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ARTÍCULOS
Refugios de la cultura en el contexto autoritario de la última dictadura militar argentina. El caso del Goethe Institut en Córdoba
“Culture refuge during authoritarian context of the last military argentina dictatorship. Goethe Institut in Córdoba"
Refúgios da cultura no contexto autoritário da última ditadura militar argentina. O caso do Goethe Institut em Córdoba”
Refugios de la cultura en el contexto autoritario de la última dictadura militar argentina. El caso del Goethe Institut en Córdoba
Cuadernos de historia del arte, núm. 29, pp. 125-151, 2017
Universidad Nacional de Cuyo

Recepción: 29 Junio 2017
Aprobación: 18 Julio 2017
Resumen: Las siguientes líneas, se proponer indagar el lugar que ejercieron los institutos culturales extranjeros en el contexto autoritario y represivo de la última dictadura militar en la Argentina (1976 -1983). Este tipo de entidades se caracterizan por su inserción en la vida cultural y social de un país a través de la enseñanza del idioma, sin embargo también suelen reconocerse por constituirse en espacios de socialización y por el apoyo y difusión de las artes. Desde un enfoque que privilegia los aportes de la historia cultural reflexionamos sobre el Goethe Institut en la ciudad de Córdoba, considerado para muchos un refugio de la cultura en aquel contexto restrictivo pero también un espacio para la creación y producción artística.
Palabras clave: Prácticas artísticas, dictadura, institutos extranjeros, políticas culturales.
Abstract: Foreign cultural institutes are recognized for their insertion in the cultural and social life of a country by the teaching of the language. However, they are also often distinguished by their support and dissemination of arts. In these lines, it is analyzed their role under an authoritarian and repressive context during last dictatorship in Argentina. From an approach that privileges the contributions of cultural history - we refer to the Goethe Institut in the city of Córdoba, considered for many a refuge of culture in that restrictive context but also a space for artistic creation and production.
Keywords: Artistic practices, dictatorship, foreign institutes, cultural policies.
Resumo: As seguintes linhas, propõem-se indagar o lugar que exerceram os institutos culturais estrangeiros no contexto autoritário e represivo da última ditadura militar na Argentina (1976 -1983). Este tipo de entidades caracterisam-se por sua insersão na vida cultural e social de um país através do ensino do idioma, porém acostumam se reconhecer por se constituir em espaços de socialização e pelo apoio e difusão das artes. Desde um enfoque que privilegia os aportes da história cultural – refletimos sobre o Goethe Institute na cidade de Córdoba, considerado para muitos um refúgio da cultura naquele contexto restritivo mas também um espaço para a criação e produção artística
Palavras-chave: Práticas artísticas, ditadura, institutos estrangeiros, políticas culturais.
Introducción
En estas últimas líneas no nos proponemos dar cuenta exclusivamente de conclusiones arribadas sino más bien una apertura a nuevos interrogantes y reflexiones de carácter abierto. Asimismo, señalar que si bien, abordamos la experiencia del Goethe Institut, es posible una lectura amplia del entramado cultural cordobés en el contexto autoritario. Asimismo, señalar se inserta en una línea de investigación más amplia que se propone indagar sobre las políticas culturales en un sentido macro pero también sobre las prácticas artísticas entre la dictadura y la posdictadura, explorando esferas oficiales e independientes como así también vínculos y redes translocales.
En la ciudad argentina de Córdoba pueden reconocerse un número significativo de entidades culturales vinculadas a países extranjeros. Por un lado, hallamos aquellas asociaciones por afinidad de origen conformadas por inmigrantes o sus descendientes pero que no necesariamente tienen una relación directa u oficial con el país, comunidad o región con la que se identifican. Gran parte de ellas son producto de las olas migratorias de fines del siglo XIX y que tenían como propósito funcionar como mecanismos de solidaridad, de ayuda mutua entre los recién llegados. No obstante, poco a poco fueron extendiendo sus actividades y ejerciendo un rol activo con el resto de la sociedad. Por otro lado, pueden señalarse aquellas instituciones que si poseen una articulación oficial con la nación de origen, llegando a ser incluso consecuencia de una política exterior pero también pueden reconocerse otras surgidas desde el ámbito local y que luego obtendrían el reconocimiento y validez político-institucional. No es nuestro propósito hacer o seguir algún tipo de clasificación teórica sobre estas entidades, sino más bien poder diferenciarlas para dar cuenta de las particularidades de aquella que si es objeto de nuestro análisis, es decir el Goethe Institut (Instituto Goethe Córdoba, en adelante IGC).
