Uso de aguas residuales urbanas para la producción de cultivos energéticos: nuestras experiencias en Mendoza
Palabras clave:
Biocombustibles, Cuyo, Topinmbur, ColzaResumen
Los cultivos energéticos son aquellos cuya biomasa, o parte de ella, se destina a la obtención de energía. Existen dos grandes grupos que son utilizados para fabricar biocombustibles; 1) los cultivos ricos en hidratos de carbono (maíz, caña de azúcar, topinambur, remolacha azucarera, etc.), que se utilizan para obtener bioetanol a través de su fermentación; y 2) los cultivos oleaginosos (soja, colza, etc.), cuyo aceite se destina a la obtención de biodiesel, a través de un proceso químico denominado transesterificación. En Argentina la ley nacional 27.640/2021, sobre biocombustibles, establece un corte del 5% de biodiesel en el gasoil y del 12% del bioetanol en la nafta.
La mayor proporción del reuso de aguas residuales urbanas en el mundo se realiza en regiones áridas donde otras fuentes de agua son escasas, situación que se plantea en los oasis irrigados de Mendoza. La principal desventaja del riego de cultivos con este tipo de agua tiene que ver con el riesgo para la salud humana de los consumidores que comen frutas y verduras irrigadas con este sistema. En este sentido, los cultivos energéticos tienen una ventaja comparativa, al igual que los forestales, ya que no se destinan al consumo humano directo. El topinambur (Helianthus tuberosus L.) puede utilizarse para la producción de bioetanol a partir de los hidratos de carbono fermentables de sus tubérculos. Existen antecedentes que señalan que a partir de 50 t de tubérculos se obtienen 4.500 l de etanol. La colza (Brassica napus) produce aceite factible de ser utilizado en la producción de biodiesel. La bibliografía indica que por cada litro de aceite de colza se puede obtener un litro de biodiesel. El objetivo de este trabajo fue comparar el rendimiento de dos cultivos energéticos (topinambur y colza) regados con aguas residuales urbanas y agua subterránea en Tunuyán, Mendoza, Argentina.