Facilitadores y barreras para la
autodeterminación. Las voces de un grupo de adultos con
discapacidad intelectual Analía Lorena Palacios Editorial Dunken 2018 ISBN 978-987-763-251-4 |
Cristina Julio-Maturana Cooperativa de Trabajo de Acción
Pedagógica Di-versos. Valparaíso, Chile. cristina.julio@di-versos.cl Marcela Mohammad Cooperativa de Trabajo de Acción
Pedagógica Di-versos. Valparaíso, Chile. marcela.mohammad@di-versos.cl Richards Quinteros Agrupación Líderes con Mil Capacidades.
Quilpué, Chile. richardquinterospino@gmail.com |
Analía Lorena Palacios, autora de la obra que comentamos,
es una mujer que despliega en su trabajo creatividad, humanismo e
interdisciplinariedad. Estos rasgos característicos de su obra evidencian
coherencia con su trayectoria profesional, por lo que nos detenemos en algunos
hitos de su caminar. Es Profesora y Licenciada en Ciencias de la Educación con
Orientación en Psicopedagogía de la Universidad Nacional de Lujan (UNLu).
Diplomada en "Herramientas de Arteterapia y Psicología Positiva en la
Práctica de las Artes Expresivas" del Taller Multinacional y Universidad
Autónoma de Coahuila (México). Magíster en Psicología Cognitiva y Aprendizaje
de la FLACSO-Argentina y la Universidad Autónoma de Madrid. Así también
Palacios se ha desempeñado como docente de niños, niñas, jóvenes y personas
adultas con discapacidad intelectual en la modalidad de educación especial y en
el acompañamiento de trayectorias educativas en el sistema educativo regular de
Argentina, específicamente en la provincia de Buenos Aires y en la de Río
Negro. Fue profesora en el área de Didáctica y Práctica en la Formación Docente
para Educación Inicial, Educación Primaria y Educación Especial con orientación
en Discapacidad Intelectual, y de la cátedra de Pedagogía Especial en la
Carrera de Trabajo Social en la provincia de Buenos Aires. Actualmente es
profesora de Formación Docente para la Educación Especial con orientación en
Discapacidad Intelectual y lleva a cabo tareas de formación permanente e
investigación en el Instituto de Formación Docente Continua en Bariloche.
Asimismo se aproxima a la formación de personas como Instructora de Hatha Yoga
y de Yoga en la Niñez, desempeñándose también en el trabajo con personas
adultas mayores, algunas de ellas, en situación de discapacidad y de
vulneración de derechos, así como también desde la pintura y la murga como
expresiones artísticas. Ciertamente esta versatilidad en la formación de
personas evidencia un abordaje multidimensional y sistémico de su trabajo así
como una integración teórico-práctica para asumirlo.
La obra de
Palacios se configura a partir de una tesis de grado. En este sentido y tal
como indica la autora, el contenido de la misma es el resultado de un trabajo
de investigación llevado a cabo en el marco del Programa de Maestría en
Psicología Cognitiva y Aprendizaje que cursó. Coherente con un formato de
tesis, el libro se organiza en cinco capítulos. El primero, en sus cuatro
apartados expone el problema de investigación, su objeto de estudio (la
autodeterminación en personas adultas con discapacidad intelectual) y los
antecedentes que lo sustentan, exponiendo de manera exhaustiva el contexto
nacional, provincial y municipal, así como su estado del arte. El segundo
capítulo entrega los referentes teóricos de la investigación y se desarrolla en
cinco secciones que dan cuenta en primer lugar de la Discapacidad Intelectual
desde una aproximación sociocultural; también de las singularidades de esta
situación en personas adultas; de la autodeterminación como una dimensión
principal para la calidad de vida de ellas y los apoyos relevantes para la
promoción de una autodeterminación personal. El tercer capítulo presenta el
método de investigación desarrollado, que corresponde a una aproximación
cualitativa al objeto de estudio por medio de un diseño biográfico-narrativo de
casos múltiples constituido por diez participantes, finalizando con las etapas
implementadas para el proceso de recolección, organización y análisis de la
información. El cuarto capítulo expone los resultados obtenidos, mostrando con
ellos una exhaustiva rigurosidad en el análisis de las voces de los y las
participantes puesto que permite, por medio de ellas, dar cuenta de los
facilitadores y las barreras tanto personales como ambientales para la
autodeterminación. En el quinto y último capítulo se realiza la discusión y
reflexión final del trabajo que de manera coherente se hace cargo de las
preguntas de investigación y el logro de los objetivos de la misma.