En términos temporales, nos ubicamos en el período que comprende el último régimen cívico militar de facto, autodenominado Proceso de Reorganización Nacional durante sus fases de agotamiento y descomposición (Quiroga, 2004). Concretamente, revisamos los años 1980– 1983. Nos preguntamos acerca de aquellas posibles hendiduras y/o espacios de expresión artístico-cultural en el marco de un contexto autoritario y represivo, que bajo el Terrorismo de Estado ejerció la censura y la persecución. No obstante, como ya han dado cuenta un número importante investigaciones desde el propio gobierno autoritario y por fuera del ámbito oficial existieron iniciativas y espacios que promovieron, desarrollaron y contuvieron diferentes prácticas y manifestaciones artístico-culturales[1].
En términos metodológicos, consultamos fuentes documentales escritas, en su mayoría de carácter hemerográfico (concretamente una revista de difusión cultural oficial municipal La Guía de Córdoba Cultural publicada entre los años 1980 a 1983 y el diario local La Voz del Interior). Debemos advertir que ante la consulta institucional y de la biblioteca de la sede del Goethe Institut en Córdoba, la respuesta fue que no disponen de un archivo que preserve la documentación o materiales vinculados a la entidad. Si pudo observarse un acervo bibliográfico especializado en la enseñanza del idioma, literatura y artes visuales. Encontramos, sólo un número limitado de publicaciones concernientes a la relación histórica entre Alemania – Argentina; no así materiales gráficos, folletería, anuarios u otros materiales destinados a mostrar y/o recopilar la labor del IGC. En cierta medida, de acuerdo a una de las bibliografías consultadas, esta decisión de no acopio, conservación y/o resguardo de papelería institucional parece ser parte de una política de la entidad. En efecto, nuestra revisión de fuentes se amplió a aquellas caracterizadas como secundarias, en su mayoría producidas de manera reciente.
En los relatos posdictadura, hallamos de manera recurrente la descripción y/o referencia al Goethe Institut como uno de los micro espacios en el marco autoritario que funcionó como lugar de refugio, encuentro y libertad. Sin embargo, como parte de esas lecturas bibliográficas, advertimos que esto parecía ser una particularidad no solamente local (es decir, de las sedes en la Argentina) sino también durante el régimen franquista en las filiales españolas de Madrid y Barcelona. Rocío Roble Tardío, quien aborda dichas experiencias, los define como “espacios de excepción política”. De acuerdo a la autora, esto derivaría de “su naturaleza diplomática, en tanto que unidades dependientes del Ministerio de Cultura y de Asuntos Exteriores del Gobierno de la República Federal de Alemania”, podían ser considerados lugares “donde la reunión no constituía delito y donde no había restricciones ideológicas” (2014:47). Sin embargo, no consideramos que tal definición pueda ser utilizada para el caso local y por lo tanto preferimos explorar los sentidos adjudicados y que emerge en los testimonios como refugio.
Antes de seguir avanzando, consideramos necesario explicitar el derrotero del Goethe Institut en el contexto internacional y particularmente en el caso cordobés.
1. Los orígenes
El Goethe Institut inició sus actividades en el marco de la posguerra. De acuerdo al relato oficial, un grupo de pioneros interesados en la enseñanza y la difusión del idioma alemán habían decidido crear una institución que se diferenciara del Instituto Alemán oficial y representara la cultura y la lengua alemanas en el exterior. Entre los objetivos fundacionales se hallaban la difusión del idioma y el fomento de la cooperación cultural internacional. Pero de acuerdo a dos de sus representantes Thomas Lindemann y Christian Lüffe subyacía aquel “afán de sacar a Alemania del aislamiento de la guerra y el III Reich.”[2] En 1951 se funda el primer instituto en Münich y al año siguiente se inaugura la primera sede extranjera en Atenas (Grecia), donde ya existía un antecedente de una asociación cultural greco alemana. También hayamos que en 1952 se abrió en la ciudad de Santiago de Chile dentro del continente americano[3]. En la década del sesenta, el Departamento Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores resolvió asumir la administración de casi totalidad de los institutos culturales alemanes en el extranjero que hasta entonces habían dependido de las embajadas y representaciones diplomáticas. De esta manera, ejercerían la representación cultural de la República Federal de Alemania[4]. El trabajo cultural en el extranjero era reconocido oficialmente como el tercer pilar de la política exterior alemana (además de la económica y la diplomacia tradicional). En efecto, el resultado fue la creación de ciento setenta entidades en casi setenta países[5]. En materia de organización institucional, cada área geográfica responde a un director regional (actualmente con sede de Sao Paulo, Brasil).
