Saberes y prácticas. Revista de Filosofía y Educación / ISSN 2525-2089
Vol. 9 N° 2 (2024) / Sección Artículos / pp. 1-18 / 
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Filosofía en la Escuela (CIIFE),
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
revistasaberesypracticas@ffyl.uncu.edu.ar / saberesypracticas.uncu.edu.ar
Recibido: 29/01/2024 Aceptado: 13/09/2024
DOI: https://doi.org/10.48162/rev.36.126
Hacia una pedagogía de la
convivencia en los albergues escolares de México:
claves para elevar la calidad educativa
Towards a Pedagogy of Coexistence
in School Hostels in Mexico:
Keys to Raising Educational Quality
Carlos Daniel Sánchez
Sarmiento
Albergue
Escolar Rural Federalizado “Ignacio Allende”
México
Universidad
Pedagógica Nacional
México
Resumen. Los albergues escolares en México han sido históricamente espacios cuya
finalidad es ofrecer servicios asistenciales a las y los niños de contextos
vulnerables para que puedan culminar sus estudios de Educación Básica. Sin
embargo, debido a la poca atención política y pedagógica, dichas instituciones
se han convertido en lugares reproductores de violencia y desigualdad, ya que
las formas de vida (consecuencia de la pobreza extrema) han trastocado la
subjetividad de las y los becarios hacia formas violentas de relacionarse con
el otro. Este artículo reflexiona sobre las implicaciones de la pedagogía de la
convivencia como una estrategia política y pedagógica para elevar la calidad
educativa en estas instituciones cuyo punto en común es la violencia. De acuerdo
con la revisión de artículos académicos, el tema de la violencia se ha
convertido en un problema recurrente, y la convivencia, un tema poco tratado en
el estudio de los albergues escolares. Se concluye que la lúdica es fundamental
para el desarrollo de una pedagogía de la convivencia, ya que un lugar
educativo sin convivencia no hay aprendizaje y sin aprendizaje no puede
hablarse de calidad educativa.
Palabras clave. Albergues escolares, calidad de la educación,
convivencia pacífica, educación, pedagogía
Abstract. School shelters in Mexico have
historically been spaces whose purpose is to offer assistance services to
children from vulnerable contexts so that they can complete their Basic
Education studies. However, due to little political and pedagogical attention,
these institutions have become places that reproduce violence and inequality,
since the ways of life (a consequence of extreme poverty) have disrupted the
subjectivity of the scholarship recipients towards violent forms. to relate to
the other. This article reflects on the implications of the pedagogy of
coexistence as a political and pedagogical strategy to raise educational
quality in these institutions whose common point is violence. According to the
review of academic articles, the issue of violence has become a recurring
problem, and coexistence, a topic rarely covered in the study of school
shelters. It is concluded that play is essential for the development of a
pedagogy of coexistence, since an educational place without coexistence there
is no learning and without learning we cannot speak of educational quality.
Keywords. School hostels, quality of
education, peaceful coexistence, education, pedagogy
Una de las
prioridades políticas del actual gobierno mexicano del presidente Andrés Manuel
López Obrador (2018-2024), está en elevar la calidad educativa en los sectores
más pobres del país. Ante ello, decreta la cancelación de la Reforma Educativa
del 2013 (expuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto, y rechazada por el
magisterio por sus consecuencias punitivas), y aprueba la Nueva Reforma
Educativa en el año 2019, cuya principal atención está en la revalorización del
magisterio, el derecho a la vida digna y la inclusión de otras formas de
conocer el mundo. Ante ello, se reforma el artículo tercero constitucional y
señala que el Estado tiene la obligación de elevar la calidad de la educación
para garantizar al máximo el aprendizaje de los educandos:
El máximo logro de los aprendizajes y el
desarrollo del pensamiento crítico en las y los alumnos están íntimamente
ligados a la calidad de la educación, y para que esta exista deben considerarse
la pertinencia y la relevancia. La pertinencia se asocia a un currículum,
materiales y contenidos adecuados a las necesidades, capacidades,
características e intereses de las y los estudiantes. Por otro lado, la
relevancia se refiere a que los aprendizajes y conocimientos adquiridos sean
útiles y acordes a la exigencias y desafíos del desarrollo regional, nacional y
mundial. (Programa Sectorial de Desarrollo (PSE), DOF, 2020, p. 204)
Frente a los
planteamientos del PSE (DOF, 2020), la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2022), también reconoce la
importancia de una reingeniería educativa en los planes educativos y en la
formación docente con la finalidad de construir un nuevo contrato social que
permita el desarrollo de sujetos más humanos y conscientes con el mundo en el
que habitan. De tal suerte que aboga por “el derecho de una educación de
calidad global y un aprendizaje que desarrolle las capacidades de los
individuos de trabajar juntos en beneficio común” (UNESCO, 2022, p. VII). De
ahí la necesidad de incluir pedagogías afectivas para la solidaridad y la
cooperación.
Por su parte, la
agenda 2030, expone que, frente a la crisis económica, social y ambiental, es
necesario “transformar el paradigma de desarrollo dominante en uno que nos
lleve por la vía del desarrollo sostenible, inclusivo y con visión de largo
plazo” (Naciones Unidas, 2018, p. 7). Estos objetivos, establecidos por la
Asamblea General de las Naciones Unidas, están diseñados para construir un
mundo mejor y más sostenible para todos y todas. Específicamente, en el
objetivo 4.7, relacionado con la educación de calidad, se propone el desarrollo
de la dignidad humana y la formación de ciudadanos capaces de construir futuros
sostenibles frente a la crisis planetaria.
De lo anterior,
otro aspecto importante que se añade en la Nueva Reforma Educativa en México,
se encuentra en la fracción II del artículo tercero constitucional. En este se
incluyen cinco incisos vinculados con la calidad educativa, los cuales son:
equidad, inclusión, lo integral, la excelencia y, sobre todo, y el más
relevante para este estudio, la interculturalidad. Este último inciso argumenta
que para que exista una educación de calidad se debe promover la convivencia
armónica entre personas y comunidades; de ahí que el reconocimiento del otro en
su diversidad, frente a la violencia y pérdida de lo común, es el foco de
atención del actual gobierno mexicano (Orozco, 2023).
Por su parte, la
Ley General de Educación (LGE), reformada en el año 2023, en su capítulo III
“De la equidad y la excelencia educativa”, expresa la responsabilidad de
ofrecer educación de calidad y excelencia de manera prioritaria a grupos y
regiones con mayor rezago educativo y vulnerabilidad social, económica y
cultural. También, en el título segundo “De la Nueva Escuela Mexicana”,
capítulo 1: “De la función de la Nueva Escuela Mexicana”; artículo 11, expone
como objetivo el desarrollo integral del educando como base para la dignidad
humana (DOF, 2023). Del mismo modo, los artículos 12 y 13, están orientados a
fortalecer el tejido social y la identidad nacional a través de la educación
intercultural.
