016, p. 55), el que nos permitiría conocer el coleccionismo, las
materialidades que conforman el archivo, y en consecuencia, la reflexión puesta
en práctica en el conservar y sus aperturas. Por la misma razón, tomamos el
concepto anarchivismo como núcleo de la democracia, sin olvidar que este último en su condición
aporética nos previene de nuevos acontecimientos. “Para que haya acontecimiento
debe haber ahí un arribante absolutamente otro, un otro que yo no esperaba,
arribante al cual yo no puedo imponer condición alguna.” (Vermeren, p. 87). De
esta manera, en el encuentro con el otro, el anarchivismo cumple con el desafío
deconstructivo de hacer del archivo una práctica perfectible en cuanto a la
conservación y acceso de la información, y que tiende al infinito por su
disposición al acontecimiento, es decir, un anarchivismo que en su deseo de
desordenar nos acerca a la constitución de un archivo que se despliega e invita
a pensar en el derecho al archivo para un derecho a la filosofía.
¿Cómo entender entonces la noción de archivo si no es ya bajo un
concepto convencional? ¿Qué mirada sobre el archivo podría no naturalizar el
ordenamiento de sus jerarquías y clasificaciones? En cada momento histórico, la
producción de los registros del archivo, sus formas de sistematización y
jerarquización, son el complejo efecto de una multiplicidad de conexiones entre
cuerpos y fuerzas sociales. La disposición de su ordenamiento documental
responde a prácticas yuxtapuestas. (Tello, 2018, p. 27)
El anarchivismo, que esencialmente percibimos en el afuera, entreabre
nuevas posibilidades en la configuración de un archivo para invitar a un campo
de acción que
entendemos como la consolidación a la apuesta deconstructiva, la que abre,
expone, desestabiliza el mismo archivo para encontrarse en otros lugares, a
partir de ese archivar que germina desde el saber y, sobre todo, desde el no
saber. De igual modo, más allá del canon del pensamiento occidental, que
básicamente ha constituido una imposición y una herencia sin identidad, el
planteamiento pretende reconocer otra filosofía y reaccionar ante la
interrogante ¿existe un archivo de una filosofía chilena?
En el intento por abordar la pregunta, aseguramos
que es posible acercarnos de diferentes formas al conocimiento filosófico, en
comparación a los tiempos marcados por la censura del pensamiento como Santos-Herceg
relata al citar a Sánchez: “…la prohibición explícita e implícita (en algunos
casos) de una serie de autores y temas filosóficos” (2013, p. 14), para
explicar la influencia de la Dictadura sobre la filosofía enfocada en el
control de toda actividad filosófica. En la actualidad, la
disposición al material permite
vincularnos con autores y autoras, títulos, propuestas, la institucionalidad y
sus crónicas, textos, encuentros, teorías y publicaciones, y un ciclo infinito de
acciones para organizar y desorganizar una memoria de archivo de lo filosófico,
donde la apuesta deconstructiva como un ejercicio de práctica-performativa pone
acento en el derecho y desarrollo del conocimiento desde la experiencia que
transfigura la institucionalidad, e incluso, en una experiencia de
diversificación del texto.
La cuestión
del «soporte» (palabra, libro, revista, periódico, radio, televisión, cine) no
es puramente técnica o formal, concierne también el contenido, a la
constitución y a los modos de formación o de recepción de los temas, del
enunciado, del corpus filosófico ¿Son estos los mismos desde el momento en que
ya no son dados, dominados y acumulados, bajo la forma del archivo libresco, al
interior de las instituciones especializadas, por sujetos o comunidades de
«guardianes» autorizados y supuestamente competentes? (Derrida, 2023, p. 44)
En esta instancia, cruzamos el archivo
filosófico considerando criterios y preguntas que nos ayudarán a pensar metodológicamente
la propuesta: en primer lugar, la selección, ¿por qué se selecciona aquello que pretendemos archivar? o ¿qué interés
subyace a esa selección?; segundo, conservación, ¿qué o a quién (res)guardar de la filosofía?, ¿qué relación
observamos entre la filosofía y el acto mismo de conservar información?; tercero,
olvido, ¿es el olvido una instancia
necesaria para la construcción de la memoria?; cuarto, el archivo, ¿la
filosofía y/o lo filosófico logran ser contenidas por el archivo?; y, el último
lugar para la institucionalidad, ¿podríamos pensar el archivo como una
institución filosófica o sólo como una parte de esta institucionalidad?