En la Argentina, se radica primero en Buenos Aires en el 1967 y un año después comienza a funcionar en Córdoba. De acuerdo a la recopilación documental, la sede local surge por el impulso de un grupo de mujeres ligadas a la enseñanza de la lengua alemana y las tareas de traducción: Herta Noak y María Esther Novillo de Liebau, con Charlotte von Lücken y Gustava Behrend de Lugartenientes. Algo similar, puede reconocerse en la constitución local de la Alianza Francesa.
En el período que abordamos, con características similares y una intensa grilla de actividades formaban parte del entramado cultural cordobés: el ACIC del Centro Unión Israelita, la Alianza Francesa de Córdoba (desde 1931) y la Asociación Británica (desde 1939). A excepción del centro israelita, constituyeron como labor central la enseñanza de la lengua extranjera y poco a poco adquirieron una fuerte presencia cultural. Si bien surgen como emprendimientos locales al ser reconocidos e integrados por la representación extranjera, en el caso del IGC y la Alianza Francesa, la dirección era desempeñada por una persona de origen extranjero, es decir perteneciente y designado por la sede central de la entidad. En términos geográficos o físico-espaciales, la mayoría se situaron en las adyacencias del considerado centro histórico, coincidente con la traza originaria del pasado colonial, seguía siendo el lugar donde se concentraba la mayor actividad de la ciudad. Las autoridades cívico- militares al frente del poder municipal se habían propuesto para fines de los años setenta un plan urbanístico orientado hacia la periferia que era a su vez acompañado de una descentralización cultural que en concreto significó la refuncionalización de antiguos mercados de abastos barriales devenidos en centros culturales oficiales[6]. No obstante, el centro continuaba concentrando los espacios culturales oficiales y comerciales (cines, salas de teatro, galerías, museos, como así también bares, entre otros); no así aquellos que pueden ser considerados independientes (más bien vinculados con ello denominado underground y/o alternativo, en gran medida localizados en los barrios. Por otra parte, ese centro era sede de poder administrativo, bancario y eclesiástico además del policial. En relación a ello, debe mencionarse que alrededor de la plaza central, lo que en tiempos coloniales funcionó como Cabildo, sede administrativa y judicial de la ciudad, estuvo alojada la dependencia de la Policía provincial y junto el Departamento de Informaciones denominado D2 y que fuera uno de los centros de detención clandestina y tortura de la ciudad[7]. En este sentido, nos permitimos recuperar al decir y conforme a los aportes de la Red Conceptualismo del Sur (2012) esa latencia y convivencia entre el terror y la fiesta, lo vital y la muerte, en el marco de esa confluencia espacial. Asimismo, permite pensar en las circulaciones o recorridos posibles de los sujetos en la ciudad.
Como venimos señalando, los institutos extranjeros no limitaron su actividad a la enseñanza de lengua sino que funcionaron también como operadores culturales, ofreciendo en sus sedes posibilidades de encuentro y socialización a partir de una abundante y variada programación artística pero también en la biblioteca, mencionada en muchos relatos como espacio de contención. A través de ICG arribaron además exposiciones itinerantes promovidas por la sede central y que circulaban por la red institutos en los diferentes países.
En ese mismo sentido, oficio como espacio de intercambio entre prácticas experimentales internacionales y locales. De acuerdo a la memoria institucional del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa: “el Goethe- Institut Córdoba alimenta la agenda del museo desde mediados de los setenta con numerosos ciclos de exposiciones (obra gráfica, principalmente), conciertos, conferencias y otras actividades.”[8] En las fuentes hemerográficas relevamos tanto la realización de un significativo número de muestras de arte plástico individuales y colectivas, conferencias vinculadas a la ciencia, la literatura, como así también ciclos de música y de cine y presentaciones teatrales, entre otros. De esta revisión puede además reconocerse cierto tejido conectivo que iba conformando el IGC con otras instituciones locales.