El PSE (DOF,
2020) también resalta la importancia de generar espacios educativos dignos,
cuyo principal objetivo está en “garantizar el derecho a la población en México
a una educación equitativa, inclusiva, intercultural e integral, que tenga como
eje principal el interés superior de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes”
(p. 202). Para ello, se precisa implementar una educación inclusiva que permita
combatir la desigualdad social, económica, cultural y física de la población
mexicana. De esta manera, destaca la importancia de crear la estructura física
y política para el desarrollo de una sana convivencia y para la inclusión del
deporte como estrategia para contribuir a la construcción de un tejido social
sano, productivo y con valores humanos.
Tanto el discurso
internacional como el nacional señalan que la crisis global obedece a un
sistema capitalista neoliberal que ha contribuido a la violencia y a la
destrucción del tejido social y natural. De ahí que focalizan la importancia de
elevar la calidad educativa desde el énfasis en la dignidad humana, las
relaciones sociales y creativas, el deporte y el amor a la naturaleza. Esto
tiene implicaciones tanto políticas como pedagógicas, puesto que, al reconocer
el valor intrínseco del ser humano, obliga a crear las bases materiales y
simbólicas para que este se desarrolle plenamente en todas sus dimensiones. De
ahí que el nuevo plan de estudios 2022, en su marco curricular, también
resuelva lo siguiente:
Para la Nueva Escuela Mexicana el
bienestar y el buen trato implican el reconocimiento y derecho a estar bien
corporal, mental, emocional, afectiva, sentimental y espiritualmente, en todos
los espacios de convivencia (dentro y fuera de la escuela), ya sea que se trate
de estudiantes, docentes, familias, equipos directivos y el personal
administrativo. (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2022, p. 26)
Por lo tanto,
elevar la calidad educativa implica crear las condiciones para que las y los
sujetos de la educación vivan con dignad. En este caso, la erradicación de la
pobreza y las distintas violencias que se producen a raíz de esta, son el foco
de atención del actual gobierno mexicano. Sin embargo, las cifras estadísticas
arrojan datos alarmantes en términos económicos. Por ejemplo, el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) (2020),
expone que uno de cada dos niños es pobre y uno de cada nueve se encuentra en
pobreza extrema; pues diversos estudios revelan que cerca de 21.4 millones de
infantes de un total de 40 millones viven en pobreza, y de ellos, 4.6 millones
en pobreza extrema.
En el caso del
Estado de Veracruz, lugar donde comienza y se sitúa nuestro escrito, la
situación no es distinta, pues de acuerdo con el CONEVAL (2020), la pobreza en
este Estado incrementó 10.6 puntos porcentuales en el 2018; de ahí que el
89.1 % de la población de la entidad vive en situación de pobreza. Para el caso
de los menores de edad, la pobreza aumentó 9.7 puntos porcentuales de 2008 a
2018; es decir, casi la mitad de la población de este grupo es pobre. “Las
niñas, niños y adolescentes de Veracruz tienen mayor probabilidad de ver
comprometido el ejercicio de sus derechos sociales básicos y con ello el
desarrollo y construcción de capacidades que permitan su integración al mercado
laboral en el futuro” (CONEVAL, 2020, p. 23).
Mientras el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2023), detona la
distribución porcentual de trabajo infantil en el país, destacando entre ello,
que un 2.1 millones de niñas, niños y adolescentes (NNA) (7.5 %) laboran en
trabajos económicos no permitidos por su edad. Frente a estos datos, los grupos
vulnerables en todo el territorio nacional se ven obligados a trabajar desde
edades tempranas para lograr sobrevivir en un mundo desigual. Algunos NNA
buscan un mejor futuro y salen de sus hogares para poder culminar sus estudios.
Aquellos y aquellas que cumplen con los criterios de “pobreza extrema y
vulnerabilidad social” son aceptados en albergues escolares.
De acuerdo con la
“Ley para el funcionamiento y operación de albergues, centros asistenciales y
sus similares del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave”, los albergues son
espacios educativos que hoy en día tienen como propósito ayudar a NNA originarios
de los contextos más pobres, dispersos y provenientes de familias en situación
de vulnerabilidad a culminar su educación básica obligatoria. No obstante, la
inclusión de este grupo vulnerable se ha tomado de manera acrítica, puesto que
ello implica trabajar no solo el aspecto asistencial, sino el pedagógico, ya
que muchos niños y niñas han experimentan la violencia en carne propia,
ocasionada por la pobreza extrema.
De acuerdo con la
experiencia de los autores de este escrito, en albergues escolares de distinta
zona, la violencia es el punto de encuentro. A raíz de lo anterior, se
considera que la falta de amor en la familia y el maltrato infantil (productos
de la violencia estructural y con ello, de la pobreza extrema) son factores
principales que han originado una mala convivencia dentro de los planteles,
pues la mayor parte de los estudiantes manifiestan actitudes violentas hacia
sus compañeros y personal educativo. En otros casos, más específicos y severos,
los mismos infantes han sido víctimas de abuso sexual y obligados a
prostituirse. Este escenario suele replicarse en instituciones cuya
característica es albergar a las y los infantes de contextos vulnerables.
El objetivo
principal de este escrito es reflexionar sobre las implicaciones de la
pedagogía de la convivencia en los albergues escolares para contribuir a elevar
la calidad educativa y, de esta manera, abonar a las sugerencias
internacionales y nacionales de reconstruir el tejido social. La idea es
mostrar que la convivencia escolar es una respuesta potente para contrarrestar
el tema de la violencia y elevar la calidad educativa. También, mostrar que
existen formas de favorecer el tejido social desde un marco formativo,
constructivista y no conductista; donde a partir de la lúdica se favorezca el proceso
de enseñanza en materia de convivencia escolar.
Este artículo
emana de una investigación más amplia, con fines de obtención del grado de
Maestro en Educación Básica en la Universidad Pedagógica Veracruzana. Es una
investigación cualitativa de tipo documental realizada durante el periodo
2022-2023; donde a partir de la problemática detectada se pretende argumentar
que un espacio escolar sin convivencia no es un lugar seguro, por ende, no
existe un aprendizaje y al no existir ese aprendizaje no se puede hablar de
calidad educativa. Para ello, se plantea situar a la lúdica como un elemento de
la pedagogía de la convivencia que puede ayudar al aprendizaje y creación de
espacios orientados a elevar la calidad educativa en los albergues escolares de
México.