Por ahora, más allá de cerrarnos a las
interrogantes compartidas y en consideración que algunas fueron abordadas de
forma implícita, nuestra intención es lidiar con lo que el mismo Derrida llama vías
de acceso. Un elemento que revela el archivo y que indicamos en la pregunta sobre
si la filosofía y/o lo filosófico logran ser contenidas por el archivo, al
referir la capacidad de contener la información de la filosofía, como también la
facultad de proponer un pensamiento y su posibilidad de desarrollo, invitándonos
a reconocer los eventuales límites puestos por el derecho a la propiedad implicado
en la constante reproducir y publicar. Para iniciarnos en este aspecto, reconectamos
con lo que formula Tello en Anarchivismo cuando describe la última imagen tomada a Salvador
Allende minutos antes del bombardeo a La Moneda. El relato aclara como la
fotografía “se convertirá entonces en un símbolo de la resistencia contra el
Golpe de Estado en Chile, y será publicada ese mismo año en el New York Times
obteniendo luego una distinción de la World Press Photo.” (2018, p. 257). Según
el autor, esta edición marca la mercantilización de la memoria visual y su
herencia cultural en pleno
desarrollo del sistema digital, y como en una incesante creación y reproducción
de imágenes la realidad exige guardar la información, para el que se crea un
trabajo de digitalización por la amenaza al deterioro y la conservación en
refugios de gran capacidad bajo tierra.
La acumulación de la imagen de Allende parece
justificable tras la noción de exposición, que se justifica con la finalidad de
hacer presente una instancia política que significó un acontecimiento de
ruptura social y quiebre de la democracia, y que continúa reflejándose en las
circunstancias actuales. Pero, ¿qué resultaría si la exhibición se gestiona
desde la prohibición?, incluso en una concepción axiomática de archivo que
rompería con lo que entendemos por democracia del archivo. Para pensar con las inclusiones y
exclusiones del archivo, la noción de acceso o la era del acceso, como se describe hoy, presenta
diversos problemas que proponen desde su línea jurídica el derecho a la
propiedad sobre la cosa, incluyendo las tensiones hacia su materialidad y lo
que se elabora de estas.
El archivo de la institucionalidad filosófica,
aún desde la práctica habitual, exige pluralizar su constitución, y es lo que
hemos venido observando y realizando desde el libro que anuncia nuestra
reflexión. En el itinerario logramos reconocer una capacidad expansiva dispuesta a entretejer la filosofía, la digitalización, la
literatura y las imágenes, donde cada una de estas formas de abordar el almacenamiento
se convierten en espacios que desafían la política del archivo, en lo concreto
la constitución y la relación con el tiempo pasado y futuro. En cuanto al acceso
al archivo y su relación con el campo político, Derrida señala: “[l]a
democratización efectiva se mide siempre por este criterio esencial: la
participación y el acceso al archivo, a su constitución y a su interpretación” (Derrida, 1997, p. 12), y a nuestro entender, forjaría un archivo
y en línea con el porvenir, un archivo reproductor y productor de
acontecimientos como la experiencia descrita con la producción filosófica de
Sánchez.
La necesidad de pensar el archivo para un
porvenir nos empuja a pensar en el afuera del afuera, donde la expansión del
pensamiento difuminará el inicio del archivo, tal como Foucault diría acerca de
la palabra literaria:
La literatura
no es el lenguaje que se identifica consigo mismo hasta el punto de su
incandescente manifestación, ese el lenguaje alejándose lo más posible de sí
mismo; y este ponerse “fuera de sí mismo”, pone al descubierto su propio ser,
esta claridad repentina revela una distancia más que un doblez, una dispersión
más que un retorno de los signos sobre sí mismos. (2014, p. 12-13)
Con Derrida agregamos otro componente, el
derecho de mirada que reclama transformaciones políticas que problematizarían el
espacio público contemporáneo, el que acostumbra a regular la producción y
circulación de imágenes que van creando un archivo institucional. Este plano,
el de acceso, no sólo se concentra en la posibilidad de la aproximación o el encuentro
con aquello que deseamos alcanzar, sino en lo imprescindible que es cuestionar
las imágenes expuestas, el discurso y su construcción desde este espacio, por
medio de interrogantes que nos permitan reconocer qué modos de selección, quién
o quiénes interpretan y explotan las imágenes, y las limitaciones y usos a las
que se exponen. Como el derecho
a la mirada no se encuentra alejado
de dificultad, el filósofo traducido expresa que la idea de derecho instala la
noción de autoridad ejerciendo una vigilancia oficial, que a la vez permite
pactar y convenir. Por ende, pensando incluso en la gráfica compartida en estos
apuntes, las imágenes seleccionadas y distribuidas van moderando la economía
impositiva de la archivación y la labor conservadora de la institución de máquina
social. El derecho a la mirada instala con el acceso sus propios criterios para
la aproximación y disponibilidad de los registros, lo mismo en el acercamiento
a la propiedad y los usos de lo jurídico.
Dicho de otro
modo, lo que comparten todos estos movimientos heterogéneos es la alteración de
los regímenes discursivos y sensoriales del archivo dispuestos en un
espacio-tiempo particular, pues el anarchivismo entraña la amenaza de toda
organización del “presente” ambicionada por cualquier máquina de gobierno. Por
lo tanto, el anarchivismo no solo perturba el sueño de quienes ocupan
posiciones jerárquicas y acomodadas en un momento histórico concreto, sino que
altera los principios de legitimidad resguardados y dispuestos socialmente por
clasificaciones institucionales y mediante tecnologías de registro cotidianas
de los cuerpos, sus rutinas y sus afectos. (Tello, 2018, p. 7)
En este sentido, la deconstrucción archivística
implica desdibujar las fronteras de la institucionalidad a través del
movimiento y las tecnologías del anarchivismo. Se aspira a la democratización del archivo filosófico para crear un espacio que contiene y
separa, que habita y deshabita, o que forma y transforma la memoria más allá
del sujeto que imagina que la configura y porta. En definitiva, a partir de
nuestras indagaciones, el relato de un archivo filosófico es también una
filosofía que hace explotar el archivo, para convertirse en sólo una parte de la
filosofía, porque la otra, irremediable y necesariamente se encuentra por
fuera.