En relación a las artes escénicas, un emblema de la institución fue el Teatro Goethe Córdoba que exploro tanto la dramaturgia alemana pero traducida y adaptada al contexto local como también en materia escénica, puestas y técnicas no convencionales. Desde el año 1968 participaron en él numerosos referentes del teatro local (Mabel Brizuela, Víctor Moll, Jorge Pinus, Sofia Waisbord, Raúl Brambilla, entre otros). Incluso Rafael Reyeros formó parte de la agrupación como su escenógrafo. Antes de cumplir una década, el grupo enfrentó su desmembramiento, en tanto las condiciones impuestas por este régimen dictatorial obligaron a muchos a exiliarse. Algunos de ellos, dejaron el país y presentaron sus obras en España[9]. Tras estar un tiempo en Alemania, su directora Chete Cavagliatto retorna en 1980 a la Argentina. En ese contexto en el que sólo seguían funcionando unos pocos grupos, reanuda el funcionamiento del Teatro Goethe. Algunas de las obras fueron: La balada de Bertold Bretch de Herbert Lederer (1978), Los prójimos (1978), de Tankret Dorst: La curva (1981) y Los parientes (1982), entre otras.
Un hecho anecdótico, pero que da cuenta del lugar que ejercieron estas instituciones en la promoción cultural local en tiempos autoritarios fue la participación del grupo en el Festival Cervantino de 1983. Este evento que tiene lugar en la ciudad de Guanajuato (México) propone reunir las “mejores expresiones del mundo” en música, teatro, danza y artes visuales. El Teatro Goethe había sido invitado y si bien los organizadores garantizaban los costos del alojamiento, no los del viaje. Por ello, el grupo solicitó ayuda al gobierno nacional y provincial (aún dictatorial) para poder asistir ejerciendo la representación del país en el festival. Sin embargo, fueron rechazados en ambas esferas gubernamentales, esgrimiendo entre los argumentos oficiales el hecho de no se tratará de dramaturgia argentina (la obra era Mockinpott del autor alemán Peter Weiss). El hecho fue atendido por la prensa y finalmente en conferencia se anunció que sería el propio Goethe Institut el que asumiría los costos lo que significó que el grupo cordobés asistiría al Festival pero como representante Alemania Federal.
2. Un refugio cultural en tiempos de autoritarismo
El Goethe Institut fue considerado para muchos un lugar emblemático de contención y libertad en el contexto restrictivo de la última dictadura militar argentina. En relevamiento realizado es frecuente encontrar testimonios que lo describen como un espacio de reunión, expresión y de acceso a aquello que estaba restringido por el régimen autoritario. De manera metafórica muchos refieren – tanto a la sede porteña como a la local – como un bunker, una isla, un refugio, un oasis. Incluso este atributo fue recuperado y señalado en una publicación institucional destinada a reflejar los ciento cincuenta años de las relaciones entre Alemania y Argentina, tomando como hito originario el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación de 1857. Como parte de ese vínculo se encuentra la sede porteña respecto del que se señala: “en 1976 se convirtió en uno de los epicentros del primer cine experimental o underground argentino (…) en plena dictadura militar fueron proverbiales los ciclos de cine documental que no se podían exhibir en otro lado.”[10] En relación a ello, el director y guionista Pablo Mazzolo, se aproxima a la definición “espacios de excepción” de Rocío Robles Tardío (2014): “durante la dictadura el Instituto Goethe era como un refugio donde podían mostrar sus películas sin que los persiguieran, era como una especie de pequeña embajada porque era alemán” (Bernáthová, 2014). Algunas referencias sobre la sede cordobesa son transcriptas a continuación. Con motivo de celebrarse quince años de su apertura en Córdoba el diario local recordaba:
En los años de ira (la época del proceso), el Instituto Goethe supo ser como un bunker, una reserva de ecología cultural donde preservar ideales y normas de conducta, dónde reunirse y hablar de temas ahuyentados o vedados. “Pude sobrevivir gracias a los Goethe, con seminarios, ciclos de conferencias y el tácito aval que me brindaban”, repetía el arqueólogo y antropólogo Rex González cuando le recordaban la persecución de la que fue objeto porque sus documentales con Jorge Prelorán lo tornaron “sospechoso” a la mirada omnímoda del régimen.