En este
contexto y desde nuestra subjetividad lectora, nos atrevemos a afirmar que
gracias a la composición minuciosa de la autora, el libro se constituye en un
canto polifónico. En esta composición reconocemos las voces de diversos autores
y autoras que fundamentan el trabajo, sus conocimientos teóricos y empíricos
aportan a la delimitación del problema, el estado del arte, el análisis y la
discusión de los resultados. Asimismo observamos con atención las voces de las
y los protagonistas, diez personas adultas con/en situación de discapacidad que
nos hablan de sus vivencias. Sin duda no perdemos de vista la voz de la propia
autora que vincula fundamentos teóricos y empíricos, los hace dialogar entre
sí, y con las y los protagonistas, los discute de manera armoniosa construyendo
los nuevos conocimientos que nos aporta, nos interpelan y que compartimos en esta
reseña.
Desde un
punto de vista de la construcción de conocimientos declarativos y conceptuales afirmamos que el libro tiene un valor teórico. Ofrece una sintética
actualización sobre la discapacidad intelectual, la vida adulta en esta
situación y el modelo de calidad de vida. Asimismo apoya la comprensión sobre
cómo materializar dicho modelo y específicamente cómo implementarlo para
favorecer la autodeterminación como una de sus dimensiones. A su vez, el libro
nos explica que en el centro del modelo de calidad de vida, asumido desde los
autores expuestos, existe un motor catalizador de facilitadores llamado
inclusión social, que corre el riesgo de perder su sinergia si quienes la
vivencian no se sienten representados/as. Este aporte teórico nos interroga:
¿la inclusión social de personas adultas con discapacidad intelectual es un correlato
de sus decisiones conscientes? ¿La autodeterminación se ve reflejada en las
políticas públicas? ¿Esta dimensión es considerada en la toma de decisiones de los
consejos de profesionales de la educación y del profesorado en las escuelas?
¿Las decisiones conscientes se propician y se escuchan en sus hogares a través
de acuerdos familiares basados en el respeto y la aceptación?
El libro
también nos aporta una serie de conocimientos procedimentales, vinculados
fundamentalmente al método de investigación.
Destacamos la aproximación al objeto de estudio –la autodeterminación– desde las voces de las propias personas adultas con/en
situación de discapacidad intelectual. En un contexto de libertad de expresión
estas personas pudieron ser protagonistas de la narración de sus trayectorias,
desde diversos lenguajes y tiempos propios lograron dar testimonio de cómo ha
sido el devenir de sus sueños y cuánto de eso se transformó realmente en
procesos de autodeterminación que nutrieran con dignidad sus proyectos de vida.
Poner al centro sus vivencias y experiencias desde sus propios testimonios,
relatos y narrativas nos parece un gran aporte metodológico para evidenciar la
necesidad sentida a partir de sentires y sensibilidades afines, siendo lo más
fiel posible a las subjetividades de cada cual. Ciertamente la escucha activa
desde la aceptación del otro u otra, la creación de vínculos afectivos libres
de dependencias, una formación que apueste por la autonomía y espacios
educativos respetuosos de la diversidad son una muestra de que es posible
co-construir y re-significar cada vida humana poniendo en valor la diversidad
existente en cada hogar, comunidad, institución, territorio y sociedad. Nos
parece que el método es un llamado a la creación original que aportará puntos
de vista nutritivos para la re-creación del tejido social y cultural.
Junto a los
conocimientos conceptuales y procedimentales indicados, el libro nos aporta
múltiples conocimientos actitudinales que ofrecen una profunda interpelación a
personas, profesionales y ciudadanos/as interesados en avanzar hacia un cambio
cultural. En tanto personas, acogemos el libro como un espejo que genera un
reflejo amable de leer, porque permite detenerse a recordar la historia que
subyace al trabajo de investigación y su misión de levantar evidencia para
mejorar la calidad de vida de personas que viviendo en la vereda de la
discriminación y la negación, sí son sujetos de derechos. Este reflejo
orientador ayuda a evocar sentimientos originales que impulsaron los propios procesos
de autodeterminación en nuestras vidas y pensar reflexivamente cómo el camino
recorrido hacia nuestras decisiones conscientes, "autodeterminadas"
han estado rodeadas de barreras sistémicas, validadas culturalmente como fuente
de méritos y a su vez acompañadas de facilitadores invisibilizados y tildados
como fortunas. Esta lectura que moviliza historias personales nos lleva una y
otra vez a preguntarnos ¿cómo estamos actuando?, ¿estamos siendo parte de los
facilitadores de contexto que posibilitan y promueven una participación activa
para poner en práctica la autodeterminación de las personas con/en situación de
discapacidad o estamos actuando como barreras u obstaculizadores para que ellas
alcancen una vida autodeterminada?