Es importante
comentar que el estudio sobre los albergues escolares en México y Latinoamérica
es escaso y disperso en el tiempo y el espacio. Se han podido localizar algunos
documentos, sobre todo trabajos para obtención de un grado académico, que
retratan la desigualdad y la violencia que viven las y los becarios. Otros
trabajos sugieren la impronta de incluir propuestas pedagógicas que generen
espacios de socialización mucho más afectivos y amorosos, que hagan de los
albergues escolares espacios seguros para la población. A partir de lo
anterior, sugerimos abonar al conocimiento desde la propuesta de la convivencia
escolar y la lúdica como elementos clave para elevar la calidad educativa en
los albergues escolares.
De acuerdo con la
tesis doctoral denominada Alejarse y
extrañar para poder estudiar. Trayectorias de jóvenes en una escuela secundaria
rural con albergue mixto (Ligorria, 2020), se indaga a jóvenes que cursan
la educación secundaria, que cuenta con albergue mixto como parte de una
alternativa para promover los estudios en los becarios. Dicha investigación de
corte cualitativo con diseño etnográfico, describe la vida de los jóvenes de la
provincia de Córdoba, Argentina que, como en la mayor parte de los albergues, llegan
a este tipo de instituciones con problemáticas emanadas de la pobreza y la violencia,
con acceso difícil a la educación, y con expectativas a aprender nuevas formas
de convivencia para una vida en sociedad.
Por otro lado,
los docentes entrevistados en el estudio opinan que existen dos motivos
principales por los cuales las familias deciden ingresar a los menores en un
albergue escolar. En primera porque los becarios podrían contar con un plato de
comida diaria; en segunda, por la creencia de que el albergue funciona como la
instancia solucionadora de problemas sociales. Dicha investigación focaliza la
aparición de golpes entre alumnos, el hostigamiento, el castigo físico y mental
de los directivos instituciones. Parte de las conclusiones, la autora propone
que los futuros trabajos tengan una visión pedagógica para superar la violencia
en este tipo de espacios educativos, así como aprender nuevas formas de
convivencia y relaciones de carácter social.
Otro artículo de
investigación de corte socio etnográfico, derivado de la tesis de maestría, de
la autora Guirado (2010) Entre lo
doméstico y lo escolar. Las prácticas cotidianas en el proceso de
escolarización de una escuela albergue rural, reconoce que los albergues
escolares argentinos son espacios cuyos intereses están centrados en rutinas
propiamente domésticas: comer, dormir, higiene y tiempo de ocioso. Si embargo,
las exploraciones llevadas a cabo situaron a la escuela albergue como un agente
de socialización, bajo la premisa de ser un espacio clave de gestión comunal.
Esta tesis, permitió comprender el lado potenciador de los albergues escolares
como espacios para la convivencia.
Otro estudio,
derivado de una tesis de Licenciatura en Intervención Educativa, realizada en
el Estado de Yucatán, México por Cahum y Poot (2014) titulado: “Un mejor
ambiente de convivencia en el albergue de Tixcacalcupul”, se da a conocer una investigación de corte cuantitativo, con el
propósito de apoyar a los educandos a favorecer la convivencia escolar, ya que la
violencia era una problemática latente dentro de este contexto. De modo que,
los alumnos de la institución habían desarrollado actitudes agresivas, así como
el acoso escolar e insultos hacia sus compañeros. Este estudio contribuyó a
reflexionar sobre el desarrollo de valores, bajo las demandas de una sociedad
quebrada por el capitalismo.
A raíz de esta
problemática, se diseñó un proyecto de intervención a partir de secuencias
didácticas. Sin embargo, la asistencia y participación de las y los becarios
del albergue escolar fueron sus principales obstáculos. Por otro lado, no se
pudieron hacer muchos cambios debido a las posturas ideológicas del director
del plantel. No obstante, esta investigación resultó de gran de importancia, ya
que, al ahondar sobre la tesis de estos autores, se encontró cierta similitud
con el contexto veracruzano, del cual se ubica este ensayo; pues ambos
contextos plantean como problemática la violencia y la falta de convivencia.
Sumado a lo
expuesto, otra tesis de Licenciatura en Intervención Educativa de la autora
Loeza (2016) denominada Las relaciones
sociales en los albergues escolares. Un estudio para la intervención educativa,
realizada en Yucatán, México, frente
a la identificación de relaciones violentas, incluye un subtítulo
denominado: “¿Cómo se aprende a relacionarse?” Ella defiende la tesis que la
convivencia se aprende y que todo empieza dentro de los grupos sociales
específicos como la familia, y el desempeño de roles recíprocos con normas,
valores y fines acordados siempre en orden de satisfacer el bien común del
grupo.
Desde una visión
más política, el artículo: “Pobreza y las políticas sociales en México.
Intervención de los albergues infantiles en Ciudad Juárez, Chihuahua” de Ángel
y Castillo (2016) se da a conocer un exhaustivo análisis de las políticas
educativas y demás programas sociales en México, vinculados con los albergues
escolares. Resalta que, aunque muchos de estos programas han resultado
eficientes para erradicar la pobreza, se ha privilegiado más su valor
asistencial y económico, sin que prevalezca una reflexión pedagógica para
elevar la calidad educativa necesaria para las familias más vulnerables y
necesitadas del país.
El siguiente
artículo de investigación de la autora Jablonska (2021) titulado: “Función sociocultural de los albergues
en la mirada del Instituto Nacional Indigenista”, cuyo objetivo central fue
analizar la propaganda política y el papel sociocultural de los albergues
escolares por parte del Instituto Nacional Indigenista (INI) en México. Se
analizó el discurso del material cinematográfico donde se incluyeron experiencias
relacionadas con el fomento a la cultura, la alimentación de los niños
becarios, así como la vulnerabilidad que viven las familias y el apoyo
asistencial que les brinda el albergue. Los resultados muestran que el INI toma
una postura propagandística al focalizar los aspectos positivos de estas
instituciones.
No obstante, el
artículo reconoce que, independientemente del rendimiento académico que
presentan los niños ante su instancia en el albergue, los alimentos que se les
brindan todos los días son comidas “aderezadas”, término que utiliza la autora
para mencionar tres ingredientes básicos (en términos de valores humanos
necesarios): afecto, dedicación y espíritu maternal. Lo anterior permite
reflexionar que, las y los infantes del albergue escolar se convierten, ante su
interacción social diaria, en una familia, donde la convivencia es muy
importante, pues se es capaz de generar lazos de afecto y cariño para su
desarrollo no solo cognitivo, sino también emocional.
