Saberes y prácticas. Revista de Filosofía y Educación / ISSN 2525-2089
Vol. 10 N° 1 (2025)/ pp. 1-3 / Licencia Creative Commons
Sección Comentarios de Libros / Anticipo de Publicación
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Filosofía en la Escuela (CIIFE),
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
revistasaberesypracticas@ffyl.uncu.edu.ar / saberesypracticas.uncu.edu.ar



Tapa Tramas
                de la filosofía: ocho recursos en busca de profesores

Escuelas escritas. Poéticas de jóvenes de clase populares

Fernando Andino

 Grupo Editor Universitario, 2025. Buenos Aires. ISBN 978-631-6514-38-7


Fernando Andino

Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales;
Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CInIG),
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET),
Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

andinof58@gmail.com


Introducción o el relato “Bardero”[1]

Escuelas escritas. Poéticas de jóvenes de clase populares sintetiza mis  treinta años de docencia en escuelas secundarias de Berisso, Provincia de Buenos Aires. Todas esas clases de Prácticas del lenguaje y Literatura ya son parte de mi biografía como trabajador de la Educación.

La escena de enseñanza que da origen a este libro tiene como centro el escrito de ficción de Carla. En su ficción, mientras Melisa escribe graffitis las estudiantes que se le oponen, provenientes de clases medias y asistentes a una escuela privada, escriben en sus diarios íntimos. La singularidad de este escrito me llevó en su momento a advertir dos hipótesis. En primer lugar, la necesidad de abordar la escritura de ficción en la escuela secundaria en tanto práctica cultural que se construye de forma “relacional y dialógica” (Kalman, 2003) y en la que lxs[2] estudiantes se apropian de manera particular de los saberes disciplinares. Es decir, existía en el escrito de Carla una reflexión metalingüística –la misma alumna denominó a su producción como “bardera”- sobre la práctica de escritura atravesada por las clases sociales de las que provenían los personajes (la “villerita” escribía graffitis y las chicas del colegio privado hacían lo propio en sus diarios íntimos). Por otro lado, esa primera hipótesis me condujo a un interrogante más amplio sobre una contradicción: ¿cómo, en un contexto educativo donde el cuerpo profesoral de ese entonces, allá por el 2008, planteaba una mirada deficitaria sobre la escritura de lxs estudiantes -sintetizada en frases como “los alumnos no saben escribir  ni leer”- éstxs practicaban una “necesidad de escribir [que rompía] las coordenadas diseñadas para interpretar otras actividades más institucionalizadas y letradas” (2003, p. 27). En efecto, el aula donde daba clases – junto a otros sectores de la escuela como pasillos, baños, pisos del patio- se hallaba minada de escrituras de todo tipo depositadas sobre distintas superficies: bancos, paredes, marcos de puertas, diccionarios y manuales extraídos de la biblioteca (ver imágenes en Anexo)? Recuerdo que, al preguntarle a un grupo de estudiantes sobre esta superposición de escrituras en el mobiliario, una de las respuestas que se convirtió en objeto de análisis fue la siguiente: “Lo que pasa es que los profes llegan con los manuales, nos dan un cuestionario para resolver en grupos, nosotros nos aburrimos y empezamos a escribir”.

En este libro me interesa indagar en esta complejidad tomando un conjunto de prácticas de escritura situadas en mi experiencia de profesor de Prácticas del lenguaje y Literatura. Un adelanto de los primeros resultados obtenidos da cuenta de tres factores centrales: en primer lugar, que estas escrituras de ficción se inscriben en una intersección de relaciones múltiples, entre sujetxs (entre estudiantes y entre estxs y el profesor), entre sujetxs y los saberes (disciplinares y plurales[3]) y entre sujetxs y prácticas (diversidad de relaciones con la escritura). En segundo lugar, que lxs estudiantes crean poéticas personales atravesadas por sus agencias de clase social, de género, generacionales, étnicas, geográficas y emocionales produciendo teorizaciones locales y particulares. Y por último, que mi mirada desdoblada en tanto profesor e investigador a cargo de los cursos donde se dieron cita estas prácticas resultó constitutiva de la “estructura actuante” (Irwing, 2007, p. 155) de la construcción de este conocimiento situado, en el sentido de “traducciones y maneras específicas de ver, es decir, formas de vida” (Haraway, 1991, p. 327).