Como
profesores/as de Educación Especial/Diferencial y como decentes formadores de
formadores, el libro nos recuerda nuestra responsabilidad social, nuestro rol
como profesionales y en este sentido, el impacto que como tales ejercemos en la
actual o futura vida adulta autónoma y/o independiente de las personas. En este
sentido el trabajo de Palacios nos recuerda la necesidad de complementar e
integrar la revisión teórica con las historias de vida y experiencias reales y
concretas de cada persona con/en situación de discapacidad intelectual, por
ello nos preguntamos: ¿estamos enseñando a pedir apoyo y cómo, cuándo y a quién
pedirlo?, ¿sabemos qué tipo de apoyo ofrecer o entregar?, ¿estamos dando
espacio al error como instancia de aprendizaje y experimentación? , ¿qué pasa
con aquellas personas que ya egresaron del sistema escolar y no se les presentó
esa posibilidad?, ¿qué ámbitos de su vida están poniendo en práctica?, ¿cuáles
son los apoyos que están recibiendo?, ¿existen profesionales que se alejen de
su rol “terapéutico” y asuman funciones de asistentes personales al servicio de
la autonomía y la vida independiente de las personas con/en situación de
discapacidad intelectual?
Asimismo la autora a través del libro nos
muestra varios elementos que como ciudadanos y ciudadanas, además de personas y
profesionales, deberíamos considerar para favorecer la autodeterminación de
personas con/en situación de discapacidad. Entre ellas compartimos brevemente
las siguientes. En primer lugar, el proceso de toma de consciencia de sus
Derechos Humanos porque, aunque parezca “peligroso” para ciertos sectores de la
sociedad que grupos históricamente excluidos, marginados, subalternos u
oprimidos como mujeres, personas LGBTI+, pueblos indígenas u originarios,
trabajadores/as, niños/as, personas migrantes, entre otros, sepan defender sus
derechos trae consigo tensiones porque con ellas se disputa el reconocimiento
de la diversidad de identidades e interseccionalidades, en oposición por
ejemplo a la heteronormatividad, la raza, el patriarcado y el colonialismo. En
este sentido, para que las personas con/en situación de discapacidad avancen en
la toma de conciencia de sus derechos, tanto dentro como fuera del sistema
educativo, parece relevante la Educación Ciudadana que, en el caso de nuestro
país, se ha vuelto a incorporar de manera oficial en su marco curricular. De
esta forma, las personas podrían informarse sobre el marco legal nacional
vigente, políticas públicas disponibles y los tratados internacionales
ratificados por cada país. Asimismo parece necesario que existan instancias de
empoderamiento que pueden darse entre pares o en espacios sociales inclusivos.
En esa línea, una de las opciones es que se integren a organizaciones de
autodefensa. En el caso de no existir, que ellos y ellas puedan crear las
propias, como por ejemplo en Chile, la Agrupación Líderes con Mil Capacidades,
cuya experiencia permite evidenciar que es posible llevar adelante una
instancia desde la auto-representación y la autogestión, configurándose en una
esfera donde se establecen relaciones sociales entre pares, se crean lazos de
amistad y de pareja, se toma contacto y se forman redes de trabajo con otros
agentes de la comunidad y, al mismo tiempo, se propician actividades de ocio y
tiempo libre. Esta posibilidad de aprender, comprender y ejercitar derechos
abre paso a un segundo elemento que nos parece relevante, este es la
participación en el ámbito político y el ejercicio ciudadano, como el derecho a
votar, elegir representantes y ser parte en elecciones públicas o bien en la
postulación a cargos públicos dentro de sus comunidades, para hacer llegar su
voz en primera persona sin depender de personas intermediarias.
En este
mismo sentido, un tercer elemento que aporta el libro es la reflexión sobre el
acceso y participación en los diferentes espacios sociales y comunitarios que
tienen las personas jóvenes y adultas con/en situación de discapacidad
intelectual, como por ejemplo la experiencia del Centro Cultural Cre-arte en
Bariloche. El libro nos vuelve a interrogar: ¿cuál es el rol de las personas en
situación/con discapacidad intelectual en estos espacios u organizaciones?, ¿su
rol es activo o ellas siguen siendo lideradas por otras personas sin
discapacidad? Desde nuestra perspectiva sociopolítica y, en el
contexto de que existen países que todavía consideran la interdicción como una
alternativa que anula todas las posibilidades de tomar decisiones sobre la
propia vida, nos preguntamos desde la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas en la que profundiza la
autora: ¿qué posibilidades están entregando las instituciones estatales para
acceder de manera efectiva al empleo, vivienda, salud, vida en pareja,
etcétera? En efecto, desde la interdicción planteada podemos decir que las personas
con/en situación de discapacidad intelectual y/o psicosocial no tienen
garantizados la mayoría de sus derechos fundamentales y, por lo mismo, esta
falta de garantías se convierte en una sólida barrera para el logro de una vida
independiente y autodeterminada.