Canal de YouTube de
la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh (Humanidades UACh). (2022, 18 de
mayo). Quinta sesión Seminario Libre “Una disciplina de la distancia”
[Archivo de vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=8zqDTImqB6E
Derrida, J. (1997). Mal de
archivo. Una impresión freudiana. Trotta.
Derrida, J. (2023). Privilegio
o del derecho a la filosofía. Ediciones UACh.
Fernández, N.
(2019). Voyager. Literatura Random House.
Foucault, M. (1970).
La arqueología del saber. Siglo Veintiuno.
Foucault, M. (2014).
El pensamiento del afuera. Pre-Textos.
Ricoeur, P. (2000). La
memoria, la historia, el olvido. Fondo de Cultura Económica.
Sánchez, C. (1992). Una
disciplina de la distancia. Institucionalización universitaria de los estudios
filosóficos en Chile. CERC-CESOC.
Sánchez, C. (2022).
Institucionalización universitaria de los estudios filosóficos en Chile. Universidad
Austral de Chile. Seminario libre: A 30 años de Una disciplina de la
distancia. https://diario.uach.cl/Eventos/seminario-libre-una-disciplina-de-la-distancia-institucionalizacion-universitaria-de-los-estudios-filosoficos-en-chile/
Santos-Herceg, J.
(2015). Cartografía crítica. El quehacer profesional de la filosofía en
Chile. Libros de la Cañada.
Santos-Herceg, J.
(2013). Dictadura militar y la filosofía en Chile. Cartografía de un campo de
relaciones discursivas. La Cañada: Revista del pensamiento filosófico
chileno, 4, 9-52. https://www.academia.edu/5701119/_Dictadura_militar_y_la_Filosof%C3%ADa_en_Chile_Cartograf%C3%ADa_de_un_campo_de_relaciones_discursivas_LA_CA%C3%91ADA_Revista_del_pensamiento_filos%C3%B3fico_chileno_N%C3%BAmero_4_Chile_2013_pp_9_52
Tello, A. (2018). Anarchivismo.
Tecnologías políticas del archivo. La Cebra.
Tello, A. (2016). El
anarchivismo en Walter Benjamin: Sobre la práctica del coleccionista y la
filosofía materialista de la historia. Aufklärung. Revista de Filosofía, 3(2),
55-68.
Vermeren, P. (2012).
La aporía de la democracia por venir y la reafirmación de la filosofía. Enrahonar:
Quaderns de Filosofia, 48, 85-94. https://www.researchgate.net/publication/314492904_The_aporia_of_the_future_democracy_and_the_reaffirmation_of_philosophy/fulltext/58c83bd2aca2723ab16d1ff8/The-aporia-of-the-future-democracy-and-the-reaffirmation-of-philosophy.pdf
[1] Este
artículo es parte de la tesis del Doctorado en Estudios Americanos de la
Universidad de Santiago de Chile, y del proyecto FONDECYT INICIACIÓN 11220995: Alcances del derecho a la filosofía en el
contexto de defensa de la filosofía en Chile entre los años 2001-2020.
[2] Privilegio o del Derecho a la Filosofía de Jacques Derrida, es una
traducción del año 2023 realizada por Carolina Ávalos, profesora y doctora en
Filosofía por la Universidad París 8 y por la Universidad Católica de
Valparaíso, y académica de la Universidad Austral de Chile. El desarrollo de este
ejercicio de interpretación nos ha ofrecido la oportunidad de dialogar con una
importante parte del trabajo militante e investigativo de esta docente, que
circulan, alrededor, del análisis crítico de la enseñanza de la filosofía, la
deconstrucción de Derrida, y por supuesto, del sintagma “Derecho a la
Filosofía” y su oscilación en distintos tiempos y realidades, para proponer en
el texto abordado, tal como lo menciona la traductora: “una articulación que
permite acceder a su dimensión política-institucional al mismo tiempo que ha su
exceso, es decir, aquello que posibilita la experiencia filosófica” (Ávalos, p.
14).
[3] Gustavo Celedón es profesor titular de la Escuela de Cine de la
Universidad de Valparaíso y Representante en América latina del Colegio
Internacional de Filosofía y Director de la Revista Latinoamericana de la misma
institución.
[4] Las sesiones
desarrolladas en el Seminario es material de archivo
disponible en el Canal de YouTube de la Facultad de Filosofía y Humanidades
UACh https://www.youtube.com/playlist?list=PLZogYVA6IjccV1gWvWRf0ZRIF9N16U4rE