En suma, el “incidente crítico” (Perrenoud, 1995) vivenciado con Carla, en el sentido en que un suceso áulico interpeló y modificó lo pautado para esa clase por mí, abrió una serie de preguntas en torno a la escritura escolar en el aula: ¿Cómo repensar la escritura escolar? ¿Qué otras escrituras -como graffitis, mensajes de texto, mails, canciones, chats, u otras- se hacen presentes en el aula, cómo dialogan con las escrituras escolares legitimadas y qué lugar obtienen en el espacio de las clases? ¿Cómo se reapropian lxs estudiantes de los saberes disciplinares produciendo un objeto lengua y literatura recontextualizado?  ¿De qué manera inscriben sus sexualidades en la escritura de ficción? ¿Cómo se invita a una escritura de género desde la mediación docente en el marco de los lineamientos de la Ley de Educación Sexual Integral? Y por último; ¿Qué teorías lingüístico-literarias locales se dirimen en estas poéticas situadas?

Me interesa abordar el análisis de estos interrogantes en sus puntos de intersección ya que ofrecen zonas con elementos en común. Por ejemplo, cómo se traman esas escrituras necesarias en el aula con la dimensión sexo-genérica y a la vez, qué teorías locales portan estas verdaderas poéticas identitarias.

En síntesis, los interrogantes en torno a la escritura escolar resultaron un leit motiv para este libro que vuelve a resignificarse en toda su complejidad luego de aquel trabajo inaugural en el que Carla problematizó su relación con la escritura de ficción en una escuela secundaria de Berisso. Por ello, en el interior de sus páginas se invita a un recorrido por cinco capítulos. En el Capítulo 1, “Los chats artesanales”,  analizo  modos de escribir en un segundo año materializados en papelitos que circulan por las aulas logrando un argot entre jóvenes que se comunican de manera secreta. En el Capítulo 2, “Planeta Vegetta”, abordo la poética de Ian, estudiante de tercer año quien cifro un escrito escolar con elementos de las redes sociales, específicamente provenientes del género meme. En el Capítulo 3, “Escrituras sexuadas”, registro los escritos de un grupo de estudiantes que ficcionalizaron representaciones sexo-afectivas en torno a dos personajes. En el Capítulo 4, “Poéticas que teorizan”, recorro los escritos de dos estudiantes de la muestra donde  la escritura pone en escena teorías literarias locales desde sus cuerpos y emociones, claves para comprender los sentidos de sus poéticas. Por último, el Capítulo 5, “Jóvenes, escuela y escritura”, contextualiza históricamente el trabajo de campo que recuperó estas ficciones escolares.



[1] Este libro es una reversión de la Tesis doctoral original, defendida en Octubre de 2024 en la Universidad Nacional de La Plata y que llevó el título de Poéticas de jóvenes de clases populares en aulas de Prácticas del lenguaje y Literatura de la ciudad de Berisso. Esta se halla disponible en: https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.2962/te.2962.pdf

[2] Utilizamos la “x” con el objetivo de incluir en la enunciación a todas las identidades sexo-genéricas.

[3] Entre los saberes propios de la disciplina Lengua y literatura que aparecen en los registros analizados encontramos el verosímil, la voz narrativa, la construcción de personajes, la construcción del tiempo y el espacio, la focalización, la metáfora, las selecciones léxicas elegidas por lxs estudiantes para dar forma a sus poéticas. La perspectiva que adoptamos indaga en los modos de apropiación de estos saberes en el aula a partir de los saberes plurales de lxs estudiantes, es decir, de “esas voces que dialogan desde un lugar ´otro´” (Palermo, 2014, p. 130) y descentran a los primeros. En esa zona media, en esos préstamos, en esas irreverencias y desvíos focaliza la mirada esta investigación.