Burnout y seguridad del paciente.

Impacto crítico para la calidad asistencial.

Resumen

El síndrome de burnout, definido por agotamiento emocional, despersonalización y disminución del logro personal, constituye un problema crítico en el ámbito sanitario y un factor relevante que compromete la seguridad del paciente. La Organización Mundial de la Salud lo clasifica como un riesgo laboral derivado del estrés crónico no gestionado, con impacto directo en el desempeño profesional. La evidencia científica muestra consistentemente una asociación significativa entre burnout y mayores tasas de errores clínicos, eventos adversos e indicadores negativos de seguridad. Metaanálisis y estudios observacionales reportan que los profesionales con burnout presentan mayor probabilidad de incidentes de seguridad, menor satisfacción laboral, aumento del ausentismo, rotación y menor productividad. En enfermería, esta relación es particularmente sólida, observándose incrementos en infecciones nosocomiales, errores de medicación y caídas de pacientes. Los mecanismos que explican esta relación incluyen sobrecarga laboral, deterioro cognitivo, fallas en la comunicación, cultura organizacional deficiente y factores sistémicos que amplifican la vulnerabilidad a errores. El burnout actúa como un fenómeno multifactorial que afecta la toma de decisiones y convierte al profesional en una “segunda víctima”. La evidencia subraya que el burnout debe abordarse desde una perspectiva organizacional. Implementar políticas de bienestar, mejorar las condiciones laborales y fortalecer la cultura de seguridad son medidas esenciales para garantizar una atención de calidad. Profesionales saludables se traducen en pacientes más seguros.