Con lo anterior,
se reflexiona que el tema de los albergues escolares y su vínculo con la
pedagogía es poco tratado en la región latinoamericana. También, que
actualmente se sigue considerando a los albergues escolares desde un enfoque
asistencialista, más que reconocerlos como espacios educativos. A raíz de que
el gobierno mexicano no cuenta con una política pública clara, en términos
pedagógicos, este contribuye a reproducir la desigualdad, la discriminación y
la exclusión de las y los alumnos becarios. Queda claro entender que el factor
convivencia resulta ser una condición primordial para elevar la calidad
educativa; pues una convivencia inadecuada causa violencia, estrés y ansiedad
en todas y todos los involucrados.
El programa de
los albergues escolares en México tiene como objetivo central contribuir a que
NNA, que no cuentan con servicio de educación en sus comunidades, culminen sus
estudios con apoyo de los servicios que se otorgan en los albergues escolares
comunitarios. Es hasta 1972 cuando el programa de Albergues Escolares Indígenas
arranca con formalidad en todo el territorio mexicano (Universidad Autónoma
Metropolitana [UAM], 2006). Sin embargo, derivado a problemáticas, relacionadas
con su funcionamiento y finalidad, en el año de 1988 se fijan las bases
administrativas y de operación de los albergues para ser aplicados en todo el
país.
En 1992 se
publicó, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Acuerdo Nacional para
la Modernización de la Educación Básica (ANMEB), por medio del cual el Gobierno
Federal “traspasó a los gobiernos estatales los establecimientos escolares con
todos los elementos de carácter técnico y administrativo, derechos y
obligaciones, bienes muebles e inmuebles, con los que la SEP venía prestando
los servicios educativos, incluidos los albergues” (SEP, 2012, p. 26). A partir
de ese periodo, cada entidad federativa se ha hecho cargo de estas
instituciones; en algunos casos las normas de operación se han actualizado,
pero sin quitarle el sentido asistencialista.
Actualmente,
existen en México 958 albergues indígenas con 60707 becados; así como también
236 albergues escolares rurales con un total de 13996 beneficiarios. El estado
de Veracruz cuenta solamente con cuatro albergues escolares rurales y un
internado ubicado en el municipio de Perote. Sin embargo, hasta este momento no
se encuentra ley que aborde temas pedagógicos para elevar la calidad educativa
en dichas instituciones.
El Estado de
Veracruz cuenta con su propio manual de operación denominado: “Reglamento de la ley para el funcionamiento
de albergues, centros asistenciales y sus similares del Estado de Veracruz”. Sin
embargo, no hay información relacionada con el factor pedagógico, mientras que
el vocablo “calidad educativa” es sustituida por “calidad del servicio”
referida al factor asistencial con la finalidad de “satisfacer tanto las
necesidades como las demandas actuales y potenciales de los sujetos
beneficiarios, de acuerdo a los procedimientos, principios y criterios
estipulados por la presente Ley y las Normas Oficiales Mexicanas emitidas en la
materia” (Secretaría de Educación de Veracruz [SEV], 2012, p. 2).
Es preocupante
que dicho reglamento solo esté enfocado a cuestiones asistenciales y de brindar
un buen servicio a las y los becarios. Por ejemplo, una de las obligaciones de
los albergues escolares, de acuerdo con el Artículo 5 del mismo documento, es:
“asistir a cursos teórico-prácticos y de capacitación impartidos por el DIF o
por quien este determine, con el fin de mejorar la calidad de los servicios
prestados” (SEV, 2012, p. 4). La información se basa en cuestiones únicamente
administrativas y asistenciales, desdibujando las responsabilidades del
personal docente que labora en este tipo de contextos educativos.
Es importante
mencionar que actualmente, el sistema educativo en México, envía profesores y
profesoras, egresados de instituciones formadores de docentes, a trabajar en
los albergues escolares. Si bien, el albergue escolar es una institución
educativa, el problema es que se cuenta con poco material normativo y de
operación para que el profesorado pueda ejercer sus funciones en términos
pedagógicos. Así que, las limitantes organizacionales es un obstáculo para
ofrecer educación de calidad; muy diferente en comparación con las escuelas
albergue de Argentina pues estas responden a otras lógicas en términos
legislativos y normativos.
Para el caso
argentino, se localizó un documento denominado Acta acuerdo s/ reglamento escuelas albergue, emitido por el
Ministerio de Gobierno de Trabajo y Justicia (2019), en coordinación con la
Subsecretaría de Trabajo y Empleo del Gobierno de Mendoza, donde explica, en el
punto número 8 que las escuelas albergues deben garantizar una educación
integral, estimular el desarrollo máximo de las capacidades en un ambiente de
libertad y respeto a la creatividad individual y colectiva, fortalecer los
vínculos escuela-comunidad; entre otras. Asimismo, menciona los tiempos de la
escuela albergue: tiempo pedagógico curricular, tiempo libre recreativo y
tiempo de descanso; elementos fundamentales para una pedagogía de la
convivencia. Lo anterior, solo sin mencionar otras provincias de Argentina que
también cuentan con una red significativa de escuelas albergue, tales como: San
Juan, La Rioja, Formosa, Catamarca, Jujuy, Corrientes y Entre Ríos. De acuerdo
con Roitman (2019), en un estudio realizado en la provincia de Argentina sobre
las escuelas albergue demuestra su potencial pedagógico en la construcción de
lazos sociales y comunitarios.
El principal
objetivo para las escuelas albergue de Argentina no solo es ofrecer espacios
asistenciales para las y los niños más pobres y vulnerables del país, sino
educar con el corazón a cada sujeto argentino; tomando en cuenta no solo las
propuestas pedagógicas, sino también el desarrollo de emociones, valores y la
convivencia. Incluso, los educadores de las escuelas-albergue tienen un rol
esencial, ya que no se enfocan únicamente a lo pedagógico, sino que en algunos
de ellos se les encomienda la responsabilidad de criar a los infantes.
De lo anterior,
se identificó algunas similitudes y diferencias de funcionamiento interno entre
los albergues escolares de Argentina y México. Una de las similitudes es que
ambos países atienden a ciertos grupos de infantes, y en algunos casos
adolescentes, menos favorecidos económicamente. También que la mayoría de los
albergues funcionan de lunes a viernes; mientras que, por ejemplo: el Albergue
Provincia de San Luis, Las Trancas radica como establecimiento educativo que
alberga niños internados durante todo el ciclo escolar, lo anterior debido a la
lejanía de su hogar por horas para llegar a la escuela. Una de las diferencias
es que cuatro escuelas-albergue de Argentina laboran por periodos comprendidos
de diez días de trabajo por cinco días de descanso y solo aplica para aquellos
albergues que se encuentran ubicados en zonas de poca seguridad.