(…) Por entonces y al promediar la década del ´70 conocimos a los realizadores del “nuevo cine alemán”, a Fassbinder, Herzog y Wim Wenders y su testamento del desvarío nacionalsocialista. Desfilaron visitantes que hablaban de los cerebros lavados por la propaganda o desplegaban enormes muestras fotográficas con objetivos primeros planos de la miseria y la esperanza latinoamericanas. La música – tan bella y la más “apolítica de las artes” – es un coto clásico e inexpugnable de los alemanes, al que ingresaron ensembles de danzas modernas y contemporáneas[11].
Como señaláramos muchos de quienes eran asiduos de las actividades programadas por el IGC o que concurrían a la biblioteca coinciden en describirlo como una isla, un espacio casi autónomo que les permitía acceder a materiales literarios o fílmicos. Entre los artistas visuales – por aquellos años estudiantes – puede mencionarse a Jorge Torres quien en un video conmemorativo de los cincuenta años del IGC reconoce las muestras y la biblioteca fue clave para su formación y que les permitió tener un panorama de lo que ocurría en las artes visuales en el mundo[12]. Por otra parte, el artista Aníbal Buede relataba:
Lo que para nosotros era una isla era el Instituto Goethe. Tenía una biblioteca donde podíamos descubrir cosas que no veíamos en ningún lado. Pasaban muchas cosas, pelis de Wim Wenders, de Herzog, documentales de festivales de teatro, allí también descubrí a Pina Bausch. Creo que casi toda mi generación tiene mucho que ver con eso. Por otro lado, nuestros predecesores conformaban una generación sin maestros, no tenían referentes (los milicos se encargaron de eso) y el Goethe —aunque por. vertientes distintas— también fue su fuente. (…) (En Balangero, N. & Burba, 2012:15)
Diego Tatián también con motivo del aniversario escribió:
La vitalidad cultural del Goethe-Institut Córdoba durante la transición democrática de los años 80 -en los que asistí durante muchas tardes a los cursos de alemán, idioma al que pude asomarme con placer y desaprendí después- fue parte de una marca festiva y afectiva que envolvió a la ciudad recuperada de su noche más oscura, y que la ciudad no olvida. Durante la dictadura había sido - dicen quienes acudían allí para buscar palabras libres, en el idioma que fuere, que no podían ser pronunciadas casi en ninguna otra parte- un importante espacio de encuentro para los seres diezmados de la utopía, arrojados a la intemperie cultural y política de ese tiempo aciago. Pero en los años 80, como un fulgor, se liberó un deseo de otros, un anhelo de comunidad y una discusión sobre todas las cosas que encontró en el Goethe una apertura para cobijar nuevas experiencias y receptar las rarezas culturales de los inquietos, los conjurados de otro mundo y los no conformes. Una lengua, una biblioteca, la puesta en circulación de la filosofía, el teatro, la literatura, las ciencias, la música y el cine forjaron la trama de una intervención urbana persistente e intensa (…)[13]
La propia directora, Chete Cavagliatto, manifestó que el Teatro Goethe le salvo la vida: “fue una protección intramuros…fue bastión para los intelectuales y artistas de Córdoba. Fue el único lugar donde se podía hablar de ciertas cosas, donde la gente se podía quedar después de una conferencia, una obra de teatro o un concierto, para hablar sobre lo que estaba pasando” (Pérez, 2010 p.18).
De alguna manera estos testimonios dan cuenta de esa función de resguardo que ejerció el Goethe Institut y que luego continuó contribuyendo e incidiendo a través de sus diversas actividades en la trama cultural cordobesa
Reflexiones de cierre
En estas últimas líneas no nos proponemos dar cuenta exclusivamente de conclusiones arribadas sino más bien una apertura a nuevos interrogantes y reflexiones de carácter abierto. Asimismo, señalar que si bien, abordamos la experiencia del Goethe Institut, es posible una lectura amplia del entramado cultural cordobés en el contexto autoritario. Asimismo, señalar se inserta en una línea de investigación más amplia que se propone indagar sobre las políticas culturales en un sentido macro pero también sobre las prácticas artísticas entre la dictadura y la posdictadura, explorando esferas oficiales e independientes como así también vínculos y redes translocales.