Un cuarto
elemento asociado a las barreras culturales actitudinales que se pueden
encontrar a nivel social y que deseamos destacar aquí, se relaciona con la
infantilización y la subvaloración de las personas con/en situación de
discapacidad intelectual. Esta mirada confirma estereotipos y prejuicios que
perpetúan diferentes formas de discriminación. En este sentido, nos parece
relevante que los medios de comunicación masivos y diversas expresiones
artísticas eviten transmitir ideas erróneas que afecten su autoestima y su
autopercepción, y que, por el contrario, comuniquen o muestren modelos de
personas que, en cada contexto, sí pueden vivir sus vidas adultas de manera
plena. En otras palabras que, los medios de comunicación promuevan la
identificación positiva a personas con/en situación de discapacidad intelectual
y contribuyan a potenciar su autoestima, su autopercepción y con ellas,
fortalecer sus factores personales.
Sobre la base de lo expuesto, podemos
afirmar que el trabajo de Palacios cuestiona nuestras prácticas, políticas y
culturas, haciéndolo desde una perspectiva ecológica y de calidad de vida,
interpelándonos desde cuestiones micro-sistémicas hasta aquellas de orden
macro-sistémicas. Nos recuerda que la calidad de vida se materializa en el
presente de cada persona a través de un conjunto de decisiones que cada cual va
tomando cuando se tiene posibilidad de decidir sobre su propia vida. También nos recuerda que la construcción identitaria se realiza a través de lo
narrativo y en la propia práctica narrativa o en el ejercicio de narrar-se. En
efecto, el ejercer el derecho a ser oído/a a través de diversos lenguajes, de
la valoración positiva de cada diferencia, el sentir que desde que nací tengo
un lugar en el mundo y que desde este lugar vivo, comparto mi creación vital,
entre otros, permite un ejercicio de narración, permite mirarse al espejo,
escucharse y por ende construir y reconstruir la propia identidad. Asimismo
esta identidad e imagen de sí mismo/a, se crea en contextos que es necesario
aprender a leer para visibilizar aquello que permite valorarnos, mirarnos como
legítimos y capaces, para así hacernos conscientes de nuestra belleza
multidimensional. Para toda persona es un tremendo desafío, porque implica la
valentía de decir y reconocer frontalmente todo aquello que nos ha negado el
derecho a amarnos profundamente y permitirnos crear. En
definitiva, el libro nos abre a nuevos y grandes desafíos, como continuar pensando en
aquellas personas que presentan mayores necesidades de apoyo para ejercer su
autodeterminación y seguir buscando alternativas para ellas, considerando sus
identidades, formas de comunicación e intereses sentidos para sus actividades
en la vida diaria.
Hay libros
que llegan a nuestras vidas en formas variadas y sincrónicas, a veces son
puentes que nos ayudan a avanzar, otras son una alerta que nos movilizan y
despiertan atávicas tareas pendientes y deudas con nosotros/as mismos/as. Una
vez más, un colectivo humano perteneciente a "minorías", desde sus
insistencias vitales, marginalidades, reivindicaciones y generosidad logran
levantar criterios y rutas para entablar un aprendizaje transversal y nutritivo
para las "mayorías": el derecho a ser oídos/as y de participar
genuinamente de nuestras propias decisiones desde el reconocimiento de la
propia identidad. Ciertamente ratificamos nuestra certeza de que todas y todos
debiésemos ser protagonistas de nuestros proyectos de vida y debiésemos
sentirnos en compañía y confianza en ese caminar.
Agradecidos/as
afirmamos que la obra de Analía Palacios merece ser leída si quien la lee desea
mirar/se y escuchar/se. En efecto, sus constantes interpelaciones permiten que
emerja la voz de quienes leemos. Esta voz se va creando e incorporando en la
polifonía creada por la autora, por medio de preguntas y respuestas. En este
sentido invitamos a acoger esta obra como un regalo para la toma de conciencia
y la transformación personal, profesional y ciudadana para avanzar en la
garantía de derechos y en la construcción de una sociedad más justa para todas
las personas.