No obstante, si
se habla del funcionamiento de los albergues ubicados en ambos países, todos
los 236 albergues escolares rurales de México son multigrado, es decir, los
docentes atienden más de un grado escolar a la vez y durante todo el ciclo
escolar. En el caso de las escuelas albergue de Argentina algunos de ellos
también son multigrado y solo cinco de ellos mantienen distribuidos a los
infantes por grado escolar.
Sumado a lo
expuesto, una diferencia muy notoria en entre ambos países se encuentra en el
ámbito legislativo, ya que la ley de Buenos Aires anuncia que durante las
mañanas los niños y niñas deben asistir a la escuela inicial, primaria o
secundaria según sea el caso, mientras que en las tardes es obligatorio contar
desde las escuelas albergues, espacios donde los docentes impartan
talleres-oficios a los becarios como: carpintería, computación, pintura,
tejido, cocina, música, bailes folklóricos, jardinería y demás actividades
pedagógicas que ayuden a los infantes a desarrollar diversas habilidades para
fortalecer su crecimiento personal y social. Para el caso de los albergues
escolares en México, solo funcionan como centros asistenciales y como espacios
para realizar tareas escolares o reforzar ciertos conocimientos básicos, ya que
los manuales de operación están diseñados para cubrir aspectos administrativos,
dejando de lado la parte pedagógica.
A partir de los
datos expuestos, se rastreó la situación de los albergues escolares en todo el
territorio mexicano. Y a través de la red se rastrearon algunos manuales
de operación de Estados de la República Mexicana cuya página web estuvo habilitada para su
exploración. En este sentido, en la tabla 1 se presenta información de Estados
que cuentan con un manual de operación para el trabajo en albergues escolares.
Es importante mencionar que la mayoría de los manuales sigue concibiendo a los
albergues como espacios para asistir a las y los becarios; exceptuando el
Estado de Guerrero y Michoacán, que han logrado actualizar sus normas de
operación en miras de elevar la calidad educativa.
Tabla 1. Manuales de operación para
albergues escolares en México
|
Estados de la
República mexicana que cuentan con manual de operación |
|
|
Estado |
Manual de operación |
|
Baja California |
Lineamientos
generales para el funcionamiento de los albergues escolares. |
|
Chiapas |
Manual de organización sistema para el
desarrollo integral de la familia |
|
Chihuahua |
Manual
de organización y procedimientos. Albergue granja hogar. |
|
Durango |
Manual de organización DIF municipal durango. |
|
Guerrero |
Albergue
escolar rural de educación primaria. Manual de organización |
|
Hidalgo |
Reglamento interno del albergue revolución
del Estado de Hidalgo. |
|
Jalisco |
Manual
de organización. |
|
Nayarit |
Servicios de educación pública del Estado de Nayarit.
Manual de organización del departamento de educación extraescolar. |
|
Michoacán |
Albergues
escolares rurales y casas escuela. Manual de funciones. |
|
San Luis Potosí |
Manual de organización |
|
Veracruz |
Ley
para el funcionamiento y operación de albergues, centros asistenciales y sus
similares del estado de Veracruz de Ignacio de la llave. |
Fuente: Elaboración personal a partir de búsqueda en las páginas oficiales de
cada Entidad Federativa (agosto de 2023).
Solo los manuales
de organización, emitidos por los Estados de Guerrero y Michoacán, abordan
aspectos pedagógicos para trabajar hacia una sana convivencia. Por ejemplo, de
acuerdo con la normativa oficial del Estado de Michoacán titulada: “Albergues escolares rurales y casas
escuelas” (2011), las funciones de los tutores de albergues escolares son:
2.2.15. Asignar
adecuadamente los lugares en el dormitorio a los becarios y coordinar las
relaciones de convivencia a efecto de que se den en un ambiente sano.
2.2.16. Motivar a los
becarios para formar hábitos de higiene, puntualidad, disciplina, estudio,
trabajo, y valores de responsabilidad, convivencia, tolerancia, libertad,
democracia.
2.2.23. Atender la
problemática que se suscite en la convivencia de los becarios y canalizarlos
con el director cuando el caso lo amerite (2011, p. 33).
Para el Estado de
Veracruz no se encontró reglamento ni normativa vigente para el profesorado
adscrito a los albergues escolares, a pesar de que el mismo Estado envía
personal con clave docente a trabajar en estos espacios. Lo anterior ha
demostrado el poco avance que se tiene en términos pedagógicos y didácticos
para los albergues escolares veracruzanos. Esto tiene consecuencias negativas,
puesto que el personal directivo y docente no cuenta con las bases legales y
normativas para la generación de espacios pedagógicos efectivos.
De ahí que los
albergues escolares en Veracruz, y en otros Estados de la República mexicana,
sean catalogados como escuelas de segunda o “reclusorios” para las y los niños
problema, donde no existe apoyo, atención, supervisión, infraestructura y
capacitación docente para erradicar el problema de la violencia y elevar la
calidad educativa. Considerar solo el aspecto asistencial: dar de comer, un
lugar para dormir y un espacio de ocio, resulta contraproducente si se piensa
que las y los becarios han vivido experiencias de maltrato, violación y olvido.
Tabla 2. Descripción de funciones
específicas que le corresponde o no realizar a un docente de albergue escolar.
|
Funciones
que realiza un docente de albergue escolar |
|
·
Emitir a los padres de familia un reporte de
evaluación de índole cualitativo cada trimestre sobre aspectos relacionados a
la asistencia de los becarios, su conducta, la realización de tareas
matutinas, el reforzamiento en procesos como lectoescritura o matemáticas
según sea el caso. ·
La planeación y actividades a ejecutar cada semana
son un poco más flexibles y depende de la autonomía de cada maestro, sobre
todo, porque deben estar orientadas principalmente al reforzamiento de
aprendizajes tratados en la escuela primaria o en su defecto al reforzamiento
de los mismos. En este caso los docentes de albergue mantienen una relación
poco directa con el plan y programa de estudio vigente, pues no existe un
programa interno construido o emanado de la propia institución. ·
Orientar a los niños del albergue escolar a que
cumplan con su tarea matutina solicitada por el maestro de la escuela
primaria. ·
Asistir el último viernes de cada mes a los
Consejos Técnicos Escolares. ·
Cumplir con el calendario escolar vigente al ciclo. |
|
Funciones
que no le corresponde realizar a un docente de albergue escolar |
|
·
Evaluar cuantitativamente cada trimestre de
evaluación. ·
Subir calificaciones al sistema o control escolar
para emitir boletas de evaluación (Descarga Administrativa). ·
Trabajar directamente con los libros de texto
gratuitos. |
Fuente: Elaboración personal a partir de
entrevistas al profesorado de los albergues escolares, (comunicación personal,
mayo de 2023).