Concretamente en relación a lo aquí desarrollado, consideramos que pensar sobre el derrotero IGC nos permite reconocerlo como una entidad no neutral en relación al desarrollo de determinadas prácticas artísticas en el contexto local. Puede ser valorado como lugar de encuentro y de debate en libertad en un período marcado por la clausura, la persecución y la censura. Por otra parte, puede observarse como un espacio con una propuesta diferente a las oficiales, tendiente a propiciar manifestaciones artísticas de carácter experimental. En estos puntos hallamos coincidencias con lo ocurrido en la sede porteña pero también con las filiales españolas de Madrid y Barcelona durante el régimen franquista de acuerdo al trabajo de Rocío Robles Tardío. Compartimos con la autora la existencia de “cierto interés por convertir los Institutos en centros de referencia, nacional pero sobre todo internacional, para el pensamiento, la cultura y la creación artística contemporánea” (Robles tardío (2014: 47).
Es posible reconocer su accionar como parte de la política cultural exterior del gobierno alemán, pero también, de acuerdo a nuestro interés, como parte de las influencias extranjeras en el desarrollo del campo artístico-cultural cordobés. Visible en la realización de actividades especificas como parte de la política de promoción cultural pero también a través de la biblioteca de la institución que permitía el acceso a obras y materiales bibliográficos vinculados a las (neo) vanguardias en un momento en que se ejercía un importante control sobre determinados conocimientos y a los que era posible acceder. No obstante, funcionó también como un espacio de socialización, reunión e intercambio, en un momento en que este tipo de actividades estaban prohibidas.
La revisión de las actividades llevadas a cabo por el IGC y la recuperación de algunos relatos por parte de quienes participaron o frecuentaron la entidad, permite poner en cuestión la idea de que durante el régimen autoritario no habría habido políticas culturales o que consistía una total clausura del campo cultural. En ese mismo sentido, permite reconocerlo como uno de esos espacios en los que fue posible mantener y desarrollar ciertas prácticas artístico- culturales en un contexto represivo. Para muchos un espacio referencial sintetizado en metáforas como un bunker, un oasis, una isla, un refugio…
Bibliografía
Balangero, N. & Burba, L (2012): Aníbal Buede. Colección 1.330.022, etcétera / artistas contemporáneos de Córdoba, Córdoba: Ediciones Casa13.
Bernáthová, D.: “Una mirada al cine experimental de Buenos Aires”, Radiodifusión Checa 7, Radio Praga, 04/12/2014. URL: http://www.radio.cz/es/rubrica/panorama/una-mirada-al-cine- experimental-de-buenos-aires
Pérez, S.:Entrevista a Cheté Cavagliatto. Influencias del teatro alemán en Córdoba en las décadas de 1970 y 1980. El Teatro Goethe, puestas en escena y técnicas de trabajo”, Revista Avances Nº 16, 2010. pp. 11-26.
Pérez, S. & Acastello, A.: “Ruptura del espacio escénico en el teatro de Córdoba en los `70. La propuesta espacial del grupo Teatro Goethe. Tensiones entre campos culturales nacionales e internacionales”. En: Nusenovich Marcelo & Zablosky, Clementina (Dir.) Fragmentos para una historia de las artes en Córdoba. Córdoba: Ed. Brujas, 2013.
Robles Tardío, R.: “El Instituto Alemán, espacio de excepción en el último decenio del franquismo”, Revista Desacuerdos Nº 8, 2014, pp. 46 – 81.
Tatián, D.: “Más allá de la lengua” En: https://www.goethe.de/ins/ar/es/ueb/50j/20956535.html Recuperado: 29 de octubre de 2017.
Fuentes documentales y hemerográficas
Argentina – Alemania. Un recorrido a lo largo de 150 años de relaciones bilaterales, Embajada de la República Federal de Alemania, 2007.
Folleto que acompaña la exposición "Museo Caraffa 100 Años. Notas desplegables" (2014), Gobierno de la Provincia de Córdoba, Argentina.
Guía de Córdoba Cultural, Municipalidad de Córdoba, Argentina (1980 – 1983)
Diario La Voz del Interior
Notas
Córdoba: Alción, 2014. Pp. 109-134
Recuperado: 29 de octubre de 2017.