En la tabla 2
(párrafo anterior), que se muestra a continuación, describe las actividades que
le corresponde realizar a un profesor de albergue escolar de acuerdo con su
jornada laboral. Es importante enfatizar que dicha descripción parte de la
experiencia de los autores y de la recuperación de experiencias del profesorado
de otras instituciones del Estado de Veracruz, Hidalgo y Estado de México, que
actualmente labora en albergues escolares. En estos casos, porque no se cuenta
con lineamientos de operación vinculados con la parte pedagógica.
Uno de los
problemas del Sistema Educativo Nacional (SEN), específicamente en el Estado de
Veracruz, es contratar a personal docente para trabajar en los albergues
escolares donde no existe una normatividad legal y pedagógica que los oriente.
Ante los nuevos lineamientos y leyes que se rigen por parte de la Unidad del
Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), se estipulan
ciertos criterios para la admisión al personal docente. Por lo tanto, al ser
plazas de nivel primaria y pertenecientes al sistema federalizado de la SEV,
todo aspirante debe participar en el proceso de acreditación de ciertos
elementos multifactoriales.
Se muestra la
lista de perfiles profesionales considerados por la USICAMM para laborar al
interior de los albergues escolares rurales; los cuales son los mismos que para
participar para una plaza de nivel primaria; pues los albergues escolares
pertenecen al mismo subsistema y dependencia pública, en este caso la
Secretaría de Educación Pública (SEP). A continuación, se expone en la tabla 3,
los perfiles profesionales aceptados para concursar a una plaza en los
albergues escolares en el Estado de Veracruz. Lo anterior, según los
lineamientos y consideraciones de la convocatoria emitida en el año 2023. Desde
ahí se puede notar la contradicción de enviar profesores a las
escuelas-albergue cuando estas no poseen lineamientos de operación específicos
que resuelvan el aspecto educativo y pedagógico.
Tabla 3. Convocatoria al proceso de admisión
en Educación Básica.
|
Convocatoria del proceso de
admisión en educación básica, ciclo escolar 2023-2024 Veracruz |
|
|
Nivel/servicio/materia
educativa |
Área
de conocimiento |
|
Admisión
educación básica docente. Educación preescolar indígena |
Educación
preescolar Intercultural
bilingüe |
|
Admisión
educación básica docente. Educación preescolar indígena |
Educación
preescolar para el medio indígena |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación
básica |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación
intercultural primaria |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación
primaria |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación
primaria indígena |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación
primaria indígena con enfoque intercultural bilingüe |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Educación
primaria para el medio indígena |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Licenciatura
en formación docente en educación básica bilingüe (maya-español): patrimonio
histórico |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Licenciatura
en formación docente en educación básica: patrimonio histórico y cultural de
México |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Pedagogía |
|
Admisión
educación básica docente. Educación primaria |
Primaria
indígena |
Fuente: elaborado a partir de la información recuperada de la página
oficial de la SEV (junio de 2023).
Como se puede
observar, el Estado de Veracruz, solo considera once perfiles profesionales
para poder laborar en el subsistema de nivel primaria federalizado incluyendo a
los albergues escolares rurales. Por lo regular, los albergues escolares se
hacen llamar de “organización completa”, porque se componen de otras figuras
educativas como el tutor, el auxiliar de apoyo y la cocinera, sin embargo,
suele haber de dos a tres maestros en un solo centro de trabajo. Las funciones
de un profesor adscrito al albergue escolar son similares a uno de primaria
regular: se asiste al último viernes de cada mes a los consejos técnicos, se realizan
planeaciones, se hacen juntas con padres de familia y se da seguimiento a los
aprendizajes.
Se considera que
la convivencia escolar se ha convertido en un problema mayor en los albergues
escolares debido a su organización y logística de funcionamiento. Los
auxiliares de cocina o de apoyo, al no contar con un perfil pedagógico, optan
por llamar la atención a las y los becarios violentos y les condicionan con
quitarles la comida para que se calmen. No obstante, estas medidas de acción no
han sido las mejores para contrarrestar el problema de la violencia.
La Secretaría de Educación Pública
(SEP, 2016), sostiene que el término convivencia es una condición para el
aprendizaje, la cual es una tarea pedagógica que se desarrolla en la escuela y
mantiene una relación estrecha entre los colegios y el aprendizaje de los
alumnos. Las escuelas, junto a las familias, radican
como un sistema de socialización primaria, es decir, que los niños no solo
aprenden conocimientos de índole académico, sino también todo tipo de códigos
culturales de conducta.
Por otro lado, Ramírez (2016) define
la convivencia escolar como “las acciones que permiten que los actores
escolares puedan vivir juntos a través del diálogo, el respeto mutuo, la
reciprocidad y la puesta en práctica de valores democráticos y para la paz” (p.
112). Es decir, la convivencia escolar constituye la
capacidad que tienen las personas para vivir con otras a partir de un marco de
respeto y solidaridad recíproca.
Lo anterior
impacta en las relaciones sociales al promover prácticas interculturales que
permitan el reconocimiento del otro en su diversidad. “La buena armonía, la convivencia, el
respeto y la disciplina escolar son elementos necesarios para conseguir los
fines y objetivos de la educación, y más aún dentro de los valores y actitudes
sociales de la educación” (Correa y Ferreira, 2005, p. 165). De ahí que,
para el máximo logro de aprendizajes, es fundamental un ambiente de respeto,
diálogo y amor en las instituciones. De acuerdo con Zaitegi (2010) el término “educar
para la convivencia” significa convertir a las y los alumnos en personas
autónomas y responsables de sí mismos. De ahí que la calidad educativa esté
íntimamente relacionada con el desarrollo humano.
Lennon (2017) reconoce que la
interacción social es fuente de favorecimiento en y para el aprendizaje, ya que
constituye el sustrato más fundamental de la vida social humana,
independientemente de que representa un acto de cotidianidad en las personas. El hecho de enseñar a los niños a mantener una convivencia escolar
pacífica y, por ende, una interacción social armónica, resulta esencial para la
formación integral, pues propicia el desarrollo de capacidades en los educandos
a partir de los intercambios sociales como el diálogo, la discusión y la
comunicación.
De esta manera, “convivir
significa vivir juntos unos con otros tomando y basándonos en unas determinadas
relaciones sociales y en unos códigos forzosamente subjetivos, en el marco de
un contexto social determinado” (Jares, 2002, p. 82). De ahí que Raven (2016),
al tomar como referencia a Lev Vygotsky en su artículo de investigación
denominado Enfoque constructivista a la
enseñanza de la convivencia, menciona que para formar alumnos que sepan
convivir sanamente, se requiere formar niños que no solo sepan, sino que
también sientan. Desde este lugar defendemos la idea de considerar al becario
como un sujeto histórico y cultural, y no un objeto olvidado.
Derivado de lo
anterior, también sostenemos que los albergues escolares son espacios
potencialmente pedagógicos para la emergencia de la convivencia, ya que en
estas instituciones las y los becarios son sujetos senti-pensantes que
permanecen gran parte de la tarde y noche; donde los espacios de comedor y
dormitorio son lugares interculturales. Por lo tanto, los docentes tienen la
posibilidad de elevar la calidad educativa aprovechándose del espacio
institucional para la construcción de relaciones sociales basadas en el afecto
y el amor. De ahí que la convivencia y su elemento clave, el juego, sea una
estrategia necesaria para la configuración del tejido social.
La
operacionalización de la convivencia incluye el establecimiento de normas, no
solo enfatizando el respeto y la tolerancia a lo diferente, sino a lo que nos
une, en lo que se converge: un espacio, un tiempo, tareas, responsabilidades,
recursos. Comprenden un cambio de actitudes, la regulación de los conflictos y
la identificación de las personas con la convivencia grupal o colectiva. (Berra
y Dueñas, 2012, p. 160)
En este sentido,
es urgente una pedagogía de la convivencia en un mundo trazado desde la
desigualdad, la injusticia y la violencia. En un sistema económico y político
cuya intención es la formación de sujetos neoliberales (Laval y Dardot, 2018),
es decir, de sujetos individuales, la convivencia resulta ser un arma
revolucionaria. “Una pedagogía de la
convivencia lleva necesariamente implicada una didáctica propia. Esta debe
hacerse cargo de una nueva actitud formativa basada en la formación de una
sociedad cuyos miembros viven la diversidad y la mutua comprensión” (Aristegui et al., 2005, párr. 99). De ahí que, la
pedagogía de la convivencia debe recuperarse en situaciones cuyo problema
central es la desintegración colectiva.
Desarrollar la
convivencia en las escuelas, está íntimamente relacionada con la calidad
educativa. En este sentido, la UNESCO (2022) expone algunas dimensiones que, de
acuerdo con su marco institucional, determina la calidad educativa a partir de
cinco variables, estas son:
1. Características del aprendiz: En esta variable se incluyen las
aptitudes, la constancia y la disposición del alumno, las Barreras para el
Aprendizaje y la Participación (BAP) y las variables demográficas.
2. El contexto: Esta incluye los factores socioculturales de nuestro
alumnado, el respaldo parental, los criterios de carácter nacional, los
aspectos religiosos, la influencia de sus pares y el tiempo disponible para la
escolarización, entre otros.
3. Insumos capacitadores: Incluye lo que son los materiales de
enseñanza y aprendizaje que utiliza el docente ante su praxis educativa, la
estructura física, las instalaciones de la escuela y los recursos humanos.
4. Enseñanza y aprendizaje: Se toma en cuenta el tiempo de aprendizaje,
las metodologías pedagógicas, los tipos de evaluación (diagnóstica, formativa y
sumativa) y la interacción.
5. Resultados: Toma en cuenta lo que son las destrezas numéricas
enfocadas a cada una de las asignaturas o campos formativos como, por ejemplo:
en la lectoescritura, en valores y destrezas para la vida cotidiana.
Aunque muchos
sectores en la educación piensan que hablar de calidad educativa es hablar de
un mundo empresarial, se ha discutido que este vocablo tiene un significado más
filosófico Martínez et al. (2020). Es
decir, la calidad educativa implica contar con ciertos elementos para que pueda
considerarse como tal. En este caso Plá (2019) menciona que la evaluación, los métodos
de enseñanza y aprendizaje, los materiales didácticos, la infraestructura, la gestión
de la escuela, la idoneidad de las y los maestros y la promoción de la
convivencia, son elementos clave de la calidad educativa. En este caso, sin
convivencia no se puede hablar de calidad educativa.
Asimismo, de una
conferencia virtual (TEDx Talks, 2022), Joaquín Walker menciona que el aprender
a aprender y el aprender a convivir son elementos esenciales para la vida ante
una sociedad cada vez más cambiante. De este modo, se requiere de una
revolución pedagógica que coadyuve a la calidad educativa. Lo anterior implica
contratar a buenos maestros para una verdadera calidad en la educación. En este
caso, frente a las características particulares que presentan los albergues
escolares, sobre todo el contexto violento de la mayoría de sus becarios, la
formación docente y el proceso de asignación de plazas debe ser mucho más
especializada.
Por lo tanto y
para concluir, se puede enfatizar sobre el factor convivencia como un elemento
imprescindible, que forma parte de la misma calidad educativa. Es decir, el
máximo logro de los aprendizajes depende que, dentro de las instituciones
escolares, se construyan escenarios de paz, amor, diálogo y afectividad
(ingredientes para una pedagogía de la convivencia). El factor emocional
resulta ser, para el discurso político y educativo actual, una pieza clave para
la formación humana (UNESCO, 2022).
Derivado de lo
anterior, Schunk (2012), afirma que “el aprendizaje es un cambio perdurable en
la conducta o en la capacidad de comportarse de cierta manera, el cual es
resultado de la práctica o de otras formas de experiencia” (p. 3). De ahí que
las relaciones afectivas como el juego, el diálogo y la convivencia sean
estrategias que favorecen las relaciones interculturales. Etimológicamente,
la palabra lúdica proviene del latín ludus, perteneciente
o relativo al juego. Se refiere a la necesidad del ser humano de comunicarse,
de sentir, expresarse y producir emociones.
Varela (2010)
menciona que lo lúdico brinda al infante una nueva forma de aprender,
incluyendo la motivación como una de las tareas fundamentales de cualquier
maestro, debido al genuino interés y las ganas de aprender durante el proceso.
La lúdica ha sido
considerada desde los diversos ámbitos de la educación, como aquella
metodología o manera de enseñar algún contenido a partir del juego, siendo este
un escenario donde se proponen diversas actividades utilizando así materiales o
recursos que conlleven a una participación activa e integrante del estudiante,
siendo el maestro un guía y motivador. (Torres, 2019, p. 4)
Cabe destacar que
juego y lúdico no son sinónimos. Es importante señalar que el juego es mucho
más libre y espontáneo. En la mayor parte de las ocasiones, el juego es
utilizado como herramienta educativa, siempre y cuando esté enfocada bajo fines
de aprendizaje, si no es así, se determina como un acto basado en la diversión.
No obstante, se convierte en lúdico cuando el docente utiliza el juego bajo
propósitos de aprendizaje (Alonso, 2021). Es decir, el niño aprende jugando, se
motiva, se relaciona con sus pares, pero, sobre todo, logra reconocerse en el
otro y en su diversidad.
Asimismo, Simbaña et al. (2022) retoman la teoría piagetiana para señalar que el
juego no es solo una forma de entretenimiento para gastar energía, sino más
bien un medio que contribuye y enriquece el desarrollo intelectual del niño. El
factor lúdico se hace más significativo cuando el infante tiene acceso libre a
la manipulación de elementos o situaciones, lo cual implica una adaptación más
compleja y útil para su aprendizaje.
Marín (2018)
expone que el término lúdica no es una novedad, lo nuevo es que los profesores
lo apliquen en sus contextos, pues lo lúdico lo define como la puerta abierta
al aprendizaje y a las relaciones sociales, de modo que, este factor no solo
forma parte de la cultura, sino que la cultura brota del juego. Este autor define el concepto de lúdica como:
Revolucionaria, porque nos hace personas libres y apasionadas. Nos hace
perder el miedo y nos permite abrazar las incertidumbres y entender los errores
como parte de la partida de la vida. Porque crea vínculos poderosos y provoca
emociones, clave en el crecimiento personal y colectivo (Marín, 2018, párr. 8).
A partir de aquí, se encuentran las bases políticas para implementar la
lúdica como un elemento esencial para los contextos vulnerables. El juego
pedagógico se convierte en revolucionario frente al mundo injusto e
individualista. Por otro lado, Dinello (2007), define a
la ludoteca como “espacios de expresión lúdica creativa de niños, jóvenes y
adultos. Tiene la principal y global finalidad de favorecer el desarrollo
integral de la persona en una dinámica de interacción lúdica” (p. 34). Por lo
tanto, el albergue puede convertirse en ludoteca para crear vínculos con la
otredad y el cuidado de sí mismo; y así dar entrada al aprendizaje del mundo.
Por otro lado,
García (2005) apoyado de la obra del psicólogo ruso Lev Vygotsky afirma que el
juego es un proceso de sustitución, donde la lúdica y el contexto sociocultural
juegan y proyectan una serie de motivación, capacidades y actitudes necesarias
para la posterior participación social del individuo. Para Lev Vygotsky, el
juego tiene el propósito de que los niños aprendan a relacionarse entre pares,
aprendan a socializar, a cooperar y a reconstruir interacciones de carácter
social a partir del ensayo y error.
La lúdica (juego con fines educativos) es una estrategia potente para la
construcción de lenguajes interculturales amorosos y afectivos; es una
estrategia revolucionaria frente a los contextos de desigualad y pobreza. Si la
mayoría de los niños y niñas de los albergues escolares provienen de contextos
violentos, producidos por el sistema económico dominante, la escuela y el
albergue como tal, tienen el deber de convertirse en lugares seguros, afectivos
y amorosos. De ahí que la lúdica sea un elemento clave para el desarrollo de
una pedagogía de la convivencia y para elevar la calidad educativa.
Zaitegi (2020) menciona
que para educar bien a un niño hace falta una buena tribu. Esto significa que
los albergues escolares son espacios pedagógicos por excelencia, puesto que las
rutinas diarias promueven relaciones interculturales y como tal, el sentido de
comunidad. De esta manera el profesorado puede realizar su intervención
incluyendo la lúdica como elemento clave para una pedagogía de la convivencia y
así, elevar la calidad educativa en los espacios domesticados como la cocina,
el dormitorio y la cancha.
La presente
investigación demuestra que los albergues escolares rurales tienen un potencial
pedagógico para elevar la calidad educativa por medio de la lúdica. Esto
implica reconocer a los albergues no solo como espacios asistenciales, sino
como lugares epistémicos, cuyo potencial está en la cultura y participación de
las y los becarios; cada cual, con sus propias historias, sus expectativas, sus
miedos y frustraciones que pueden compartirse y modificarse a través del
reconocimiento del otro en la convivencia.
Con base en lo
anterior, resulta prioritario que las autoridades reconozcan las necesidades
educativas de los albergues escolares, ya que, si no se aprecian como
instituciones capaces de promover calidad educativa, se refuerzan la
desigualdad y la injusticia. Bajo este sentido, se requiere construir una
política que articule las necesidades de este tipo de espacios educativos a
partir de su contexto inmediato con miras de consolidar la convivencia y la
cultura de paz. Se requiere de una nueva política para los albergues escolares
en México.
Como parte
fundamental de esta investigación, se dan a conocer tres propuestas a futuro
que podrían contribuir a elevar la calidad educativa en estos espacios:
Primero, es
necesario que los perfiles profesionales, sugeridos por la USICAMM, se amplíen,
pues ante la violencia que se vive en los albergues escolares rurales, resulta
importante que el Sistema Educativo Nacional (SEN) considere a otros
profesionales para erradicar dicha problemática; como, por ejemplo: un
psicólogo, un trabajador social, un psicopedagogo, pediatras neuropsicológicos,
un terapeuta educativo o inclusive, personal perteneciente a organizaciones
públicas y educativas especializadas en educación inclusiva, integral y
especial.
Como segunda
propuesta, es importante que las instituciones formadoras de maestros
consideren un área formativa o experiencia curricular para el trabajo inmediato
en albergues escolares. Lo mencionado debido a que el sistema educativo supone
que el docente egresado conoce la operatividad, legalidad, condiciones
políticas y, sobre todo, el funcionamiento de este tipo de instituciones
educativas. De igual forma es importante la formación docente con pensamiento
crítico capaz de promover espacios interculturales en contextos violentos; de
ahí la necesidad de una pedagogía de la convivencia en el discurso del
profesorado.
Por último, se
propone la elaboración de un plan normativo que opere la regulación de los
albergues escolares, no como un documento administrativo, sino como un
documento pedagógico que permita contribuir a elevar la calidad educativa. De
esta manera, los albergues escolares estarían en las mismas condiciones de
coadyuvar a la formación humana de las y los becarios frente a las demandas
nacionales e internacionales.
En este sentido,
cabe por último destacar que las y los docentes son pieza clave para tal
empresa; pues a pesar de todos los obstáculos políticos, culturales o
económicos, son quienes pueden generar un cambio significativo en la vida de
las y los becarios.
La “biblioteca
vital” de cada docente es fundamental para su trabajo. Es en esta alegría del
aprendizaje y enriquecimiento cultural donde se convierten en agentes de una
educación vinculada con la vida y, con ello, pueden contribuir a nuevas formas
de convivencia y solidaridad con los demás y con el planeta. (UNESCO, 2022, p. 89)
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